Mi amado criminal.

El corazón de un asesino.

Después de la cena con los Choi, su relación con el hijo menor se había vuelto más amena. Este inclusive le invataba a salir de vez en cuando.

Aunque también se habían vuelto muy común tener a otra persona tras de él.

Cho KyuHyun, el tipo en verdad no parecía mala persona, pero por alguna razón siempre lo encontraba en los lugares más inesperados y este parecía estarlo esperando.

Había creado un vínculo poco usual con esos dos sujetos. Ambos le agradaba, pero su sexto sentido le decía que debía mantenerse alejado de ambos.

Cosa que en esos momentos estaba ignorando.

– Los niños en este parque parecen muy felices – Escuchó decir del castaño.

Dirigió su mirada hacía donde los pequeños jugaban.

– Lo son. Todos en esa etapa lo hemos sido.

– No todos – Susurro el mayor.

Su pasado estaba cubierto de malos recuerdos y la verdad es que no deseaba traerlos al presente.

JongWoon observó como el semblante del mayor parecía cambiar. Al parecer había dicho algo que le ocasionó ese sentimiento.

– Cuando era pequeño – Empezó sin despegar su mirada del mayor – Solía venir a este parque, pero un día deje de hacerlo.

– ¿Porqué? – No es que le interesara saber sobre la vida del menor, sólo quería tener algo de que hablar.

– Mis papás siempre pasaban muy ocupados. Recuerdo que mamá siempre me decía que sí termiaba las tareas a tiempo, ella me llevaría al parque y jugariamos juntos – Sonrió con tristeza al recordar eso – Pero no fue así, por más de dos años acudía a este lugar luego de terminar mis tareas para poder jugar con mamá, pero ella nunca estaba.

No culpaba a su madre, sabía que su estilo de vida era muy ajetreado y con costo y la veía por las noches.

– Un día, le pedí que cumpliera su promesa y que si no lo hacía desistiria de volver al parque.

– ¿Y que paso después?

– Ella ni siquiera noto que no estaba en casa y se quedó dormida. Pase toda la noche en este parque, esperando por ella. Cuando me encontraron ya había amanecido y yo no tenía ánimos para reclamar por algo.

Después de ese día las cosas con su madre habían cambiado. Su progenitora se había vuelto más cercana a él y hoy en día, era la adoración de sus ojos. Algo muy sofocante si se lo preguntaban.

– Debiste sentirte muy decepcionado después de eso.

– Lo hice. Pasé días enteros reclamandole por lo que había hecho, pero al final comprendí que no puedes vivir toda una vida lamentando por lo que pudo o no ser. Que, a veces, solo te queda aceptar lo que sucedió y avanzar sin detenerte.

KyuHyun sonrió ante las palabras del menor. JongWoon sin duda era un joven excepcional. Se merecía toda la felicidad del mundo.

“Un mundo que estaría dispuesto a darte”
Horriorizado de sus pensamientos, apretó con fuerza sus piernas mientras evitaba ver al mayor.

Él no podía tener ese tipo de pensamiento, no cuando tenía ese estilo de vida.

– ¿Y que me dices de ti? – Escucho al menor preguntar.

– ¿De mí?

– Si, ya sabes – Se acercó al castaño – Todo lo que puedas decir sobre tu vida en menos de cinco minutos.

La cercanía del menor lo hizo tensarse.

– A veces no es bueno saber tanto de alguien – Le dirigió una corta mirada.

– ¿Porqué?

– Porque podrías decepcionarte.

Y vaya que tenía razón. Si el menor se enterará de cual era su trabajo o que lo había motivado a acercarse a él, probablemente se alejaría.

“Y no estoy dispuesto a dejarte ir”.

Le preocupaban los pensamientos obsesivos que estaba tomando hacía JongWoon. Él nunca había desarrollado eso por nadie.

El menor estaba por responder, pero el sonido de su teléfono lo detuvo.

“¿Te gustaría llenar tu estómago de  comida chatarra”.

El mensaje era corto y claro. Siwon lo estaba invitado a comer, de nuevo.

Observó al mayor por breves segundos para luego enviar su respuesta.

– Kyu – Le llamó tiernamente – Debo volver, mis padres me esperan.

– Tienes razón. No puedo dejar que el bebé llegue tarde a casa.

Iba a reclamarle, pero nuevamente el sonido de su teléfono desvió su atención. Debía darse prisa.

– ¿Nos veremos otro día? – Y aunque no había planeado preguntar eso, la necesidad de ver al mayor le había vencido.

– Claro, ¿acaso pensaste que te liberarías de mí tan fácilmente?

– No, supongo que no – Le sonrió mientras se levantaba – Cuidate.

– JongWoon – El nombrado se giro a verle – No es bueno jugar con fuego. Nunca sabrás cuando te podrás quemar.

Dicho esto se acercó al moreno y le dejó un beso en la mejilla.

– Ten mucho cuidado.

– Lo tendré.

Se alejo del castaño y emprendió su camino hacia cierto joven de mirada peligrosa.

KyuHyun observó cómo la figura de JongWoon se perdía entre los demás. Sujeto su pecho con fuerza.

– Tú no puedes enamorarte – Se susurro – El amor no está hecho para ti.

Volvió a mirar por dónde el menor se había ido.

Su corazón no podía estar latiendo así por otra persona. Eso no era normal.

“¿Qué me está pasando?”.