Draco Malfoy acaba de perder a su esposa, Astoria Greengrass, dejándolo junto a un hijo de 13 años que estudia en Hogwarts. Él nunca pudo amar a la madre de su hijo, ya que ese había sido un matrimonio arreglado para mantener la pureza en la sangre...
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Scorpius había regresado a la Mansión y se sorprendió que yo viviera ahí, ósea le pasó a todos los Weasleys jóvenes cuando se enteraron de lo sucedido, prácticamente me tocó cancelar las huelgas que empezaron solo para que regresará a la casa.
Aún el Rubio menor no sabía que estaba embarazada, siempre que se intentaba decirle, él se iba con mi primo, Albus.
Draco desde el momento que se enteró del embarazo, esta súper protector y me gusta pero aveces exagera. No me deja ni siquiera bajar las escaleras sola o ir a hacer mis reportajes.
Ya tengo un mes y un poco más, estoy nerviosa, mi Rubio dice que es normal y que siempre va a estar junto a mi y que no me preocupe.
Era momento de comentarle a mi futuro hijastro, antes que se muestre la panza, asumiendo que son dos, va a hacer más temprano.
Mi Rubio llamó a su hijo, que creo que estaba haciendo sus deberes en su habitación, para comentarle la noticia.
Scorpius bajó escribiendo en su celular, cuando se sentó, lo dejó en su regazo, mi novio estaba sentado en el mueble conmigo en sus piernas y la mano en mi vientre.
-Hijo, queremos hablar contigo-dijo el padre del adolescente.
-¿Qué paso, Papá?¿ Algo le pasó a los abuelos? ¿ por fin aceptas su propuesta de casarme con la hija de tu amigo?- yo miré confundido a mi novio por lo último.
-No es nada malo, aunque dependerá de cómo lo tomes. Yo nunca te condenaría a vivir en un matrimonio sin amor por obligación. -El Rubio menor parecía nervioso como si ocultará un secreto, después lo averiguaré.
-Scorpius, Maddie y yo vamos a tener un bebé- Él se quedó sin habla.
-Pero no estás viejo para tener otro.-yo casi me río pero por la cara que puso Draco no lo hice.
-No estoy viejo para tener otro hijo, solo por eso tienes prohibido ver a Albus hoy.
-Papá, pero hoy Albus y yo íbamos a ir a hacer un marathon de películas con pizza.
-Eso pasa por hacerte el chistosito.-El menor cruzó los brazos en su pecho.-Además vamos a tener mellizos, así que mientras estés en casa, me gustaría que ayudaras a Madd...
-Pero no necesito su ayudo, mi amor- acaricié su brazo,él se destenso.- Yo puedo perfectamente.
-No quiero que te estreses mucho, le podría hacer daño a los bebés.-Él me abrazó y acarició mi vientre que aún era plano.
-Solo quiero que no estreses a Maddie y que no dejes que levanté cosas pesadas.
-Claro, Papá. No te preocupes- Él se fue a su habitación. Mi hermoso hombre se fue a su despacho a realizar un papeleo pendiente del hospital San Mungo, mientras que yo fui a ver que ocultaba mi futuro hijastro.
