Ashton's POV.
-¿Me puedes decir qué cojones pasa, Jack?- Corrí detrás de él mientras entrábamos en el cobertizo.
-Ashton, en Wavell Heights está la jodida mafia rusa.- Suspiró.
-¿Y ellos están con Donovant?
Negó con la cabeza.
-Ellos están con ellos mismos.
-¿Qué es lo que pasa, raggazzi?- Lorenzo apareció al lado nuestra.
-Los rusos se han llevado a Chiara.- Suspiró el rubio, mientras al italiano casi se le salen sus ojos de las órbitas.
-¿Alguien me puede explicar que mierda significa que "ellos están con ellos mismos"?- Pregunté, seguía sin entender nada.
-Ragazzi, coged las armas mientras llamo a los demás.- Corrió hacia fuera.
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Nos montamos en los coches, poniendo rumbo al norte de la ciudad en busca de Chiara. Miraba por la ventana mientras pensaba que todo esto había sido mi culpa. Si yo le hubiese perdonado, ella no estaría en peligro, o no sé como mierda estará pero la quiero de vuelta. Me niego a pensar que puede irse de mi lado de nuevo.
-Los rusos quieren joder a Blut stieg auf y Nostra Città.- Lorenzo comenzó a hablar y me giré a mirarle.- Saben que los dos bandos estamos luchando por ella, así que tendrían a uno de sus perros oliéndonos el culo y han encontrado la manera de joder más todavía.- Rió con sarcasmo.- Misha Vasiliev se cargó a mi hermano tres días después de que Donovant acabara con mi mujer e hijos.- Los nudillos se volvieron blancos.- Pero juro que van a pagar por esto, y no te van a hacer lo mismo, Ashton.- Puso su mano en mi hombro.- No pienso permitirlo.
Asentí y le di una sonrisa de agradecimiento, cuando llegamos al sitio. Más que una casa, parecía una jodida mansión. Lorenzo salió del coche mientras los demás nos escondíamos. Se dirigió a la puerta de la casa y tocó el timbre, cuando apareció un hombre alto y fuerte, rubio y con ojos azules, aunque no era más grande que el italiano.
-¡Lorenzo Da Rosa! Qué bueno verte, viejo amigo.- Exclamó el hombre.
-Déjate de mierdas, Vasiliev.- Escupió Lorenzo.- ¿Dónde está la chica?
El hombre comenzó a reír.
-¡Qué valiente eres, Loren!- Se sujetaba su barriga mientras reía.- ¿En serio me crees tan jodidamente subnormal? Piérdete.
Acto seguido, cerró la puerta. Lorenzo nos miró, poniendo su pulgar hacia arriba, indicándonos que era la hora de actuar. Los que manejaban las bombas salieron primero, lanzándolas dentro de la casa, haciendo que todo se llenara de humo y los demás pudiésemos disparar.
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Chiara's POV
Debí haberle hecho caso a Ashton, si hubiese vuelto con él no estaría en esta camilla de metal atada y con un puto psicópata sentando mientras me mira.
La puerta se abrió, mostrando a un hombre con no más de 40 años. Me miró y sonrió, acercándose.
-Vaya, vaya.- Acarició mi mejilla.- Ahora entiendo porque te quieren tanto, aunque parece que a tu novio no le importas tanto, querida.- Mis lágrimas seguían saliendo sin parar.- Han pasado más de cinco horas y no ha venido a por ti, seguro que se ha ido con la linda rubia italiana.- Rió y se giró al chico del coche.- Toda tuya, Petrov.
Salió por la puerta y el chico se acercó a mi con una sonrisa de burla. Intenté por todos los medios deshacerme de las cuerdas, pero solo conseguía hacerme daño. Empezó a recorrer mi cuerpo con sus manos, mientras que miles de escalofríos atacaban mi cuerpo mientras temblaba de miedo.
-Nos lo vamos a pasar genial, Chiarita.- Sonrió.
Se posicionó encima de mi, sentándose en mi estómago y magreando mis pechos. Yo solo lloraba y sentía asco. Pegó un salto cuando se escuchó abrirse la puerta de un golpe.
-¡Vaya! Pero si es tu novio.- Sonrió el tal Petrov.
Moví mi cabeza para poder mirar a la puerta, donde estaban Ashton y Jack. Sus armas apuntaban al chico delante de mi.
-Muévete, Adrik.- Escupió Jack.
-Uuh qué miedo, me estás apuntando con un arma.- Volvió a reírse.
En un movimiento rápido, el rubio se abalanzó contra él mientras le asestaba un puñetazo tras otro en la cara. Ashton se acercó a mi, desatando las cuerdas y quitándome la cinta de la boca. Me incorporé en la camilla y me abalancé a sus brazos.
-Lo siento, lo siento mucho.- Sollocé.- Debí haberte hecho caso e irme contigo.
-Shh, ya está mi vida, estoy aquí.- Besaba mi cabeza y acariciaba mi espalda.
-Oh, míralos que preciosidad de pareja.- Se escuchó a Adrik.- Qué pena que nos hayan cortado el rollo, lo íbamos a pasar tan bien.- Sacó una sonrisa socarrona.
Ashton se separó de mi, apartó a Jack y apuntó con su arma a la cabeza del chico.
-¿Sabes quién lo va a pasar mejor?.- Habló el rizado.- Yo mientras veo como te desangras.
Jack rápidamente se acercó a mi, apretándome contra su pecho para taparme la visión.
-Una pena, tu novia es muy sexy y no me hubiese importado reventarla contra esa camilla y todos los sitios de la casa.
-Nos vemos en el infierno, Petrov.- Escuché a Ashton, seguido de un disparo.
Mi cuerpo se tensó y el rubio lo notó, así que solo acarició mi cabeza antes de separarse de mi, dejando paso a Ashton.
-Hora de volver a casa.- Me ayudó a bajar.
Salimos de ese sitio, había cuerpos tirados por el suelo, pero ninguno de ellos eran conocidos. El viento frío del amanecer me golpeó, haciendo que me abrazara a mi misma. Ashton me rodeó con sus brazos mientras subíamos al coche. Me acurruqué en su pecho y así estuve todo el camino hasta la casa de Lorenzo.
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Llevábamos un rato tumbados en la cama, yo seguía intentando procesar el hecho de que mi novio le haya pegado un tiro a alguien sin reparo ninguno y por mi. Noté sus ojos miel clavados en mi.
-Chiara, lo siento.- Susurró.
Me incorporé en la cama, sentándome en su regazo.
-Soy yo quien debería de pedir perdón, Ash.- Suspiré.- No debí decir eso y mucho menos, montarme en un coche de un desconocido. Solo que el enfado me cegó y al final...
-Mírame.- Cogió mi cara entre sus manos.- El gilipollas fui yo, el rencor no me dejó pensar con claridad y en vez de perdonarte, decidí irme.
-Estamos en paz, entonces.- Susurré y sonrió.
Nuestros labios se juntaron con necesidad, para darnos paso a una mañana llena de lujuria después del mal trago.
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𝐍𝐎𝐒𝐓𝐑𝐀 𝐂𝐈𝐓𝐓𝐀́ | 𝐀𝐒𝐇𝐓𝐎𝐍 𝐈𝐑𝐖𝐈𝐍 |
Hayran Kurgu¿Te has parado a pensar en lo rápido que puede cambiar tu vida? ¿En cómo en menos de dos segundos, todo lo que era estable en ella puede desvanecerse? Si a él le hubieran preguntado si su vida daría tal giro, nunca hubiese respondido un "sí". Pero...