Pequeño Woon.

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Ingreso con el mayor a su hogar en la espera de que sus padres no le vieran. Su familia podía llegar a ser un tanto más fastidiosa que su primo.

– Pareciera como si estuvieras evitando encontarte al demonio – Se burlo el mayor mientras veía cómo el pelinegro observaba de un lado a otro en busca de esas personas que llamaba familia.

– No dirías lo mismo si ellos te tratada como a mí.

– Debes entenderlos – Avanzó hasta el menor – Eres su bebé.

– ¡Que no soy un bebé! – Se quejo mientras hacía un puchero.

– Tienes razón, eres un dulce bebé – Le sujeto los labios mientras los movía de un lado a otro.

– ¡Amor! Nuestro bebé ya regresó – El grito de su progenitora lo hizo retroceder asustado, alejándose de golpe del mayor.

– Esto será divertido – Murmuró el mayor.

Vieron a una mujer de mediana estatura y mejillas regordetas ingresar a la sala.

– ¿Qué tal tu día, cariño? ¿Comiste bien? ¿Hyung te cuido como se debe? – Por un momento pensó que se quedaría sin aire por la rapidez con la que había soltado aquellas preguntas.

– Claro que si tía, sabes que nuestro pequeño Woon está en buenas manos conmigo.

“Me dejó en una heladería para irse a coquetear con el vigilante del almacén” – penso mientras recordaba el miedo que sintió al no ver al mayor a su lado para después ver cómo intentaba ligarse al vigilante.

– Tienes razón, el pequeño Woon está en buenas manos – Aseguró la mujer de tierna apariencia.

– ¿Podrían dejar de decirme así? – Aunque sono como una sugerencia, realmente deseaba que lo tomarán como una orden.

– No – Respondieron ambos mayores para después comenzar a reír.

Eran unos fastidiosos.

Después de horas intentando correr al mayor, este pareció irse cuando un mensaje de su nueva conquista le llegó.

Se tiro en su cómoda cama mientras abrazaba su peluche de tortuga. Tenía que hacer que los demás dejaran de tratarlo como a un bebé.

Entre un pensamiento y otro, la imagen de cierto castaño llegó a su mente. ¿Porqué ese sujeto le había tratado con tanto descaro?

Nunca había estado en una relación seria pues temía que si su hyung se enteraba, les cortaría las bolas.

Se dejó llevar al mundo de los sueños donde tortugas y duendes rondaban el lugar.

La mañana llegó rápidamente y con ella los gritos de su madre diciendole que se diera prisa o llegaría tarde a clases.

En un intento por levantarse a prisas, se enredo en las sábanas y dio de bruces contra el suelo para luego sentir como todos los cojines caían sobre su cabeza.

Había iniciado su rutina diaria de desastres.

Desayuno y se despidio de sus padres sin darles tiempo de ofrecerse para llevarlo a la universidad. Tenía 23 y estos seguían tratándolo como a un niño de 8.

Cuando estaba por ingresar a la universidad, un sujeto pasó golpeando su hombro.

Dispuesto a reclamarle, le tomó del brazo y lo hizo girar.

Cuando vio de quien se trataba le solto rápidamente y rehuyo su mirada.

– Nos volvemos a encontrar, pequeño Woon.

Sus ojos se abrieron ante la impresión de ser llamado de esa manera por él.

¿Quién rayos era ese sujeto?.

Mi amado criminal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora