𝟏𝟖. 𝐀́𝐍𝐆𝐄𝐋.

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Ashton's POV.

Escuchamos un sollozo en la puerta y nos giramos todos los presentes para ver que Chiara tenía sus manos en la boca y sus ojos llenos de agua. Había estado escuchando. 

-Mierda.- Susurré.

Miré a Lorenzo pidiéndole disculpas, a lo que movió su cabeza para darme permiso de irme con ella. Llegué a su lado y la abracé, no sé que vínculo tenía realmente con ese chico, pero parecía demasiado importante. No dejaba de llorar y seguíamos en la puerta, así que pasé un brazo por debajo de sus piernas para alejarla de allí mientras ella seguía llorando en mi pecho. 

Sabía que adoraba las flores, así que me senté con ella en el pequeño prado lleno de margaritas. Se separó de mi pecho para acomodarse entre mis piernas, quedando cara a cara, mirándome con sus ojos llenos de tristeza. Pasé mis pulgares por debajo de sus ojos, limpiando las lágrimas.

-Lo siento, yo no debería de haber escuchado.- Volvió a bajar su vista.

-No pasa nada, mi vida.- Dejé un beso en su frente.

-Entonces, ¿Dirk ya no está más?.- Susurró y asentí.- Seguro que Sergey se dio cuenta de que me ayudó a escapar y por eso lo mató.- Su voz comenzó a temblar.- Esto es culpa mía.

-Eh, eh, mírame bien.- Levanté su cabeza.- No es culpa tuya, ¿vale? Él quiso ayudarte sabiendo las consecuencias, lo hizo por que te quería.

Asintió con la cabeza y pasó sus manos por mi cintura abrazándome, gesto que imité. Acariciaba su espalda de arriba a abajo, notando su respiración ahora tranquila.

-Era gay.

-¿Qué?- Pregunté extrañado.

-Que Dirk era gay.- Rió mientras soltaba el abrazo.- Sé que me lo ibas a preguntar.-Hizo una pausa.- Fue el único amigo que tuve en todo el tiempo metida en esa casa. 

Sonreí por su sinceridad y le di un pequeño beso en los labios. Metí mi mano en mi bolsillo trasero del pantalón, sacando la carta que le había dejado. 

-Esto lo dejó para ti, al parecer sabía que tu padre iba a ir a por él.- Le extendí el papel.

Ella negó con la cabeza mientras la cogía.

-No es mi padre, no se merece que lo llame así después de todo.

-¡Chicos!

Giramos la vista hacia la casa y vimos que en el porche estaba Alana sonriéndonos. Nos levantamos e hicimos nuestro camino para llegar a ella. 

-Mamá.- La abrazó Chiara.- Sergey ha matado a Dirk.

-¿Cómo?- Los ojos de Alana se abrieron como platos.- ¿Qué ha pasado?

-Sabe que me ayudó a escapar para irme con Ashton, así que lo mató.- Susurró.

-Era un buen chico.- La mujer acarició la cara de su hija.- Ashton, mi niño.

Se acercó, dándome un abrazo. 

-Me alegro tanto de poder volver a tenerte.- Se separó y agarró mi cara.- Gracias por salvarme el otro día de ese psicópata, y por hacer todo esto por Chiara.

-Sabes que haría cualquier cosa por vosotros, Al.- Sonreí.- Sois mi segunda familia, y el ángel que tienes por hija es todo lo que tengo y jamás dejaría que le pasara lo más mínimo.

Chiara me miró sonrojada y con una sonrisa enorme. 

-Sois dos ángeles.- Habló la mayor.- Bueno, ¡entrad que os voy a preparar una lasaña riquísima!


