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— Señora... ¿Cuando se va a largar de nuestra casa? — Preguntaba por enésima vez el rubio que ya ni se amargaba la vida pensando en la trabajadora social que llevaba observandolos día y noche.

Tenía parte de su ropa en el armario, usaba los comestibles de la refri, hasta tenía una foto de ella y sus nietos en el desayunador. Prácticamente vivía con ellos y ni ayudaba a pagar renta la descarada de tercera edad.

— Tranquilo Ash, solo hay que portarnos bien y aguantar un poquito más — trato de tranquilizar el nipón.

Ambos se encontraban en el sofá.

— ¡Tranquilo mis huevos! Esa maldita vieja no nos da privacidad

— ¿Si saben que los estoy escuchando, verdad? — dijo la anciana que se encontraba a un lado de ellos.

— ¿Ves? Ni siquiera nos deja insultarla a gusto — jalo de sus doradas greñas en seña de desesperación.

No era para menos, puesto que, cuando dije que los observa a ambos es porque enserio los observa muy intensamente.

Algunos ejemplos son:

Temprano por la mañana un rubio durmiente despertaba entre la enredadera de extremidades de Eiji y el. Su cara se sentía tan cómoda entre el pecho del pelinegro que solo quería hundirse más en el, pero como el hombre que es, debía de levantarse para "mantener sus tierras" cómo debe de ser.

Se estiró un poco, fue directo al baño privado de la habitación y hacer sus necesidades mientras veía algunos memes en Facebook.

— Jaja este es bueno — compartió la graciosa imagen.

— Jaja lo sé, ayer lo ví — exclamó una voz desconocida pero familiar.

Cuando miro al lado en la regadera estaba la trabajadora social en pelotas, usando su mejor Shampoo Pantene para darle brillo y suavidad a su rubia melena. El kikimagenstumayself de Selena Gómez había Sido muy convincente en ese anuncio.

— Kyaaaa — grito como niñita de la sorpresa — ¡Salga de mi baño! Y póngase algo, no quiero estar viendo sus miserias

— Me gusta más este baño y más respeto o los separó a ustedes dos por violencia doméstica

— No puede hacer eso, ni siquiera hemos hecho nada

— Yo soy la ley aquí y creo que deberías comer más sano, apesta — se tapo la nariz e hizo una expresión de asco.

— EIJIIIIIIIIIIIIIIIII

Unos pasos apresurados se escucharon por fuera, la perilla se movió rápidamente, la puerta se abrió y una cabellera pelinegra se asomo.

— ¿Que sucede? — le saco un gran susto con ese grito que aún estaba medio dormido, pero cuando vio a la señora en el fondo donde se encontraba la regadera, todo rastro de sueño se esfumó — Olvida mi pregunta, ya se lo que pasa

— Sácala de aquí

— Puede salirse ¿P-por favor? — su tono era de vergüenza, después de todo desnudes es desnudes, tapo su cara con ambas manos para ocultar su sonrojo de cringe.

— ¿Porque te sonrojada? ¿Acaso te devolví la heterosexualidad? Cuando viste a este cuerpo de ¡Diosa Griega! — dijo con tono de superioridad, al tiempo que hacía una pose de seducción.

Ojalá tuviera el autoestima y seguridad que la anciana tiene.

— ¡DEJE DE SEDUCIR A MI NOVIO! — amenazo a la mujer mayor, luego volteo en dirección al nipón, específicamente abajo — Creo que hasta se puso más flácido —  se mofo con obvia intensión de ofenderla. Lo que pareció funcionar porque rápidamente se puso la toalla y salió avergonzada pero con la cabeza en alto.

Afloja El Hoyo [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora