Hace miles de años el universo se vio envuelto en gran caos; guerras, traiciones y ambición inundaron el espacio de muerte, destrucción, llanto, odio, desesperación y sufrimiento. La tranquilidad era sólo un anhelo de los seres vivos pues, en cualquier parte del universo se encontraban planetas en guerra por el poder; sin importarles la vida de sus habitantes, los gobernantes sacrificaban millones de soldados, con la ambición de ser la especie más dominante y poderosa que existiera. Y todos buscaban algo en común; el Aithaus.
Se rumoraba en todo el universo que había surgido de la nada una energía capaz de controlar ecosistemas enteros, todos y cada uno de los elementos de cada planeta en el universo y colmaba de habilidades extraordinarias a quién la portara, un poder inigualable, un poder que fue llamado Aithaus.
Las luchas por encontrar dicho poder causaron guerras interminables, pero con el tiempo, el nombre del Aithaus fue olvidado al igual que su búsqueda, sin embargo, las guerras siguieron por decenas de años más.
Todo cambió cuando ocho gobernantes sensatos decidieron aliarse para intentar detener el caos. Invirtieron todos los recursos que poseían para crear una Organización que se encargaría de erradicar a aquellos que deseaban y ambicionaban el poder absoluto.
Millones de hombres fueron necesarios para doblegar a los ejércitos rebeldes, pero en poco tiempo la organización tomó fuerza, gracias a que varios planetas que también anhelaban la paz decidieron unirse a esta iniciativa. Dando paso al nacimiento de Sikkedium; la mayor y más poderosa organización antes vista, en donde no existían diferencias entre especies, clases sociales o poder.
La reputación de la organización llegó a hasta los oídos de los planetas más lejanos, ganando de esa forma confiabilidad y respeto de la mayoría de los seres en el espacio. Poco a poco el dominio de Sikkedium creció hasta convertirse en una fuerza inquebrantable e indestructible, nadie en el universo se atrevía a atacarla ni retarla, aunque no todos aceptaban su ley. Fue entonces que la organización comenzó a ser selectiva y estratégica en los planetas que ayudaba; Sikkedium protegía y defendía a todo el universo sin condiciones, pero, sólo aquellos planetas que aceptaban ser gobernados bajo las normas y leyes de la organización, obtenían un apoyo considerablemente más alto; a cambio de aceptar el gobierno de Sikkedium, esta ayudaba a desarrollar su economía, tecnología y sobre todo, garantizaba su seguridad. La organización obtenía el derecho a tomar decisiones sobre el planeta en cuestión, y aunque este tuviera uno o varios gobernantes, ninguna decisión podía ser tomada sin autorización de la misma. El planeta que se unía a la organización se volvía prácticamente intocable para otros y era seguro que en poco tiempo su calidad de vida mejoraría. Claro que no todos los planetas estaban dispuestos a aceptar este gobierno, pues sus normas y leyes eran sumamente estrictas además de que al unirse, aceptaban también transferir el derecho de administrar sus recursos a dicha organización, a lo cual, pocos gobernantes estaban dispuestos.
Aunque no todos los planetas estaban dispuestos a unirse a Sikkedium, la mayoría respetaba su autoridad respecto a crímenes y delitos intergalácticos, pues coincidían en que el universo necesitaba un equilibrio, y nadie estaba dispuesto a regresar a los tiempos de caos.
Con el tiempo, la organización logró desarrollar con ayuda de todos los conocimientos y recursos de sus planetas gobernados, el "elixiyr"; una sustancia que mejoraba y potenciaba las habilidades y resistencia de a quién se le suministraba; perfeccionaba cada parte y sistema interno y externo del cuerpo de los seres vivos. Ésta sustancia fue proporcionada a la mayoría de los integrantes de la organización después de ser preparados, pues se necesitaba que el cuerpo receptor pudiera aguantar la intensidad de ésta, o de lo contrario, las consecuencias podrían ser fatales. Al pasar de los años, el "elixiyr" fue perfeccionado, al mismo tiempo que se descubrían diversos efectos secundarios, como el cambio de ciertos rasgos físicos o la reducción de fertilidad, pero esto no importó mucho al descubrir que los pocos descendientes de los primeros receptores, sorprendentemente poseían habilidades más poderosas y en su momento, inexplicables; como el control de ciertos elementos, la fuerza extraordinaria, visión o audición super desarrolladas y muchas otras que se manifestaban, en la mayoría de casos, después de suministrar el "elixiyr". Lo anterior aumentó el poder y supremacía de la organización, y pronto miles de individuos buscaban ser aceptados por ésta, independientemente del planeta o galaxia al que pertenecieran; ser parte de Sikkedium se convirtió en un sueño para muchos, aunque esto implicara renunciar a parte de su naturaleza ya que, al igual que pasaba con los planetas, cada individuo que se unía debía aceptar las leyes de la organización antes de las de su planeta de origen.
De acuerdo a los altos grados de experiencia, antigüedad y capacidades, todo integrante de la Sikkedium tenía la oportunidad de ser promovido a oficial de alto rango, aumentando su posición, así como su responsabilidad y poder de mando. El rango más alto dentro de la jerarquía de Sikkedium era el Real Consejo, que estaba conformado por los únicos seis generales que podían existir dentro de la organización y sólo hasta la muerte de alguno, podía ser nombrado uno nuevo. Éstos generales debían ser los integrantes más experimentados y sabios, pues sólo ellos tenían la autoridad de tomar todas las decisiones de la organización. Pero lo anterior funcionó por poco tiempo, pues las diferencias rápidamente se hicieron presentes entre los generales, los cuales, para prevenir un declive, decidieron escoger a un individuo con ciertos valores, experiencia, inteligencia y sobre todo, que fuera completamente imparcial para nombrarlo Presidente y, quien tendría al final, la última palabra, pues este era el nuevo rango más alto de la organización.
Este nuevo sistema funcionó perfectamente y mantuvo el auge de Sikkedium y su reputación. Pero de la misma forma en que muchos comenzaron a admirar a la ya entonces formidable organización, muchos otros comenzaron a odiarla y despreciarla, pues para aquellos que se dedicaban a robar o ejercer miedo para aprovecharse de otras especies, esta organización era su más grande obstáculo, y cuando se dio a conocer que ésta había desarrollado aquel maravilloso "elixiyr", el número de rebeldes aumentó considerablemente. Años atrás nadie se atrevía a desafiarla, pues no tenían ningún objetivo para hacerlo, pero ahora el objetivo de todos era obtener el poderoso "elixiyr" y derrotar a la gran organización.
Ya que los ataques y crímenes comenzaron a aumentar de nuevo, Sikkedium estaba cada vez más activa, añadiendo a esto que su expansión seguía en aumento, por lo que se crearon más cuarteles para poder mantener un mejor control de cada sector del universo. Algunos fueron instalados en el espacio exterior y otros pocos asentados en diferentes planetas, esto con la finalidad de aprovechar las condiciones y ecosistemas que podrían ser ventajosos para desarrollar las habilidades de los soldados.
Tal fue el caso de la Tierra, que, aunque los humanos no sabían de la existencia de un mundo más allá del que conocían, éste era uno de los planetas habitados con mayor gravedad y estaba ubicado cerca de diferentes planetas deshabitados, algo conveniente, pues estos planetas servían constantemente como almacenes, arsenales y hangares secretos. Mientras tanto, en el planeta Tierra se encontraba la base central del sector 9, ya que por su gravedad, los soldados podían desarrollar con mayor naturalidad su fuerza y velocidad. Esta base fue asentada muchos años después de la creación de Sikkedium, mientras que el planeta aún era joven y sus habitantes estaban poco desarrollados, tanto tecnológica como socialmente, lo cual facilitó su establecimiento sin ser descubierta. Poco a poco los diferentes integrantes de la organización comenzaron a incorporarse a la sociedad humana y vivir en el planeta como humanos comunes, pero siempre ocultando la existencia de la misma y manteniendo sus responsabilidades. Al pasar de los años, fue inevitable la mezcla entre humanos y extraterrestres pertenecientes a la organización, dando como resultado pocos, pero existentes descendientes alrededor de todo el planeta, de los cuales, sólo unos cuantos eran reclutados con la obligación de proteger el secreto de Sikkedium.
¿Pero por cuánto tiempo más podría mantenerse ese secreto?
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Aithaus: El mundo oculto en el espacio
Science FictionElla entera es fuego; ella entera es veneno; ella entera es destrucción. Pero los peligros que se avecinan le ofrecen la oportunidad de redimirse por los crímenes que antes cometió. ✵✵✵ Darcy es una joven humana que después de traumáticos sucesos, s...