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Chiara's  POV

Habían pasado dos semanas desde que me enteré de la muerte de Dirk, y aún no había sido capaz de leer la carta. Me encontraba tumbada en el sofá, mientras Ashton se duchaba. Mi mente no paraba de dar vueltas y me sentía horriblemente mal por la madre de mi difunto amigo, aunque los demás me digan que no, me siento culpable de su muerte. Me armé de valor y subí a mi habitación para coger el papel. Lo abrí y comencé a leer. 

"Pequeña Chiara:

Seguramente cuando leas esto, yo ya no esté vivo. Escribo esto porque necesito agradecerte la amistad que me has brindado desde el principio, sé que yo no fui tan buen amigo porque hice que tu padre te tratara de esa manera por decirle lo de Ashton, pero en ese momento no pensé bien. 

Sé que te estarás sintiendo como la real mierda por esto, pero te ayudé a escapar porque quiero que vivas tu vida como yo no voy a poder hacer, que ríes, llores, ames y seas feliz. Hazlo por mi, porque yo te estaré viendo (desde el infierno, seguramente) ser feliz con ese pedazo de tío que te has buscado. Yo sabía que tú eras lista amiga, pero no sabía que tanto. Cuida a Patrick y Alana, son las mejores personas del mundo y te quieren como a nadie. 

Te estarás preguntando que cómo sé de Patrick y es que he estado hablando con él para que informara a Lorenzo de todos los planes de tu padre (conociéndote, sé que lo odiarás y no lo considerarás tu padre). Haced que Donovant desaparezca y se vaya al infierno, ahí estaré yo siendo la mano derecha de Satán, esperando para joderle por la eternidad.

Merecerá la pena jugar mi vida por ti, Chiara. Eres una niña preciosa y con un corazón enorme, moriré feliz sabiendo que tuve un ángel como amiga. Dile a Ashton que te cuide, o desde el más allá me encargaré de que sufra si te hace daño, aunque viendo todo lo que ha hecho recuperarte, estoy seguro de que te cuidará como un pirata a su preciado tesoro.

Sé feliz.

Te quiere por siempre, tu amigo Dirk."


Sentí mi rostro mojado, sabiendo que mis ojos soltaban lágrimas como si de una cascada se tratase. Sonreí y apreté la carta contra mi pecho, sabía que a partir de ahora, él sería el ángel que me resguardará por siempre. 

-¿Qué te pasa, amor?- Ashton me abrazó.

Vio que tenía la carta en mis manos, yo solo sonreía mientras lloraba y él entendió que pasaba.

-Realmente se preocupaba por ti, cielo.- Dijo y yo asentí.


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Después de mi llorera y de que mi precioso novio intentara que dejara de llorar, cenamos y nos sentamos a ver una película. Yo estaba recostada entre sus piernas, con su mano acariciando mi cabeza mientras que con la otra agarraba mi mano. Estaba cansada y notaba como mis ojos se cerraban. Las luces de la casa de apagaron de golpe, haciendo que Ashton pegara un brinco, saltando del sofá. 

-¿En serio? ¿En lo más interesante de la película?- Gruñí.

Escuchamos un ruido en la parte delantera de la casa y sentí mi corazón salirse del pecho.

-Coge el teléfono y llama a Lorenzo.- Me susurró y asentí. 

Marqué el número del italiano.


-¿Chiara? -Se escuchó al otro lado de la línea.

-Lorenzo.- Susurré.- Nos han dejado sin electricidad.

-Puede que hayan saltado los plomos, ragazza.

-No, no.- Salió de mi un hilo de voz.- Hay alguien fuera de la casa.

-¿Cómo? ¡Ragazzi, a casa de Ashton ya!- Gritó.- Estaremos allí en breve.

-Gracias, Lorenzo.- Colgué.


El sonido de un disparo se hizo sonar en toda la casa.

-¡CHIARA!




𝐍𝐎𝐒𝐓𝐑𝐀 𝐂𝐈𝐓𝐓𝐀́ | 𝐀𝐒𝐇𝐓𝐎𝐍 𝐈𝐑𝐖𝐈𝐍 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora