𝐍𝐎𝐒𝐓𝐑𝐀 𝐂𝐈𝐓𝐓𝐀́ | 𝐀𝐒𝐇𝐓𝐎𝐍 𝐈𝐑𝐖𝐈𝐍 |

𝟐𝟑. 𝐂𝐔𝐌𝐏𝐋𝐄𝐀𝐍̃𝐎𝐒.

Ashton's POV.

-Donovant a vuelto a su casa, base o lo que mierda sea eso.- Explicó Jack.

-¿Y qué se supone que tenemos que hacer ahora?- Preguntó Marco. 

-De momento, vigilar que no se nos vuelva a acercar.- Comentó Lorenzo.- Mientras, idearemos algo para acabar con él de una vez por todas.

-¿Y cómo vamos a saber si se acerca o no?- Pregunté.

-Vamos a hacer turnos para vigilar a él y al poco séquito que le queda.- Respondió Lorenzo y los demás asentimos.

-Ashton, ven aquí.- Me llamó mientras los demás salían del cobertizo.- ¿Dónde está tu familia?

-En Sídney, se fueron justo el día que el bastardo les dejó la carta.- Comenté.- ¿Por qué?

-Porque no puedo permitir que a alguien más pueda perder a su familia por culpa de ese stronzo.- Apretó sus dientes.- Y menos uno de mis chicos, sé que el integrarte fue difícil y más tú que venías de una familia tranquila.

-No fue tan difícil, los chicos son agradables y en todo momento me han tratado como uno más.- Sonreí.- Y tú eres como el padre que nunca tuve, no me arrepiento de haberme metido en esto.

Nos abrazamos.

-Eres un buen ragazzo, Ashton.-Sonrió.- Ojalá seas muy feliz con Chiara, es fácil saber cuando dos personas se amarán toda la vida, y sé que vosotros lo haréis. Espero que seáis tan felices como yo un día lo fui, pero que os dure siempre.

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La luz del sol atravesaba la venta abierta, dándome justo en la cara y haciendo que moviese mi cuerpo para otro lado. Me topé con los ojos de Chiara, que estaban cerrados y su respiración tranquila. Hoy era su cumpleaños, así que debía distraerla mientras sus padres y los chicos preparaban la sorpresa.

-Buenos días, corazón.- Susurró con los ojos cerrados.

-Buenos días, amor.- Le di un beso.- Y feliz cumpleaños.

Abrió los ojos y sonrió, aunque pareció más una mueca.

-¿Qué te pasa, cariño?- Acaricié su mejilla.

-Me gustaría recordar a mis o nuestros amigos y poder celebrarlo todos juntos.- Suspiró.

-Poco a poco, ¿vale mi vida?- Ella asintió.- Bien, ahora vamos a desayunar y a vestirnos, tengo una sorpresa para ti. 

-¿Qué es?- Se levantó y empezó a saltar.

-Aaah, es sorpresa Chiara.- Reí.- Vamos, a la ducha.

-¿Dónde vamos?- Me preguntó mientras nos montábamos en el coche.

-¿Dónde querías ir hace un tiempo? Estabas deseando pero no podíamos ir por el tiempo.- Respondí.

Se quedó un rato pensando hasta que se le iluminaron los ojos y empezó a sonreír.

-¡¿Vamos a la playa?!

-Exacto.- Reí al ver que saltaba en el asiento.

La playa estaba a una media hora en coche, por lo que en el camino íbamos cantando canciones que poco a poco Chiara iba recordando.