𝐍𝐎𝐒𝐓𝐑𝐀 𝐂𝐈𝐓𝐓𝐀́ | 𝐀𝐒𝐇𝐓𝐎𝐍 𝐈𝐑𝐖𝐈𝐍 |

𝟐𝟐. 𝐑𝐄𝐂𝐔𝐄𝐑𝐃𝐎𝐒.

Ashton's POV

Llevábamos un mes viviendo en casa de Lorenzo, era bastante grande como para que viviéramos todos allí. Seguíamos buscando al bastardo alemán, pero parecía como si se hubiese abierto un agujero y se lo hubiera tragado. Aunque si es así tampoco sería un problema.
¿Los rusos? Aquel día todos terminaron por los suelos y bueno, teníamos a la policía pegada en el culo todo el santo día. No sé como lo hacía el italiano, pero se libraba siempre de todo.

-Buenos días, amor. -Escuché la voz de Chiara.

Miré hacia ella y sonreí, dándole un beso en los labios. Tenía los ojos cerrados aún, mientras agarraba mi mano y hacia pequeños círculos en ella. Abrió los ojos y se levantó de la cama, dirigiéndose al baño. Le di una palmada en el trasero y saltó.

-¡Ashton! -Gritó mientras se reía. 

-¿Qué? -Me encogí de hombros mientras me mordía el labio. 

-Eres de lo que no hay. -Negó con la cabeza, cerrando la puerta detrás suya.

Mi teléfono vibró, así que estiré la mano y vi en la pantalla el nombre de mi madre.

-¿Mamá?

-¡Hola, cariño! -Sonreí al escuchar su voz.- ¿Cómo estás? ¿Sabes algo de Chiara? ¿Cómo te va el trabajo? Hace como un mes que no hablamos.

-Mamá, relájate. - Reí - Está todo bien, yo estoy bien y la tengo de vuelta conmigo.

-¡Qué bien! Aunque todavía sigo esperando a que me cuentes eso por lo que tuvimos que irnos de Brisbane, Ashton. -Su voz se tornó seria.

Suspiré.

-Creo que eso tendrá que ser más adelante, mamá.- Miré hacia la puerta del cuarto, por donde asomaba Alana. - Debo irme, pero en cuanto pueda te llamo, ¿si? Cuidaros mucho, os quiero.
-Está bien, pero me debes explicaciones, Fletcher. Adiós, te queremos.

Y colgué. Le hice un ademán a la madre de Chiara para que entrase en el cuarto. Fruncí el ceño, esperándome lo peor.

-¿Dónde está Chiara? -Preguntó y le señalé el baño. -Mejor bajemos, ella no se puede enterar de esto.

Me puse una camiseta y seguí los pasos de Alana hasta el salón, nos sentamos en el sofá y suspiró. Mi corazón iba a mil por hora.

-¿Qué es lo que pasa?- Pregunté desesperado porque no hablaba.

-Este sábado es el cumpleaños de Chiara y queremos hacerle una pequeña fiesta sorpresa.- Solté todo el aire que llevaba rato reteniendo.- Necesitamos que la entretengas.- Me miró con súplica.

-Claro que lo haré.- Sonreí y ella me abrazó.

-¿Qué andáis los dos hablando con tanto secretismo?- Apoyó su cabeza en el marco de la puerta y subió una ceja sonriendo.

-Nada preciosa.- Me levanté a darle un beso.- Hablando de la vida.

Negó con la cabeza y fue a la cocina. Llevaba unos días bastante distraída y sabía que había algo que le rondaba la cabeza, pero no decía el qué era. Sentada en el suelo del porche, desayunaba unos cereales con su mirada fija en el césped.

-Amor, ¿qué te pasa?- Pregunté, mientras me sentaba detrás suya y apoyaba mi cabeza en su hombro.

-Ash, no es nada.- Suspiró.- Simplemente que llevo unas noches que no duermo bien.- Hizo una mueca. 

Preferí dejar de preguntar, le di un beso en la cabeza y volví dentro de la casa.

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