9.

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***
Cuando Denki llegó a casa, saludó a Katsuki con efusividad.

—Hola~

—Hola, Denki.

Entonces el rubio se acercó a Bakugou para abrazarle y colmarle de besos.

—¡Te he echado tanto de menos!—Exclamó Kaminari abrazado a su pareja.

—Yo también te eché de menos, ¿qué tal tu día?—Le Preguntó Bakugou.

—Bien, nada destacable. ¿Qué tal tu día? ¿Alguna novedad?

—No, todo va como siempre.

—Eso es bueno, quiere decir que tu trabajo va viento en popa.—Comentó Kaminari.—Por cierto, cariño; este fin de semana viajaré a Osaka con mis compañeros de la librería para asistir a una conferencia sobre literatura clásica. No te importa quedarte solo, ¿verdad?

—No, estaré bien.

Kaminari sonrió satisfecho.

—Bien, iré a darme una ducha.

—Vale, te espero en el salón.

Denki subía por las escaleras, animado al saber que su plan iba a salir bien y que su novio no iba a tener ni la más mínima idea de su infidelidad.

"Mañana compraré los billetes, llamaré a Tetsutetsu a ver si me quiere acompañar."

***

Al día siguiente, la rutina siguió su curso. Por la mañana Izuku madrugó para tener la oportunidad de ver a Katsuki, aunque fuera de lejos. Y entonces recordó que el día anterior le había besado.

"Fue genial, no me arrepiento de nada. Me pregunto que pensará Kacchan de mis besos, ¿le gustarían? Ojalá alguna vez pueda llegar a saberlo."—Pensó mientras observaba al rubio cenizo alejarse con su coche.

Cuando Bakugou ya no estuvo en su campo de visión, salió corriendo para hacerse el desayuno pues el tiempo se le estaba echando encima y debía llegar a la universidad cuanto antes.

—¡Deku-kun!—Le saludó Ochaco desde su asiento.

Midoriya la vio y no dudó en acercarse a ella.

—¡Buenos días, Uraraka-san! ¿Qué tal estás?

—Bien, ¿y tú? Ayer no viniste a clase.

—Pues me encontraba mal del estómago y me dolía la cabeza, así que preferí descansar pero ya estoy mejor.—Seguidamente, miró al asiento de al lado y vio que estaba vacío, cosa que le extrañó ya que era donde Iida se sentaba.—Uraraka-san, ¿acaso no está Iida-kun aquí?

Al mencionar a Iida, su amiga se mostró incómoda.

—Verás, Deku-kun. Ayer...Iida se me declaró y pues tuve que rechazarle. Además, él está aquí, se ha sentado en la parte izquierda, en la primera fila; ¿no te has fijado?

—Ya veo...Iré a saludarle, ahora vuelvo.

Izuku fue hacia la ubicación de su amigo y le saludó.

—¡Buenos días, Iida-kun! No te había visto antes...¿Por qué te has sentado tan lejos?

—No quiero estar cerca de Uraraka, pero supongo que esto no será una sorpresa para ti porque imagino que te lo habrá contado; ¿verdad?

—Sí, me lo acaba de decir. Lo siento, Iida-kun.

—Es igual, ¿tú sabías que ella es lesbiana y que tiene novia?

—Sí, ya lo sabía.

Tenya se sorprendió.

—¿Y por qué no me dijiste nada? Podrías haberme ahorrado el mal trago y la humillación.

—L-lo siento, estas cosas no son fáciles de decir.

—¿Ah, sí? Y dime, ¿qué sentirías si te gustase alguien que ya está en una relación, túno lo supieras y dejase que te ilusionases? ¿Pensarías que soy un buen amigo?

Midoriya se quedó callado por unos instantes.

—No lo hice a malas, es que realmente no es fácil decir algo así. Sólo quiero que sepas que no te lo oculté para hacerte daño, en ningún momento quise eso.

—Vete a la mierda, no me hables.

Deku no esperaba aquella respuesta por parte de su amigo, le dolió.

—Muy bien, si nuestra amistad te importa tan poco como para reaccionar así, tal vez sea lo mejor dejar de considerarte amigo. Me voy.

El de cabellos verdes volvió a su lugar y se sentó junto a Uraraka.

—¿Qué te ha dicho, Deku-kun?

—Digamos que no se ha tomado nada bien que supiera sobre tu orientación y tu relación con Ashido-san.

—Vaya, así que os habéis peleado, ¿cierto?

—Sí.

—Lo siento, es mi culpa.

—No, no lo es. Creo que una parte de la culpa la tengo yo por no haberle dicho nada y también es la suya por no haber seguido mi consejo de esperarse, ahora tal vez le vaya a ir mal en los exámenes por estar deprimido.

—No digas eso, yo debería habérselo dicho pero  no quería hacerle daño, sin embargo al final se lo he acabado haciendo.

—Uraraka-san...No te preocupes, Iida-kun lo acabará superando; sólo dale tiempo.

—Sí, lo sé. Espero que me perdone...

Después se quedaron callados y no hablaron más debido a la llegada de la profesora.

El resto de la mañana, ni Ochaco ni Midoriya se acercaron al más alto; así que pasaron la mañana juntos.

***

Cuando Izuku volvía a casa, se encontró con Kaminari.

"Ahí está, me acercaré a él."

—¡Kaminari-kun!—Le llamó.

El aludido se giró y le sonrió.

—¡Hola, Midoriya! ¿Qué tal?

—Bien, acabo de volver de la universidad. ¿Y tú qué haces?

—Oh, yo estaba en la libería.

—¿Mucho trabajo?

—No mucho, la gente suele venir más por la tarde. Aunque hoy abriré un poco más tarde, pues tengo que ir a una agencia de viajes para comprar unos billetes.

—¿Ah, sí? ¿Acaso te vas a ir con Kacchan de viaje?

—Eh...No, es que voy a Osaka, a una conferencia de literatura clásica.

—¡Qué interesante! Espero que te lo pases bien.

—Seguro ja, ja, ja.

—Bueno, adiós, me voy a casa. Un gusto hablar contigo, Kaminari-kun.

—El gusto es mío, es agradable charlar contigo. Adiós.

Se despidieron y cada uno marchó a su casa.

"Así que una conferencia literaria en Osaka...Comprobaré si es cierto."

Al llegar a casa, Izuku se pondría manos a la obra, dando el primer paso para desenmascarar a Kaminari.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!




¿Hay esperanza? [Dekukatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora