Afloja El Hoyo [TERMINADA]

6/?

El agua se sentía más caliente que de costumbre o solo era la sensación del miembro del rubio frotando contra su trasero. Eiiji creía que no era ninguna de las 2 anteriores, porque la respuesta correcta es el, el era quien se estaba empezando a sentir caliente.

Ambos estaban sentados, Eiji encima de Ash.

- ¿Que pasa Onii-chan? Estas muy callado - dijo en tono burlesco.

- E-es sólo que p-puedo sentir tu... E-en mi...

El tartamudeo del nipón solo hacía que se endureciera más. Cosa que el peli negro noto porque este dio un pequeño salto.

- Ash

- ¿Si?

El mayor volteo su mirada hacia el, lo miro directamente a los ojos y con un sonrojo que era visible - Besame -

No lo pensó ni dos veces, aunque la petición le haya sorprendido un poco.

Desde el comienzo de este se devoraban con devoción, sobre todo Ash quien era el que más ganas tenía.

La lengua del rubio y el peli negro se enredaban queriendo probar más el sabor de la otra produciendo ruidos húmedos en el proceso.

El nipón giro su cuerpo para quedar a horcajadas sobre el ardiente americano sin romper el beso. Engancho sus brazos alrededor del cuello del menor, mientras que este sujetaba su cintura con una y acariciaba un pezón con la otra.

Sin darse cuenta ambos movían sus cadera queriendo sentir más del otro 

Todo iba de maravilla, Ash se sentía en la gloria, al fin podría quitarle la última pizca de inocencia que le quedaba al mayor.

Y hubiese sido así.

Enmedio de todo ese manoseo y besuqueo al lince se le ocurrió levantarse con Eiji en brazos para ir a la cama, ya que no quería que la primera vez de este fuera en la bañera.

Hubiese sido mejor quedarse en la bañera.

El rubio tomo en brazos a su hermoso Ángel y sé levantó, pero al primer paso que este dio (y por el agua) se resbaló de espaldas junto al nipon en la misma bañera, golpeándose con la llave de la ducha en la cabeza. En cuanto a Eiji, a el no le pasó nada, pues Ash amortiguó su caída ya que calló encima de él.

- Ah ¿Estas bien?

- Si estoy bien -dijo algo aturdido y mareado el alboroto rubio.

Pero una tras otra gota carmesí que caían a un lado de su cara decían lo contrario.

- Estás sangrando - dijo muy asustado el mayor. Rápidamente se acercó para ver dónde se había golpeado y efectivamente se reventó la cabeza, por suerte no había sido tan profundo pero de todos modos necesitaría algunos puntos.

Levantándose, salió de la bañera, busco ropa para cambiarse y le llevo una toalla con ropa al menor.

- Vamos, te llevaré al hospital

Segundo intento fallido.