—Ustedes saben que puedo ver a través de esto —dijo Arthur, montado sobre su caballo, el cual era dirigido esta vez por Helena.La castaña lo volteó a ver de repente, preocupada de que el rubio haya podido ver su reacción antes de que volvieran a emprender camino, cuando se habían detenido a descansar. Luego notó que su misma actitud de ese momento la delataría aún más, por lo que optó por volver su vista al frente e ignorarlo, como los demás estaban haciendo. El cansancio de la jornada se había hecho presente en los cuerpos de todos, menos en el de Arthur, al parecer, quien no encontró manera de guardar silencio. Justo como Helena lo predijo en su mente.
»Árboles por todas partes —terminó el rubio con aburrimiento.
Y estaba en lo cierto. Ahora estaban atravesando el último tramo de recorrido para finalmente llegar a la cueva, donde se encontraban los demás integrantes de La Resistencia, los cuales esperaban al legítimo rey. Desde que Helena anunció que dicho hombre finalmente se había presentado, esperanza y fortaleza llenó el ambiente y las almas de los rebeldes, quienes no podían esperar a que por fin llegara el día en el que el trono de Camelot fuera ocupado por un correcto y leal Pendragon.
El bosque que atravesaban no estaba tan húmedo como podría haberse esperado, pues gracias al buen tiempo y al sol brillando en los cielos, la tierra estaba seca y facilitaba el andar de los caballos. El aire olía a puras hierbas y flores, aroma que tranquilizaba el tenso cuerpo de la castaña, quien no podía esperar a poderse bajar del caballo y mover sus piernas de manera que le resultara aliviadora. Sus muslos e isquiones estaban demasiado adoloridos y ya comenzaba a detestar mucho el balanceo del caballo, además se imaginaba que los pobres animales también estarían agotados. Al menos pronto serían atendidos, alimentados y acomodados para que descansaran.
En cuanto divisaron la entrada vigilada, los hombres que estaban de guardia les permitieron el paso, descubriendo el ingreso ante ellos. Pronto se encontraron bajando de sus corceles, Arthur siendo ayudado por Helena, para que no sufriera otra caída —por más interesante que llegara a resultarle a la mujer—. El suelo rocoso no sería tan amable esa vez con el rubio, a comparación de la arena de la playa.
Después de todos estar sobre sus pies, el más joven integrante y Percival no perdieron tiempo en dirigir al rubio hacia donde los demás lo estarían esperando. Bedivere sería uno de los primeros que querría hablar con Arthur, pues también él era el líder del movimiento, habiendo sido uno de los fieles caballeros de Uther Pendragon, cuando este estuvo vivo. El moreno había conocido a Vortigern y, aunque eso no asegurara nada en realidad, gracias al poder que el rey actual poseía, haberlo conocido en un pasado, podría ayudar lo suficiente para poderlo derrotar. Pero quedaba claro que sin el hombre de la profecía, no había nada que pudieran lograr, razón por la cual Arthur había llegado a ese lugar. Razón por la cual se habían tomado tantas molestias en llevarlo hasta ese punto sin daño alguno, y todo lo anterior jamás pasaría por alto por el sucesor.
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LEGENDS «king arthur»
Fanfic𝕷𝖊𝖌𝖊𝖓𝖉𝖘 «𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝗇𝖺𝖽𝖺 𝗏𝗂𝗇𝗈 𝗎𝗇 𝙧𝙚𝙮, 𝖽𝖾 𝗅𝗈𝗌 𝗈𝗋𝗂́𝗀𝖾𝗇𝖾𝗌 𝗌𝖾 𝖿𝗈𝗋𝗃𝗈́ 𝙙𝙚𝙨𝙩𝙞𝙣𝙤𝙨 𝗒 𝖽𝖾 𝗆𝗂𝗍𝗈𝗌 𝗇𝖺𝖼𝗂𝖾𝗋𝗈𝗇 𝙡...