Después de haber regañado severamente a Flash y haberla hablado de una manera nada agradable, no tenía la intención de intercambiar palabras con su pareja. Estaba realmente enojada. Nunca se hubiese imaginado que el mismo Golden la había hablado así, por más enajodo que estaba, no había razón para haberlo hecho. Aquello era algo muy nuevo para ella, nunca antes había sentido las ganas de dejar a Golden y hacer como si nada hubiese pasado entre ellos.
El hombre tampoco tenía las ganas de hablarle a Twilight, ya había sido suficiente con su hijo. No se sentía en sus casillas para empezar una conversación razonable con cualquier persona, mucho menos con ella. Después de tanto tiempo, sintió como que el pasado había regresado, por un momento sintió que Twilight era la madre de su hijo.
Aquella noche durmieron, por primera vez, dándose la esplada.
[...]
El peliazul estaba sentado en la silla de su escritorio, su mano tapaba su boca, su pierna derecha la movía inconscientemente con desesperación. Su celular yacía sobre el escritorio, en el centro. Los ojos azules y penetrantes de Flash no se desepegaban de aquel objeto. Se sentía intranquilo, ansioso, estaba en la espera de al menos un mensaje. Sin embargo, sus plegarias no se cumplían.
Quería verla, pero después de la discusión que tuvo con su padre no pretendía ir al departamento por si sólo como si nada hubiese pasado. Estaba enamorado, pero tenía orgullo, no tenía la intención de perder ni un poco de su dignidad.
Sólo esperaba. Esperaba a que su padre lo citara a su departamento para arreglar las cosas entre ellos, pero su deseo no era eso, sino otro: Twilight Sparkle.
-¡Oh vamos! -Golpeó las palmas de sus manos contra el escritorio. -¿Aún sigues enojado conmigo, Golden Night?
[...]
-¿Aún no piensas llamar a tu hijo?
-No, estoy esperando a que él lo haga.
-No te sigas engañando, bien sabes que no lo va a hacer.
El hombre suspiró entristecido. Ya había transcurrido cuatro días, su enojo había desaparecido por completo, ya no tenía la necesitada de evitar llamarlo. Y además, conocía Flash, sabía que él no iba a dar su brazo a torcer.
-Creo que ya es hora de hacer las pases con mi hijo. -Se dispuso a sacar el celular de su bolsillo.
Twilight sonrió, una chispa de esperanza había crecido en su interior. Aquellos cuatro largos y eternos días que habían sido para ella, al fin llegaron a su fin.
[...]
Escuchó el sonido de la llave en la cerradura, no tardó en ponerse de pie y esperar a que el ojiazul cruce aquella puerta.
Sus ojos brillaron al verlo entrar, lo había extrañado demasiado. Exasperación, eso sintió al no saber nada de él durante cuatro días. Tenía unas ganas profundas de tirarse a sus brazos y decir cuanto lo echó de menos.
Por otro lado, a la primera persona que vio al entrar, fue a Twilight. Se sintió aliviado, contento. Nunca antes se había sentido tan feliz de ver a la novia de su padre recibiendolo en la sala.
¿En qué momento las cosas habían cambiado de esa manera?
Se intercambiaron sonrisas, esa era su límite; sin embargo, en aquel momento eso les bastaba.
Golden apareció, interrumpiendo el bello momento que tenían los dos. Tanto Flash como Twilight enseriaron sus semblantes de inmediato.
Ahora era el turno del hombre sonreír al ver a su hijo después de la fuerte discusión que tuvieron. Caminó hasta él con sus brazos completamente abiertos, tenía la necesidad de abrazar a su hijo en primer lugar.
-Lo siento mucho. -Dijo, teniendo a Flash entre sus brazos. -Admito que fui muy duro contigo, estaba tan enojado que ni siquiera me di cuenta de lo severo que fui. Sólo te pido que me perdones.
Con algo de inseguridad, el ojiazul correspondió al abrazo de su padre.
-No hay nada que perdonar. Es mejor dejar aquel problema en el pasado.
Twilight, muy conmovida, era testigo de aquella escena.
-Gracias, Flash. -Se alejó de su hijo. El joven le dedicó una pequeña sonrisa. -Sé que ya es tarde, pero no puedo dejar pasar una pequeña festejación debido a tu triunfo.
-No es necesario.
-¿Cómo que no? Había deseado tanto que llegue ese momento, no hay dejarlo pasar.
-Bueno... si tanto lo deseas, está bien. -Se encogió de hombros.
-¡Excelente! -Exclamó entusiasmado. -Pero antes te empezar, debo comprar algunas cosas. Si hubiera sabido que hoy se arreglaría todo, ya tuviera todo preparado... No tardo.
Tanto Twilight como Flash llamaron suerte el hecho de haber quedado completamente solos.
El ambiente quedó en completo silencio. Los dos amantes volvieron a sonreír.
Twilight no tardó en correr a los brazos de su ojiazul, el cual él no tardó en corresponderle. La joven enterró su rostro en el ancho pecho de Flash, sus fosas nasales se endulzaron al percibir su agradable aroma, añoraba demasiado aquello.
-Te extrañé. -Dijo.
-Yo también te extrañé. -Le respondió éste sin dejarla escapar. -No sabes cuanto espere para este momento.
![](https://img.wattpad.com/cover/81806655-288-k154896.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Amarte Está Prohibido.
Fiksi PenggemarHaberse enamorando de ella fue uno de los peores errores que pudo haber cometido, y más aún si se trata de la novia de su padre. >Hacerte el amor en la cama de mi padre no me hace el hombre más feliz del mundo... lo único que más deseo es gritarle...