Capítulo # 15

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-A ver, Sentry. Hay que aclarar algunas cosas. -El joven miraba a su amigo ojiazul con mucha concentración.

-¿Aclarar qué? -Dejó de tocar su guitarra para prestarle atención a su amigo Brawly. -Ya les conté mi situación, ¿eso no les basta? 

-No amigo mío. -Ringo rodeó su brazo derecho sobre los hombros de Flash junto con una sonrisa divertida. -Nos acabaste de contar el sueño húmedo que tuviste con tu madrastra, los momentos incómodos que tienes con ella, que tu padre no deja de llevarte a su departamento y no poder evitar encontrartela, las discusiones con tu mamá, mmm... ¿qué más? -Colocó su índice sobre su barbilla. -Creo que nada más. -Se encogió de hombros.

-¡Exacto! -Exclamó Brawly, provocando que los dos chicos saltarán del susto. -¿Tus sentimientos, Flash? ¿Qué hay de ellos?

-¿Mis sentimientos? -Cuestionó confuso. -¿A qué te refieres? -Se empezó a rascar su nuca con algo de inseguridad

-Oh vamos, Flash. No te hagas el ingenuo... Dime algo ¿Te está empezando a gustar tu madrastra?

Aquellas palabras dejaron perplejo al joven. No sabía que responder, todo en su mente estaba hecho un caos total. Aquellas últimas semanas han sido de mucha confusión para Flash, a tal punto de ya no saber que creer acerca de lo que siente o no siente.

-Su silencio sólo significa un "sí" como respuesta. -Dijo Ringo.

Aquello último sacó a Flash de su burbuja.

-¡¿Qué?! ¿Gustarme? No lo creo. -Negó rotundamente de manera desesperada. -Aquella mujer ni siquiera la considero como mi madrastra, ¿Cómo puede ser posible que yo esté enamorado de ella?

-El corazón siempre manda, amigo mío. -Le dijo Brawly. -Hay veces en las que te terminas enamorando de la persona que más odias.

-Pero ese no es mi caso. -Refutó Flash con mirada retadora. -Es imposible.

-Todo es posible. -Aclaró Ringo. Flash rodó sus ojos.

A unos metros de las gradas en las que estaban los tres amigos, estaba pasando Sunset Shimmer, leyendo un libro que tenía en sus manos. Ringo la llegó a mirar.

-Flash. -Llama la atención de su amigo. -Mira a aquella chica de cabello de color similar a la de un tocino. -Apunta hacia la dirección en la que la Sunset caminaba.

-¿Qué? -Flash, junto a Brawly, siguen el dedo de Ringo. -Es Sunset. -Vuelve a mirar a Ringo, pero esta vez con su ceño fruncido. Pues le enojaba que sus amigos comparen a Sunset con un tocino.

-Lo sé.

-¿Y eso qué?

-¿Qué sientes por ella?

-Pues... ya sabes, me gusta. -Respondió, confundido ante la  pregunta de su amigo.

-¿Qué más?

-Emm... Es una chica muy  hermosa, me atrae su forma de ser, tiene buen sentido del humor y... eso, supongo.

-¿Notas la diferencia, Brawly?

-Sí. -Respondió éste cortante.

-A ver, expliquenme, ¡No entiendo! -Flash se exaspera ante la actitud de sus dos amigos. -¿A qué quieren llegar con eso?

-La forma de como hablaste de Sunset. -Respondió Brawly. -Ya no es la misma como lo hacías antes. Esta vez fue sin sentimiento, sin emoción, sin alegría... Te conocemos muy bien, Sentry, tus sentimientos ahora están dirigidos a otra persona; aceptalo.

-No, Sunset es a quien quiero. -Dijo de inmediato con total seriedad.

-Pero lo de hace unos minutos fue como que si te referiste a alguien sin importancia. -Siguió Ringo. -Ya no quieres a Sunset con la misma fuerza de antes. -Admitió éste.

-O tal vez ya ni la quieres.

-Alto, alto, alto... Ya no sigan. -Se puso de pie, su expresión era de muy pocos amigos. Estaba enojado, enojado por las suposiciones de sus amigos. -Si insinuan que estoy enamorado de la mujer de mi padre, pues déjenme aclararles que no es así. No saben nada de mis sentimientos. Sigo amando a Sunset Shimmer, estoy loco por ella, no la dejaría de querer por una zorra que terminó de adueñarse del departamento de mi padre. No estoy demente para llegar a hacer eso.

Luego de aquellas palabras, el  peliazul dio vuelta, dejando solos a Ringo y a Brawly en las gradas.

Una vez que Flash desapareció, los dos chicos cruzaron miradas para luego encogerse de hombros.

-Ya llegará el día en el que Flash acepte su demencia. -Dijo Brawly.
-Y será muy pronto. -Dijo Ringo con media sonrisa.

Flash caminaba en medio del pasillo, varios estudiantes cruzaban al lado de él. El joven pensaba en la reciente conversación que había tenido con sus amigos. Estaba seguro de que sus palabras eran verdaderas, aún quería a Sunset, aún tenía la ilusión de llegar a tener una linda relación con ella; le era imposible estar empezando a sentir algo por Twilight Sparkle... simplemente no podía.

De pronto, aquella chica de hermosos ojos cian se acercó a Flash.

-Hola. -Lo saludó ella con una leve sonrisa.

-Hola Sunset. -Le devolvió el gesto.

-¿Sabes? Vi tu guitarra eléctrica y enseguida sentí la necesidad de preguntar esto: ¿Cuánto tiempo llevas tocandola?

Flash le da una rápida vista a su guitarra para luego volver a mirar a la joven.

-La tocó desde hace un par de años. 

-¡Genial! -Exclamó ella. -Hace unos meses mi papá me compró una, hace poco empecé un curso. No vendría nada mal en hacer un dúo una vez que yo sea una experta en tocar la guitarra eléctrica. -Empezó a mover sus dedos aparentando tener una guitarra entre sus manos. Flash empezó a reír.

-Sería increible llegar a hacer eso.
-Bien, entonces ya sabes. De una vez ve pensando en que canción tocar para el día en que lleguemos a tocar juntos.

-Estaré ansioso a que llegue ese día.

Flash y Sunset se quedaron viendo por unos segundos. Los dos llevaban un enorme sonrisa. Sunset fue la primera en reaccionar.

-Bien, nos vemos luego, Flash.

-Adiós, Sunset.

Shimmer se terminó alejando de él, Flash la seguía con la mirada hasta que ésta desapareció.

-Al parecer mi suerte está empezando a cambiar. -Se dijo a sí mismo con una enorme sonrisa. Pero ésta se desvaneció de inmediato.

Algo faltaba. El joven se tocó su pecho, su corazón no latía con rapidez como lo hacía cada vez que estaba cerca de Sunset, es más, ni siquiera sintió nervios ni ansiedad. Todo estaba normal. No sentía aquella felicidad que esperaba tener si algún día llegase a aparecer una oportunidad como la de hace un rato. ¿Qué estaba pasando?

"Amo a Sunset" no dejaba de repetir aquella frase una y otra vez. Estaba seguro de aquello, o tal vez, eso era lo que él quería creer.

Sacudió su cabeza con fuerza, quería alejar todo lo negativo y fijarse en lo positivo de todo esto. Al fin de cuentas, tiene asegurado un momento de completa interacción con Sunset.

Amarte Está Prohibido. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora