Mi amado criminal.

Pesadilla.

– ¿Deberíamos vivir juntos? – Preguntó mientras besaba los hombros desnudo del menor.

– Sabes que me encantaría, pero aún es muy pronto para eso.

– Pronto cumpliremos un año – Le rebatio mientras sus labios descendían al abdomen del menor.

– Hummm – Un dulce sonido salió de sus labios al sentir las suaves caricias que el mayor repartía sobre su sensible piel.

– Viéndolo desde aquí... Parece no desagradarte la idea – Susurro mientras presionaba su mano contra el miembro del moreno.

Un golpe en seco los detuvo. Se levantaron rápidamente al saber que el sonido venía de la bodega.

– Es él, KyuHyun, es él – Alarmado intentó ponerse de pie, pero los brazos del mayor lo detuvieron.

– Quedate aquí – Le susurro mientras buscaba algo con que vestirse.

– Pero Kyu....

– ¡Qué te quedes, maldita sea!

El grito hizo que JongWoon saltara en su lugar a causa del miedo que sentía.

– Yo te protegeré y no dejaré que nada malo te pase – Beso la frente del menor y se dispuso a salir.

JongWoon se aferro a su cuerpo desnudo mientras trataba de escuchar lo que sucedía afuera. Minutos pasaron y no había indicios de KyuHyun. Algo temeroso se levantó de la cama y se dispuso a salir en busca del mayor.

Recorrió los pasillos de aquel lugar mientras sentía que su corazón se saldría de su pecho.

– Debe estar por aquí.

Siguió avanzado hasta que unos pasos detrás de él le hicieron detenerse. Con todo el temor que su cuerpo podía albergar se giro para ver el causante de aquellos pasos.

– ¿Te diviertes? 

Esa voz. Sabía de quién era esa voz.

– Tú... – Susurro antes de ver cómo le apuntaba con el arma con una sádica sonrisa adornando su rostro.

– Dulces sueños, príncipe.

El disparo resonó en todo el lugar mientras el cuerpo sin vida de JongWoon caía al piso.

– ¡No! – Con la respiración agitada y el cuerpo envuelto en sudor se levantó inmediatamente de la cama examinando su cuerpo – Fue sólo un sueño.

Eso había sido demasiado real. Sus ojos se llenaron de finas lágrimas mientras se dejaba caer al piso. ¿Qué significaba todo eso?

Estuvo alrededor de una hora intentando controlar los sollozos que salían de sus labios. Tenía que salir aunque no lo quisiera.

Con el ánimo por los suelos se dispuso a tomar una ducha para posteriormente bajar a desayunar.

– Te ves algo cansado, ¿Tuviste una mala noche?

No tenía deseos de hablar, pero sabía que su padre no dejaría de insistir.

– Fue una mala noche – Afirmó mientras jugaba con su comida.

Sus padres le observaron en silencio más no dijeron nada, sabían que su hijo no diría nada más que eso.

Tomó sus cosas y salió rumbo a la universidad. Su mente estaba hecha un lío y la verdad no deseaba toparse con nadie en esos momentos. Pero como si fuera cosa del destino, terminó chocando con una amplia espalda

– ¿Eh? – Aturdido levantó la mirada para ver quién se había cruzado en sus líos mentales, pero vaya que él destino era cruel – Kyu...

El nombrado se giro un poco sorprendido. Estaba por encarar al idiota que se había atrevido a chocar con él, más no espero ver al menor y menos en esas condiciones. JongWoon se veía sumamente mal.

– ¿Estás bien? – Cuestionó mientras sujetaba de las mejillas al menor – JongWoon, ¿estás bien?

El menor se veía aturtido y temeroso. Una imagen que hizo que su corazón se agitara.

– Kyu... – Volvió a susurrar el azabache mientras sentía su cuerpo temblar. Era él, KyuHyun, el verdadero KyuHyun y estaba bien.

Sin pensarlo dos veces de abalanzó sobre el cuerpo del mayor y se aferro a él con todas sus fuerzas.

– ¡Kyu! – Exclamó entre sollozos – Fue tan horrible.

El castaño no entendía lo que sucedía, pero al ver el estado del menor y como su cuerpo temblaba, decidió que lo mejor sería no preguntar nada por el momento.

– Tranquilo – Susurro mientras acariciaba la espalda del moreno – Yo estoy aquí y no dejar que nada malo te suceda.

Queria creer en el mayor, de verdad que deseaba hacerlo, pero algo muy dentro de él le decía que las cosas no serían tan fáciles.

– Solo abrázame un poco más – Susurro escondiendo su rostro en el cuello del castaño.

“¿Acaso yo... Había despertado al demonio”.