𝐍𝐎𝐒𝐓𝐑𝐀 𝐂𝐈𝐓𝐓𝐀́ | 𝐀𝐒𝐇𝐓𝐎𝐍 𝐈𝐑𝐖𝐈𝐍 |

𝟐𝟒. 𝐒𝐈́𝐃𝐍𝐄𝐘.

Ashton's POV.

Ya era junio, habían pasado dos meses desde el día en que Chiara reconoció a los chicos y hemos vuelto a ser los mismos de antes. Donovant no había hecho ningún movimiento o algo que nos hiciera ponernos a alerta, lo cual era raro pero bueno. 

-Hey, Ash.- Me llamó mi amigo el rubio.- ¿Quieres que una cerveza?- Señaló dentro de la casa y asentí.

Lorenzo le había cogido cariño a los chicos, teniendo en cuenta de que uno de ellos es hermano de Jack y él siempre trata bien a la familia de los chicos. Venían muchas veces para pasar tiempo en una pequeña piscina que tenía la casa y así poder estar "sin preocupaciones".

-Gracias.- Le dije a Luke cuando me trajo la cerveza.- ¿Cómo va todo con Sierra?

-Genial, cada día todo va a mejor.- Sonrió tontamente.

Reí.

-Desde luego que te hacía falta una mujer así, Robert.- Respondí.

-Me ha sacado de lo más oscuro y aún así ha aguantado tanta mierda que si fuera otra, ya me hubiese mandando a sabe dios donde.- Suspiró.- Es la mujer de mi vida y esta vez voy en serio.

-Ya me jodería que no fuese en serio después de aguantarte durante 5 años y pensar seguir haciéndolo.- Habló Michael, mientras se sentaba con Calum a nuestro lado.

-Muy gracioso, Clifford.- Luke rodó los ojos.

-¿Y tú, Hood?- Pregunté.

-¿Yo? Estoy muy feliz con Duke.- Se encogió de hombros y todos reímos.- Es Michael el que está loco.

Miro a mi amigo con una ceja levantada.

-¿Qué es lo que tienes en mente, Gordon?- Pregunto.

-Bueno...- Se rascó la cabeza.

-¡No me jodas, Michael!- Gritamos Luke y yo.

-¡Shhh! Joder, que todavía no se lo he pedido.- Nos mandó a callar.

-Amigo mío, te vas a atar para el resto de tu vida.- Calum hizo un gesto de pésame.

-Al menos yo tengo a alguien con quien compartir mi vida, Hood.- Se burló.- Igualmente, ya va siendo hora de sentar la cabeza o al menos yo. Tenemos 26 años y la mayoría llevamos bastantes años con las personas que realmente queremos.

-¡ME ESTÁIS HACIENDO SENTIRME SOLO!- Gritó Calum y todos reímos.

-¿Qué es lo que pasa?- Chiara y las chicas aparecieron.

-Nada, amor.- La senté en mi regazo y le di un beso.- Las tonterías de Calum.

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Pasamos todo el día bebiendo y comiendo como en los viejos tiempos, echaba de menos el  tenerlos a todos reunidos y escuchar todas sus tonterías. 

-Ashton, al cobertizo ya.- Entró Vicenzo en la habitación con una voz demandante.

Miré a Chiara, la cual tenía cara de no entender nada. Me acerqué y le di un beso, para seguidamente bajar donde me esperaban. Todos estaban reunidos y con unas caras no muy buenas. Fruncí el ceño.

-Ragazzo, siéntate.- Me dijo Lorenzo y acepté.

-Donovant ha venido con su séquito.- Habló Jack.- No aquí, si no que los ha traído a todos a la ciudad y son el doble que nosotros.

-Con esto quiero decir que tú y Chiara, debéis iros.- El dedo del italiano me señaló.- No quiero que os pase nada y, obviamente él va a ir a por la chica.- Suspiró.

-¿Qué?- Demasiada información para mi cabeza.

-De hecho, todo esto se quedará solitario, vamos a irnos a otra ciudad.- Habló Lorenzo.- Para así poder idear algo para matarlo, sin que se meta por medio.

No sé como estaría mi cara, pero de seguro estaría tan blanca como una pared. Asentí y dentro de mi hubo algo que se encogió al saber que debía irme de aquí y dejar casi toda mi vida atrás por un tiempo.

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-¿Qué es lo que pasa, Ashton?- Me preguntó Chiara una vez que subí a la habitación.

Se sentó al lado mía y cogió mis manos, dando leves caricias intentando calmarme. La miré y sonreí. Sabía que le iba a doler.

-Chiara, debemos irnos de Brisbane.- Suspiré.- Donovant a vuelto con el doble de hombres, los chicos también se irán de la ciudad.

-Espera, ¿qué tenemos que ver nosotros...?- Se calló y supo que todo esto era por ella.- Oh, esta bien.- Bajó su mirada.

-Vamos a ir a Sídney con mi madre y mis hermanos, ¿vale? Está en la otra punta del país y ahí si estaremos a salvo.- Sonreí y ella hizo una mueca.

-¿Cuándo debemos irnos?- Me miró.

-Mañana por la mañana, ahora llamaré a los chicos y les contaré.- Asintió.

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-Tened mucho cuidado, si pasa algo no dudéis en llamarme, ¿capito?- Nos habló Lorenzo y asentimos.- Cuida de ella y también de ti, sois dos chicos increíbles y demostráis cada día que todo se puede superar.- Hizo una pausa.- Nos vemos pronto, ragazzi. 

Y poco a poco fuimos despidiéndonos de todos los chicos, Patrick y Alana se vendrían con nosotros pero en otro coche. Arranqué el coche, nos quedaban seis largas horas de camino, pero mientras pudiera mantenerla a salvo, me daba absolutamente igual todo. Miré hacia el asiento de copiloto, tenía una mirada triste y sabía que en cualquier momento rompería a llorar, mantenía sus manos encima de su regazo. Agarré su mano y le di un suave apretón.

-Todo va a estar bien, amor.- Suspiré.- Patrick y yo vamos a estar protegiéndoos a las dos, incluso puede que ellos se vengan más tarde con nosotros.- Dije refiriéndome a los chicos.

-Lo sé, Ash.- Miró hacia abajo.- Solo que cuando justo estaba recordando todo.- Su voz se empezó a quebrar.- Nos hemos tenido que ir por culpa del loco que tengo por padre.

Me llevé su mano a mis labios para dejar un beso, ella sonrió. Mirarle a la cara es como ver a un ángel, el ángel por el cual daría mi vida si así dios lo quería. Volví mi vista a la carretera. Mi mente divagaba en lo que había dicho mi amigo Michael el día anterior. ¿Sería buen momento cuando llegáramos de pedirle matrimonio? ¿Ella querría? ¿Y si no quiere y me quedo como un bobo?  No paraba de pasar preguntas por mi cabeza, hasta que escuché la voz de Chiara.

-Ashton, vienen dos coche detrás nuestra.- Miré por el retrovisor.

-Uno es el de tus padres, amor.- Reí pero paré al ver el otro.- Agáchate.

-¿Qué mier...?

-¡AGÁCHATE!- Bajé su cabeza a la fuerza, mientras un grito desgarrador salía de mi garganta.