↳ 15 |Merle Dixon, the unconscious asshole

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15. MERLE DIXON, EL CAPULLO INCONSCIENTE

ESTÁ BIEN, aquello no molaba. La gente de Woodbury coreaban una y otra vez que les mataran; sí, aún seguían así... y cada vez eran más insistentes.

La hija de puta que tenía a Kasper entre sus manos lo apretaba y estrujaba para fastidiar a Lynn. La pelirroja se hartó.

—¡Ya está! ¡La voy a matar! —corrió hacia la maldita mujer, aún estando atada y en el círculo. La tía esa estaba cerca con Kasper, quizás podría llegar. Pero, no, antes de que pudiera suceder, una patada impactó en su estómago, haciéndole retroceder hasta Daryl y Merle —. Oh, amigo, no sabes lo que te has buscado...

Merle la observaba con una mueca irónica y Daryl con sabiendo que sería irremediable que Lynn no se volviera más loca de lo que estaba; no había remedio para esa chica.

—Muñeca, deja a la puta rata si quieres vivir un poco más —Merle habló entre susurros hacia Lynn. Ella rodó los ojos.

—Esa "puta rata" —repitió —se llamaba Kasper y no le voy a dejar... —desvió sus ojos verdes hacia Daryl, para dejar claro que también iba para él —que os quede claro.

—Entonces moriremos por una rata.

—Cállate —masculló el arquero. Merle le miró de forma extraña: ¿por qué le saltaba de aquella manera? ¿Es que acaso su hermanito había cambiado tanto desde la última vez que le vio? Además, ¿por qué? ¿Por Lynn Ford?

Andrea luchaba contra la multitud para llegar hasta el Gobernador.

—¡Suéltame! —exclamó a Milton, uno de los pocos hombres de los que se había hecho amiga. Y, a pesar de sus retenciones, la rubia consiguió salir y acercarse al Gobernador. Dos guardias la agarraron aún así, el líder de Woodbury ni siquiera le miraba ya; era como si se hubiera congelado, con la vista al frente y nada más que al frente —. Phillip.

—Andrea, tú no te metas en esto —dijo un guardia.

—Son mis amigos —mucho le había costado decir eso, sobretodo por Lynn, porque le caía fatal. Claro que eso no significaba que tuviera que condenarla a la muerte.

—Eso ya no depende de mí —habló firme el Gobernador —. El pueblo ha hablado.

—¿Qué?

—Te pregunté qué a quién eras leal —señaló a Merle esa vez —, demuéstramelo. Demuéstralo ante todos.
Hermano contra hermano —las siguientes palabras arrancaron exclamaciones victoriosas del público —. El ganador quedará libre —se acercó a Lynn —. En cuanto a ti... —se giró a Andrea —, ¿no decías que una pelirroja era la que te trató tan mal? Puedes remediar eso. Hoy.

Lynn rió con sarcasmo. Tratar mal... qué fuerte.

—Adelante, Andrea. Estás deseando —mencionó Lynn, retando al Gobernador con su mirada. La rubia negó al escucharle.

—No —dijo —, yo no soy así.

—Hazlo tú... —incentivó —o lo harán ellos.

Dos tíos se aproximaron con claras intenciones a Lynn. La pelirroja no pensaba rendirse sin luchar.

—¿Crees que tus perros bien adiestrados me asustan? —preguntó con odio —. Entonces no has visto nada...

Uno se acercó con burla, era el más grande. Lynn inspeccionó la situación; estaba atada, con más en su contra que en su defensa... Eso no valía. Aún así, si estaba condenada a la muerte, qué más daba... El gorila cayó, con un dolor de cojones en su entrepierna.

𝘽𝙍𝙊𝙆𝙀𝙉 ▷ ᴅᴀʀʏʟ ᴅɪxᴏɴ; ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora