19.

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***
Izuku estaba intrigado y más viendo lo misteriosa que su madre se mostraba.

—Él está aquí, en el salón.—Le dijo ella arrastrándolo de un brazo.

A cada paso que daban, más nervioso se sentía Midoriya.

—¡Yagi! ¡Mi hijo ya está aquí!—Anunció la mujer entrando al salón.

El aludido, se levantó del sillón para saludar al muchacho.

—¡Hola, Izuku! Inko me ha hablado mucho de ti.—Dijo un hombre rubio muy alto y delgado que le sonreía de manera afable.

—Ho-hola, encantado de conocerle.—Dijo extendiendo una de sus manos para saludar al mayor.

Yagi no dudó en estrechar la mano de Midoriya.

—Espero no sonar grosero pero, ¿de qué conoce usted a mi madre?

Inko y Yagi, que permanecían de pie; se miraron con complicidad para, seguidamente, su madre decirle:

—Te lo diré ahora mismo, cielo. Pero antes, siéntate.

Izuku obedeció y se sentó en el sofá.

—Ahora, ¿responderá a mi pregunta, señor Yagi? Si no es molestia, claro.

—¡Oh, no! ¡Sin problema!—Entonces el rubio entrelazó su mano con la de Inko para después decir:—Izuku, muchacho. Tu madre y yo, somos pareja.

Midoriya se quedó en blanco, no sabía qué decir.

—¿Q-qué? ¿Desde cuándo?

—Desde hace cinco meses, siento no habértelo dicho, hijo. Pero no sabía cómo decírtelo.—Dijo Inko.

—Lo entiendo. Pero, ¿cómo os conocisteis?

Entonces la pareja le contó que se habían conocido en un supermercado al que Inko solía ir bastante a menudo, al parecer Yagi trabajaba allí como cajero.

—¿Y por qué has esperado tanto para decírmelo, madre? Cinco meses es mucho tiempo para ocultar algo así, además; nunca antes le habías mencionado.

—Compréndelo, hijo. Al principio, lo que había entre Yagi y yo no era algo serio, además tampoco sabía cuánto iba a durar. Ya sabes que después de divorciarme de tu padre me ha costado mucho volver a confiar en los hombres.

Izuku la entendía muy bien, pues su padre no había sido un buen marido. Éste siempre había estado ausente y había sido muy frío con ellos. Tampoco había ejercido como padre.

—Vaya...Bueno, ¡me alegro por vosotros!—Les felicitó Izuku.

Los adultos le agradecieron.

—Gracias, hijo. Ahora voy a terminar de preparar la comida, ¡enseguida vuelvo!

—¿No quieres que te ayude, mamá?

—No, no hace. ¡Os dejo!

La mujer se fue y ambos hombres se quedaron a solas en el salón. La atmósfera entre ellos era algo incómoda, sin embargo; Yagi quiso hacer algo para que el ambiente fuera más tranquilo.

—Joven, Izuku. Espero que no sea muy osado preguntar esto pero, ¿tienes novia?

Midoriya se quedó callado.

"Parece que mi madre no se lo ha contado..."

—Verá señor Yagi, yo...Soy gay.

—Oh, vaya. No tenía ni idea...¿Te he incomodado?

—No, no se preocupe.

—Me alegro. Entonces, ¿novio sí tienes?

—Umm...No exactamente.

—¿Eh? ¿Cómo es eso?

El más joven le contó sobre su situación con Katsuki, con la esperanza de recibir algún consejo por parte del mayor.

—Si acaba de terminar una relación que ha finalizado mal, te recomiendo que le des tiempo. No te apresures, muchacho.

"Tal vez Yagi tenga razón..."

—¡Muchas gracias por su consejo, señor Yagi!

—De nada, pero dime Yagi solamente, no hace falta tanta formalidad.

—Oh, vale. Como quieras...

Tras su conversación, fueron llamados por Inko para que pusieran la mesa, ya que la comida estaba lista.

Por supuesto también le contó a su madre, quien coincidía con su novio.

Aquel día terminó bien para Izuku, ahora estaba de mejor humor y ya sabía mejor cómo llevar su relación con Katsuki.

"Debo darle tiempo a Kacchan. ¡A lo mejor así me buscará e incluso suplicará por mi atención!"

***
Pasaron un par de días, Midoriya siguió el consejo de Yagi y no molestó a Bakugou, ni siquiera lo buscó para tener sexo. Aunque continuaba mirándole por la ventana de su cuarto, como cada mañana.

Mientras tanto, Katsuki se encontraba tranquilo, trabajando, haciendo las tareas del hogar...

Su vida no había cambiado mucho, salvo que ahora Izuku llevaba unos pocos días sin irrumpir en su hogar. Cosa que le pareció extraña.

"Es raro que no haya venido a hablarme...Bueno, tal vez ese nerd al fin tenga una ocupación de provecho."—Pensó mientras echaba una moneda en la máquina de café.

—¡Bakugou!—Le llamó un compañero de trabajo.—¡La reunión está por comenzar!

—¡Voy!

Entonces tomó el vaso lleno de café y se fue directo a la sala de reuniones.

***

Los días seguían su curso y Bakugou echaba en falta a Izuku.

Katsuki estaba tumbado sobre su cama, algo malhumorado.

"¡Ese maldito Deku sigue sin venir a verme! ¡Y yo necesito sexo ya!"

Así que se levantó de la cama, dispuesto a ir a pedirle sexo a Izuku.

Y entonces paró en seco.

—Un momento...¿Qué diablos estoy pensando? ¿Yo? ¿Suplicarle a Deku? Eso nunca, mejor llamaré a alguien que no me negará una sesión de sexo.

Marcó el número y la persona del otro lado no tardó en responderle.

>¡Hola, Bakugou! ¿Cuál es el motivo  de tu llamada? Hacía tiempo que no contactadas  conmigo...

—Voy a ser directo, Shindou. Quiero sexo, ¿podemos quedar?

>¡Por supuesto! ¿Dónde quedamos?

—Donde me digas.

>Mmm...¿puedes venir a mi casa?

—Sí. ¿Vives en la misma casa?

>.

—Bien, pues voy para allá.

>Vale~ ¡Te espero~!

Bakugou cortó la llamada y salió de su casa. Dispuesto a alejarse de su barrio con tal de no dejar su orgullo de lado y demostrarle a Izuku que no lo necesitaba.

"Seguro que esto es un plan del nerd. Pero yo no seré el que ceda, que me suplique él por sexo. Yo no lo haré."

Midoriya, sin saberlo, había iniciado una especie de guerra fría de la que no se sabía cuál de los dos saldría victorioso.

***
Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

¿Hay esperanza? [Dekukatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora