13.

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***
El fin de semana pasó sin pena ni gloria, ambos lo pasaron encerrados como si hubiesen estado en cuarentena.

Midoriya estuvo viendo animes y llorando mientras comía helado. Con las persianas sin subir.

Por otra parte, Katsuki se lo pasó haciendo ejercicio en su casa, pidió comida mexicana a domicilio, vio algunas películas y no pensó en Denki.  Ni siquiera contactó con él, pues prefería decirle las cosas a la cara y lanzar su ropa por la ventana en cuanto lo viera venir. También había cambiado la cerradura de la puerta la mañana del lunes para que el rubio no pudiese adentrarse en su casa nunca más.

Todo esto provocó que el lunes, ya entrada la tarde, se formase un gran escándalo en cuanto Kaminari llegó.

Un taxi lo traía de vuelta a casa. Por el camino el miraba por la ventana y, conforme se acercaba a su hogar; no podía creer lo que veía.

—¿Pero qué...?—Dijo al ver todas sus pertenencias tiradas en el suelo.

—Buff, amigo. Creo que la ha cagado.—Comentó el taxista viendo el jardín repleto de ropa y otros objetos.

—Cállese y pare.

El conductor paró y le dijo al rubio lo que debía pagarle. Kaminari le dio el dinero y fue en dirección a su casa.

Intentó abrir pero no pudo.

—¡Katsuki! ¡¿Qué está pasando?!—Gritó mirando a la ventana en la que daba a su dormitorio.

No obtuvo respuesta.

—¡Katsuki! ¡Katsuki!

Entonces, se abrió la ventana y el aludido se asomó.

—¡¿Qué quieres?! ¡¿No ves que todas tus cosas están en la puerta?!

—Sí pero, ¿por qué?

—¡Porque me has engañado, imbécil! ¡Lo sé todo!

—¿Qué? ¡Yo no te he engañado!

—¿Ah, no? ¿Y quién demonios es Tetsutetsu? ¡¿A qué conferencia de literatura clásica has ido de Osaka si la última se celebró en 2003?!

Kaminari le miró sorprendido.

—¿Cómo te has enterado de eso?

—Eso da igual, ¡Quiero que te largues!

—Pero Katsuki...¡Yo te amo! ¡Podemos arreglar esto!

—¡Vete a la mierda!—Le respondió cerrando de golpe la ventana, dejando  al otro con la palabra en la boca.

Denki, cabreado, empezó a recoger lo que estaba en el suelo.

"Maldita sea. ¿Cómo se ha enterado? Se supone que Katsuki confía ciegamente en mí. Alguien tiene que haberle contado."

Guardó lo que pudo en las maletas que su ahora exnovio le había tirado y, cuando sacó su móvil para contactar con Mineta, un amigo suyo; se dio la vuelta y, al mirar en dirección a la casa de en frente, se topó con el burlón rostro de Izuku.

En ese instante, lo supo.

—Hijo de puta...

>¿Qué? ¿Yo?

—No Mineta, no te digo a ti. Por cierto, ¿podrías venir a recogerme? Mi novio me ha echado de casa. Estaré en calle.

>Vale, voy.

Mientras esperaba a que su amigo llegase, decidió cruzar la calle para hablar con Deku.

"Se va a enterar este pardillo."

Llamó al timbre e Izuku no tardó en abrirle.

—¡Buenas tardes, Kaminari-kun! ¿Pasa algo?

El susodicho lo agarró de la camiseta y lo encaró.

—Déjate de juegos, ¿has sido tú el que le ha contado la verdad a Katsuki, cierto?

—No sé de qué me hablas, Kaminari-kun.

—¡No me tomes por estúpido!

"Se está poniendo agresivo, tal vez deba admitirlo."

—Estás en lo cierto, se lo dije todo a Kacchan. Incluso nos acostamos el viernes para celebrar que te iba a dejar. 

Kaminari apretó sus puños con fuerza.

—¡Mientes! ¡Katsuki jamás se acostaría con un pringado como tú!—Gritó para después darle un puñetazo.

—No te lo creas si no quieres pero él me dijo que tenía el pene más grande que el tuyo y que le había hecho sentir más placer que tú en los años que lleváis de relación.

—¡Ahora sí que estás perdido, imbécil! ¡Vas a ver lo que es bueno!

Denki iba a darle un puñetazo a Izuku, alguien paró su puño.

—Katsuki...

—Deja de dar el espectáculo y vete de una jodida vez, maldita rata.—Dijo con tono amenazante.

—No me iré hasta que...

Entonces una voz chillona le llamó.

—¡Kaminari, sube! 

Era su amigo Mineta. Bakugou le miró.

—Vaya, ¿ahora estás con ese enano feo? Cada vez tus gustos van a peor.

—¡No tengo nada con él!—Le respondió.—Me tengo que ir pero estaremos en contacto. Nos vemos, mi querido Katsuki.—Le dijo para después acercarse a él e intentar darle un beso pero el  rubio cenizo le paró.

—Besa a tu puta madre mejor, a mí ni me roces. No quiero volver a verte.

—Sí, lo que tú digas. Nos veremos pronto, cariño~

Denki tomó sus maletas, algunas cupieron en el maletero pero otras las tuvo que poner el los asientos traseros, y se marchó.

Midoriya y Bakugou se quedaron solos de nuevo, aunque éste último ya estaba por irse.

—¡Gracias por defenderme, Kacchan!—Seguidamente se atrevió a darle un beso en su mejilla izquierda.

—¡¿Qué cojones haces?! ¡No te hagas ideas equivocadas! ¡Solamente lo he hecho para que se fuera, no por ti!

—Está bien, Kacchan. No te alteres.

A continuación le dio un beso en los labios, el otro no reaccionó e Izuku lo hizo de nuevo.

—Kacchan...¿Estás seguro de que no quieres volver a repetir?—Le susurró en su oído derecho.

Bakugou sintió un escalofrío y permaneció quieto.

¿Por qué ese nerd era en aquellos momentos capaz de dominarlo de aquella manera?

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!



¿Hay esperanza? [Dekukatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora