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Más papeleo y fue dado de alta.

Ambos fueron a casa y en el camino todo fue muy silencioso.

Los días pasaron y Ash actuaba extraño. Evitaba a Eiji. Cuando esté quería tocarlo el rubio se alejaba, ponía esa mirada asustadiza y le decía esa estúpida frase gringa que odiaba tanto.

"Get away from me"

Y Eiji muy molesto murmuraba para si mismo, "la tuya por si acaso".

Habían pasado algunas semanas desde el incidente y Ash se la pasaba días encerrado en la habitación de los huéspedes.

"Ni siquiera duerme en nuestra habitación" pensaba Eiji. Se sentía intranquilo por las noches.

Habían ocasiones en las que tenía que ir a dejar la comida al umbral de la puerta porque este no salía a comer. "La comida sabe insípida sin tus historias de vaqueros".

Estaba harto de no poder abrazar a su rubio y llenarlo de mimos mientras veían "caso cerrado", no entendía ni un carajo pero por alguna razón era el programa favorito de ambos.

- ¡Ash! - tocó la puerta con frustración, pues no había logrado sacarlo en todo este tiempo, pero hoy lo haría si o si - ¡Te exijo que me abras la puerta! - tocó con más fuerza pero nada.

- Si no es por las buenas será por las malas - Eiji tomo impulso y fue hasta la habitación y de uno de los cajones de la mesita de noche saco la llave del cuarto de huéspedes. Se dirigió de nueva cuenta a dicha habitación y la abrió. No sé arrepintió pues de no haberlo echo quien sabe lo que hubiese pasado.

El cuarto estaba envuelto en penumbras. En el suelo estaba un rubio que cortaba sus venas con un cúter, de mirada perdida y llanto silencioso.

- ASH - no perdió el tiempo. Se abalanzó sobre el de ojos jade para quitarle el arma y aventarla en algún lugar de la habitación - ¿Porque lo haces?

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Afloja El Hoyo [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora