El otro lado de la moneda.

129 18 6
                                    

– Debe ser aquí – Parqueo su auto y se bajó de él – Esta vez creo que se excedieron.

El lugar se veía extremadamente caro y no es que él supiera de esas cosas. No, para nada, pero había escuchado a otras personas hablar sobre él.

Ingresó al lugar e inmediatamente fue recibido por un par de chicos de complexión media. Se veían bastante jóvenes para trabajar en ese lugar.

– Y tu quien eres para pensar en eso si cuando diste tu tesoritos eras solo un crió – Se auto regaño al recordar sus escapadas de “estudio” en aquellos días – Si mi mamá supiera que cuando le decía que iba a salir a comer con mis amigos en realidad me terminaba comiendo otra cosa, me mataría sin pensarlo.

A lo lejos pudo ver a su padre junto al señor Choi, este parecía servirle trago tras trago.

– Es un señor algo peculiar – Con la clara intención de llegar hasta ellos, comenzó a caminar pero sus planes se vieron interferidos cuando alguien chocó contra él – Oiga debería tener más cuidado.

El tipo ni siquiera se detuvo a escucharlo y siguió avanzando. Que le llamaran loco, pero se le hacia conocido de alguna parte.

– Debo estar quedando loco.

Se acercó de prisa hasta su padre y le arrebato el trago que estaba por tomarse. El mayor le vio con él ceño fruncido y claros indicios de estar ebrio.

– Oiga señor Choi – Llamó entre balbuceos al mayor – Ese trago debe ser muy fuerte. Ya hasta estoy viendo alucinaciones.

El menor estaba por reír al ver lo ridículo que se veía su padre en esos momentos, pero la mirada taladrante que le estaba dirigiendo el señor Choi lo puso incómodo.

– Buenas noches, señor Choi – Hizo una leve reverencia mientras trataba de sonreírle – He venido a traer a mi padre. Como verá, no es muy bueno tomando y mamá y yo nos preocupamos de que algo le fuera a suceder.

– No debió tomarse esa molestia. Yo podía haberlo llevado hasta su casa – Alegó en tono molesto. No espera que ese chiquillo fuera a interrumpir en sus planes.

– No es ninguna molestia, es mi padre después de todo – Intento levantar a su papá pero una mano detuvo dicha acción.

– Al menos dejeme ayudarle.

Asintió ya que sabía que se le dificultaría cargar a su padre hasta el auto con lo pesado que era.

En completo silencio levantaron al señor Kim y se dispusieron a salir del bar.

°°°

– ¿Cómo dices? ¿Un cambio de planes? – KyuHyun ya se encontraba a las fueras del bar esperando el momento indicado para atacar.

– Así es, al parecer alguien más llegó y se están llevando al señor Kim.

– ¿Qué quieren que haga? – Escucho el silencio al otro lado de la línea y luego un fuerte bufido.

– Matalos. A él y a su acompañante.

– De acuerdo.

Terminó la llamada para encaminarse a la salida del lugar. Debía esperar el momento indicado para dispararle sin ser visto. Aunque lo dudaba, nunca nadie había podido ver ni una sola vez uno de sus trabajos.

Vio salir a Siwon de aquel bar mientras le vio hacer señas. Al parecer ellos estaban por salir. Se posicionó a un costado del local y espero hasta que vio salir al señor Choi junto a otro sujeto que no pudo ver. La posición en la que estaba no le permitía ver más.

– Ha llegado el momento.

Sacó el arma con la clara intención de eliminar a su objetivo.

Cerca de ahí, Siwon fumaba un cigarrillo. Había chocado con un tipo dentro del bar, pero no tuvo tiempo de observarlo. Aunque ahora que lo pensaba, esa voz se le había hecho conocida.

– Se que la he oido en algún lugar – Se llevo el cigarrillo hasta sus labios sin darle mayor importancia.

Cuando se acercó para ver lo que serían los últimos momentos del señor Kim, abrió los ojos tanto como pudo al ver de quien se trataba el otro sujeto. Con horror busco con la mirada a KyuHyun, al dar con este pudo ver como apuntaba con el arma hacia donde esté estaba.

Sin pensarlo dos veces comenzo a correr hacia el moreno. Las cosas no debían terminar así, no de esa forma.

– ¡JongWoon! – Grito con todas sus fuerzas para luego escuchar el sonido de un disparo perturbar el silencio de la noche.

Un fuerte sonido hizo eco en todo el lugar. ¿Acaso este era el final?.

Mi amado criminal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora