Capítulo # 24

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-Esto está mal. -Comentó Flash.

-No lo arruines. -Suplicó sin dejar de ver aquellos ojos color zafiro que la atrapaban por completo. -No sabes cuanto he deseado este momento.

-Pero mi padre.

Twilight no supo que decir. El ambiente se volvió tenso, un silencio molesto envolvía a los dos. Para ellos, desgraciadamente, la realidad había vuelto.

-Flash... yo te quiero a ti.

-Y yo a ti. -Dijo sin verla a la cara. Pues aún no se sentía del todo cómodo demostrar sus sentimientos, después de todo, era Twilight de quien se había enamorado, la novia de su padre y que en un principio era antipático con ella.

La ojivioleta sonrió ante aquellas palabras. Por primera vez escuchaba algo que no tenía que ver con odio o que la terminaba lastimando. 

-¿Entonces? ¿Dejaremos de lado nuestros sentimientos y haremos de cuenta que nada de esto pasó? ¿Eso es lo qué quieres?

-Yo... -El joven se quedó callado. Sentía temor. No quería, pero sabía lo prohibido que era la relación. Empezó a pensar en las consecuencias que podría traer eso.

-Dilo, haré lo que tu digas. -Twilight entristeció su semblante, esperando a una respuesta de él.

-No, no quiero. -Respondió, mirándola fijamente. -Seguir fingiendo es una tortura. No sé que puede traer como consecuencia, pero hasta que pase eso, quiero estar contigo.

La ojivioleta sonrió de oreja a oreja, al igual que Flash lo hacía.

¿Esto era real? Felizmente sí.

La mano del ojiazul agarró la mano de ella, entrelazaron sus dedos, con el deseo de no soltarse nunca más.

De pronto, el celular de Twilight empezó a sonar. Vio la pantalla, enserió su mirada al ver el nombre de quien la estaba llamando.

-Es Golden.

Sintió tensión al escuchar el nombre de su padre. Twilight por primera vez no sintió la mínima intención de contestarle. Miró a Flash.

-Contesta, de seguro ha de estar preocupado por el problema que provoque.

Ella asintió.

-Hola... sí, estamos en camino a su casa... ¿Cómo?... ¿Ahora?... Bueno, iremos allá. -Colgó, después lanzó un suspiro.

-¿A dónde iremos?

-Al departamento, él está allá.

[...]

Flash se sentía intimidado ante la mirada amenazante de su padre, él estaba sentando en el sofá, Golden al frente de él, cruzados de brazos. Twilight le hacía señas de ánimo y de que todo estará bien, de alguna u otra forma, eso le hacía sentir mejor.

-Los padres de aquel muchacho me llamaron muy enojado. -Golden continuó con su sermón. -Están muy indignado al ver el estado en el que dejaste a su hijo.

-Él empezó. -Se defendió de inmediato. -Bien pudo aceptar su pérdida y dejarme tranquilo.

-Te entiendo, pero al menos pudiste ser más suave. Pudiste haber evitado una fractura y dejarlo sin un diente. ¡El pobre muchacho no podrá jugar fútbol durante un largo tiempo!

Recordando aquello, Flash no pudo soltar una risilla. Después de todo, se sintió bien haberle dado su merecido después de años de molestarlo cada vez que se enfrentaban.

Su padre frunció su ceño, más de lo que ya estaba. Flash enseguida aclaró su garganta y trayendo de vuelta su seriedad.

-No me arrepiento.

Golden suspiró mientras negaba con su cabeza.

-El hecho de pagar los gastos del hospital no me molesta, sino lo que tú hiciste. Nunca antes había recibido una llamada de tu directora diciendo que lastimaste a un chico y que estás suspendido por quince días de tu colegio. ¡Se supone que eres un alumno educado!

-¡Me estaba defendiendo! -Exclamó con enojo, para luego ponerse de pie. -¿Tan importante es Storm para ti? ¿Importan aquellos días que no iré al colegio? Gané el juego, creí que eso era lo más importante para ti, creí que te haría feliz, pero ahora veo que no.

-No es eso, Flash.

-Sí lo es... Ganamos, salve a mi equipo, muchos en mi colegio me felicitaron; pero a ti sólo te importa aquel niño mimado. Si tanto es así, ve a visitarlo... ¿Sabes qué? Mejor me iré a mi casa. -Se encaminó hacia la puerta.

-Flash, aún no he terminado. -Seguía a su hijo con la mirada, al igual que lo hacía Twilight.

-Para mí sí. -Abrió la puerta. -Por cierto. -Se detuvo. -Si piensas mandarme a que pida disculpas, ni creas que lo haré; antes muerto que hacer eso. -Dicho eso, terminó yéndose del departamento de su padre.

El hombre después de haber escuchado el fuerte impacto de la puerta, se lanzó al sofá para luego masajear sus sienes. Twilight se quedó inmóvil, sin dejar de mirar la puerta por donde salió Flash; cuestionandose cuando lo volvería a ver después de la  fuerte discusión de tuvo con Golden. Ella exhaló, miró al irritado hombre.

-Pudiste haber sido menos severo con tu hijo.

-¿Menos severo? Flash realizó un acto de indisciplina en su colegio. No tolero algo como eso,  peormente viniendo de mi hijo.

-Creo que estás siendo algo injusto. Él también salió lastimado, ¿acaso no te diste cuenta?

Golden rió de forma cínica para luego ponerse de pie y empezar a caminar de un lado a otro.

-Mira, ahora no estoy de humor para escuchar como debo tratar a mi hijo, mucho menos viniendo de una persona que lo único que sabe son precios de ropa. -Dijo para luego dejar la sala.

Twilight quedó anonadada ante las palabras de Golden, se sintió ofendida sin duda. No sabía como reaccionar, nunca antes él le había hablado de esa forma. ¿Tanto era su enojo para comportarse de esa manera? Le veía injusto, le enojaba el hecho de haberla tratado como a una ignorante.

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