𝟏𝟓. 𝐀𝐌𝐄𝐍𝐀𝐙𝐀.

59 10 8
                                    


Ashton's POV.

-Patrick, llama a Lorenzo.- Le dije montándome en el coche.

Este asintió.

-Lorenzo, estamos en problemas... Allá vamos.-Colgó.- Ve hacia la base.

Asentí y le di velocidad al coche para llegar lo antes posible. Miré hacia mi derecha y vi a Chiara con cara de preocupación, jugando con sus manos en su regazo. Acerqué mi mano a la suya, agarrándola y acercándola a mis labios para dejar un beso en ella. Me miró y le di una mirada tranquilizadora.

-Tranquila, cariño.- Habló Patrick.- Con nosotros estás a salvo. 

Elevó la comisura de sus labios y giró su cabeza de nuevo a la ventana. Sabía que tenía miedo y no iba a dejar que le pasara nada nunca, iba a protegerla por encima de todo. 


♣ ♦ ♥ ♠ ♣ ♦ ♥ ♠


Al cabo de unos diez minutos, llegamos y corrimos hacia dentro.

-¿Qué ha pasado?- Preguntó Lorenzo.

-Donovant está buscando a Chiara e iba hacia mi casa.- Respondí.

En ese momento mi teléfono comenzó a sonar y vi que era mi hermana. Fruncí el ceño, eran las dos de la madrugada.

-¿Lauren?

-Ashton.- Su voz temblabla.

-¿Qué pasa, pequeña?

-Alguien nos ha dejado una carta por debajo de la puerta.- Susurró.- Dice "Si no le decís a vuestro adorable Ashton que me devuelva a mi hija, sufriréis las consecuencias."

-¿Dónde están mamá y Harry?- Pregunté y mi puño se cerró, clavando mis uñas en la palma de la mano.

-Estamos todos en el salón.

-Pon el teléfono en altavoz.- Lo hizo.- Bien, ahora escuchadme todos con atención, coged todo lo que tengáis e iros lo más lejos posible.

-Ashton, ¿qué es todo esto?- Escuché la voz de mi madre.

-Cuando pueda te lo explicaré, por ahora haced lo que os he dicho y estaréis bien, ¿de acuerdo?

-Si.- Dijeron los tres al unísono.

-Bien, llamadme en cuanto lleguéis al sitio y tened cuidado. Os quiero mucho.

-Nosotros también y ten cuidado, por favor.- Dijo mi madre.

Asentí y colgué. Me giré hacia Lorenzo y vi que su cara estaba roja de furia y la vena de su cuello iba a explotar. 

-¿Ha amenazado a tu familia?- Escupió y asentí.- Figlio di putana, no se lo voy a permitir, no de nuevo.

Acto seguido comenzó a ordenar que nos pusiéramos manos a la obra, repasando las posiciones de cada uno, cuando Jack entró gritando por la puerta.

-¡La casa de Ashton está ardiendo! ¡Como le haya pasado algo juro que...- Dejó de hablar al verme.- ¿Qué cojones?- Vino y me abrazó.- Pensé que te había pasado algo.

-Tranquilo, me avisaron a tiempo de que Donovant iba hacia allí.- Le tranquilicé.

Busqué con mi mirada a Chiara y la vi sentada en uno de los sillones, temblando y con los ojos aguados, pero sin dejar que las lágrimas salieran. Me acerqué, sentándome a su lado y ella se acercó a mi, acurrucándose en mi pecho. Y fue entonces cuando empezó a llorar desconsoladamente.

-Eh, eh preciosa.- Mi mano se dirigió a su mentón para que me mirase.- ¿Qué pasa?

-Tengo miedo de que por mi culpa mi padre le haga daño a tu familia, no debería de haberte hablado ese día ahora soy un problema.- Susurró.

-Amor.- Acuné su cara entre mis manos.- No voy a dejar que te pase nada ni a ti ni a mi familia, e igualmente yo te buscaba en ese momento pero sabía tu situación y debía ir poco a poco.- Le obligué a mirarme a los ojos.- Voy a protegerte, incluso si eso significa que pudiesen acabar conmigo.

-No me perdonaría que te pasara algo, si te vas de mi lado no podría seguir.

-Pues entonces, confía en mi.- Dejé un beso en sus labios.- Te prometo que no va a pasarnos nada, ¿vale?

-Ragazza.- Interrumpió Lorenzo.- Confía en él y en nosotros.- Se agachó delante nuestra y cogió las manos de ella.- Él vino buscando ayuda para encontrarte y en cuanto vi la desesperación en sus ojos, supe que teníamos que encontrarte. - Sonrió.-  Sergey mató a mi mujer y mis dos hijos hace diez años y no permitiré que le vuelva a pasar a nadie más.- Me miró.- Vais a estar todos a salvo conmigo.- Depositó un leve apretón en la mano de Chiara y en mi rodilla.

Ahora entendía porqué siempre ayudaba a todo el mundo, sobretodo a las familia y más las amenazadas por Donovant. Mientras nos contó lo de su familia, vi el dolor en sus ojos, sabía que hasta que no acabase con él, no iba a descansar.

-Ragazzi, es hora de que cojáis vuestras armas y os dirijáis hacia la base del bastardo.- Exclamó Lorenzo, a lo que todos hicimos caso.

Cogí mi revolver junto a otras cuatro 44-40 Winchester de 9 mm y las escondí por todo mi cuerpo, cosa con la que no tuve problemas porque eran de pequeño tamaño. Fui en la dirección de ella, viendo su cara de horror mientras negaba con la cabeza.

-Chiara...- Me cortó.

-Ashton, no por favor, no lo hagas, quédate conmigo.- Comenzó a sollozar.

-Mírame, mírame.- Pero se negaba.- Chiara por favor, mírame.- Me hizo caso.- Estaré de vuelta antes de lo que crees, ¿está bien?- Ella asintió.- Te amo, no lo olvides.

Rodeé su pequeño cuerpo con mis brazos y la besé, como si fuera la última vez que lo hiciera. Iba a volver, no voy a dejarla sola.

Lorenzo nos llamó para que nos montáramos en los coches y fui en dirección de estos. Al girarme, una mujer rubia estaba al lado de Chiara y me percaté de que era Abril, la mujer del líder español. Sentí una mano en mi hombro.

-Estará bien cuidada, ragazzo.

-Lo sé.


♣ ♦ ♥ ♠ ♣ ♦ ♥ ♠


Tenía que admitir que los nervios me comían por dentro, pero la rabia por el daño causado y el amor por ella eran más fuerte que cualquier sentimiento de nerviosismo, y estaba dispuesto hacer lo impensable por ella y mi familia.

Nos detuvimos delante de la base, pero lo suficientemente alejados como para que vieran nuestros coches. Poco a poco nos fuimos acercando hasta posicionarnos delante, pero escondidos.

Miré a Lorenzo, quien le hizo una señal a Marco y este lanzó las bombas lacrimógenas dentro de la base. Se comenzaron a escuchar gritos desde dentro y varios de los chicos empezaron a disparar con las metralletas por un minuto, hasta que pararon y comprobamos que no se escuchaba nada. 

El jefe nos hizo movió la mano, indicando que le siguiéramos.

-Ashton, Patrick.- Nos llamó.- Vosotros conmigo.

Y eso hicimos, mientras los chicos entraban de uno en uno, vigilando que no hubiese ni un solo cuerpo vivo. Los tres nos dirigimos a una nave que había detrás de la base, con cuidado Lorenzo abrió la puerta a la vez que Patrick y yo apuntábamos con nuestras pistolas.

-Vaya, qué sorpresa.- Rió sarcásticamente.- Pero si tenemos aquí a los tres mosqueteros.



𝐍𝐎𝐒𝐓𝐑𝐀 𝐂𝐈𝐓𝐓𝐀́ | 𝐀𝐒𝐇𝐓𝐎𝐍 𝐈𝐑𝐖𝐈𝐍 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora