𝟏𝟔. 𝐈𝐍𝐂𝐎𝐍𝐒𝐂𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄.

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Ashton's POV.

-Hijo de perra.- Escuché a Patrick gruñir.

Seguí hacia donde se dirigía la mirada de Patrick. Estab atada de pies y de manos, con su boca tapada, moviéndose, intentando zafarse de las ataduras. Sus ojos nos miraban con miedo y súplica.

-Nos volvemos a ver, Rossi y Da Rosa.- Volvió a reírse y me dirigió su mirada.- Vaya Irwin, qué sorpresa más grata.- Apuntó su pistola a la cabeza de ella.- Qué bien que habéis llegado a ver el espectáculo.

-Hazle algo y juro que estás muerto, bastardo.- Lorenzo habló.

-¿No tenías bastante advertencia con la muerte de tu familia, Lorenzo?- Sonrió.

Miré hacia mi derecha, viendo como las venas del cuello del italiano salían a relucir más que nunca, sus ojos eran puro odio y furia, sus puños blancos.

-No te atrevas a nombrarlo, stronzo.

Sergey rodó los ojos y empezó a acariciar su cara, mirando a Patrick con diversión. Era un jodido psicópata.

-Nunca fueron tuyas, siempre me han pertenecido, Rossi.- Volvió a apuntar a su cabeza.- Despídete de ella, va a morir siendo mía.

Patrick fue a abalanzarse hacia él, pero un estruendo ensordecedor nos derribó al suelo. Mis oídos pitaban con muchísima fuerza y mi vista se volvió negra.


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Chiara's POV.

Hacía como tres horas que se habían ido y no podía parar de dar vueltas de un lado a otro, mordiéndome las uñas. Abril me había tratado de tranquilizar durante un buen rato, pero no lo conseguía. 

De pronto, escuché varios motores fuera y salí desesperada. Solo venían cinco de los chicos, y entre ellos ninguno era Ashton, ni Lorenzo ni Patrick. Me quedé de piedra.

-Chiara.- Vicenzo se puso a mi lado.- Ahora vuelven los demás, nosotros hemos venido porque hemos acabado con la mayoría de sus hombres y debíamos asegurarnos que seguíais bien.

Asentí aliviada. Volví hacia uno de los sillones, sentándome y volviéndome a sumergir en mis pensamientos. 

No podía seguir considerando a Sergey como mi progenitor, estas cosas no las hace un padre, esto lo hace un jodido psicópata. ¿En qué momento de su miserable vida nos había "recuperado" a mi madre y a mi? Sigo sin saber qué pasó el día del accidente, seguía sin saber muchas cosas, aunque ahora era lo que menos me preocupaba. Sonreí al pensar que Ashton se había metido en este mundo solo por tenerme de vuelta, me parecía tierno pero una locura tremenda. Me gustaba saber que se jugaría la vida por mi al igual que yo por él, pero no quería que lo hiciera, porque si recuerdo el porqué me enamoré de él y no podría imaginarme de nuevo una vida sin mi rizado. 

En ese momento, vi como entraban el resto de los chicos armando escándalo, con alguien entre sus brazos.

-¡Llamad a Dante y subirlo a una de las habitaciones ya!- Gritó Lorenzo.

Mi mirada cayó en el cuerpo que llevaban entre Marco y Adriano. Sentí como mis ojos quemaban y picaban, mi cuerpo temblaba y mi cara se mojaba debido a las lágrimas. 

-Ashton...- Susurré.

-¡Chiara, relájate!- Unos brazos me rodeaban fuertemente, intentado alejarme del cuerpo de Ashton.

-¡Suéltame!- Grité.

-Ragazza, va a estar bien, solo necesita unas curas y descanso.- Las manos de Lorenzo se posicionaron en mis hombros.

-¿Qué ha pasado?- Salió de mi un hilo de voz.

-Alguien puso una bomba justo detrás nuestra e impactó en Ashton.- Limpió una de mis lágrimas.- Está inconsciente por el susto del estallido, pero va a estar bien.

Lorenzo era una buena persona, se preocupaba por los demás y transmitía tranquilidad, por muy mal que estuvieran las cosas. Me dedicó una sonrisa y estiró sus brazos, indicándome que me acercara a él. Su abrazo era fraternal.

-Chiara, mi niña.-Escuché una voz conocida.

Me deshice del abrazo del italiano, para girarme y ver a mi madre. Sin pensarlo dos veces, salté a sus brazos, dando rienda suelta de nuevo a mi descontrolado llanto. Su mano divagaba por mi espalda, de arriba a abajo, tratando de calmarme.

-Lo siento, hija.- Me separó, cogiendo mi cara entre sus manos.- Debí haberte contado todo desde el principio y evitar todo esto.

-No pasa nada mamá.- Miré su rostro, estaba blanca y con los ojos hinchados.

-¿Chiara?- Me llamó Lorenzo. Lo miré.- Ashton ha despertado, ¿quieres subir a verle?

Asentí y me señaló el camino hacia la habitación. Abrí la puerta intentando no hacer ruido, dándome la vista de él tumbado en la cama. Su mirada se dirigió hacia mi, se movió hacia un lado, palmeando el sitio libre de su izquierda para que me sentara. Puse mi cuerpo al lado del suyo y acaricié su pelo.

-Pensé que te había pasado algo.- Susurré.

-Nah, nunca me pasará nada si sé que estás esperándome.- Sonrió y solté una risa.- Te he echado de menos, Chiara.

Nuestros ojos se encontraron y vi sinceridad, arrepentimiento, pero lo que más había era amor. Ese sentimiento que pocas personas tienen la suerte de sentir en su vida, en el que el corazón te late rápido, los ojos tienen un brillo peculiar, las sonrisas son las que chivan ese sentimiento de felicidad y amor. Él estaba así, y seguramente yo también.

Mi mano se posó en su nuca, acercándolo para poder unir nuestros labios. Un beso tranquilo, un beso necesitado por parte de ambos, en medio de él sonreímos como tontos.

La puerta se abrió, dejando ver a una chica rubia de ojos claros.

-¿Interrumpo?- Preguntó con asco.

-¿Qué haces aquí?- Gruñó Ashton.

-Quería ver como estaba el bombón de la banda.- Sonrió acercándose a él.

Fruncí el ceño y lo miré.

-¿Qué es esto, Ashton?- Pregunté.

-¿Esta quién es? ¿Una puta?- Preguntó riéndose.

Me levanté en su dirección, esta tía iba a saber lo que era una buena hostia. 

-Eh, eh.- Me agarraron de los brazos.- ¿Qué está pasando?- Habló Jack.

Miró hacia la rubia, después me soltó mirándome y terminó mirando a Ashton.

-Esta perra, que ha venido a romper los cojones.- Escupí.

Volvió a mirar a la rubia.

-Ivana, ¿cuántas veces hace falta decirte que no se va a ir contigo?- Le reprochó.

-No eres mi padre y no eres él para decirme nada.

-Pues te lo digo yo.- Habló Ashton.- No me interesas ni tú ni nadie, ella es mi novia desde hace cuatro años y por mucho que lo intentes, no voy a caer en tu juego.- Sonrió irónicamente.- Ahora solo hace falta que venga a decírtelo tu padre, a ver si te vas de una jodida vez.

Rodó los ojos y se fue. Jack me miró y empezó a reírse.

-Irwin, tienes un rottweiler por novia.- Me puso una mano en el hombro.- Ella pegaría más en este sitio que tú.

-Muy gracioso, Hemmings.-Hablé.

- Estoy feliz de tener a mi rottweiler de vuelta.



𝐍𝐎𝐒𝐓𝐑𝐀 𝐂𝐈𝐓𝐓𝐀́ | 𝐀𝐒𝐇𝐓𝐎𝐍 𝐈𝐑𝐖𝐈𝐍 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora