Presente
—¡Darcy, querida! —Olivia no tardó ni un segundo para atraparme en su abrazo —Te extrañé tanto —dijo mientras me soltaba.
—Yo también te extrañé mucho Olivia —confesé sinceramente.
—Pero mira que preciosa estas —señaló contenta, mientras me examinaba de pies a cabeza—. Ya eres toda una mujer —afirmó con nostalgia.
—Gracias —dije apenada —, y tú te ves cada vez más joven —alagué a la elegante dama.
—Por eso te extrañaba, tú si sabes apreciar lo bueno —comentó con una enorme sonrisa y un marcado guiño.
—Pero no se queden parados, tomen asiento —ofreció señalando los lujosos sillones— En un momento más estará la comida, al menos que Carlos queme la cocina —Bromeó mientras todos nos sentábamos.
—¿Carlos está cocinando? —preguntó asombrado mi papá.
—Así es, últimamente le encanta cocinar —contestó Olivia con orgullo.
—Pues no creo que lo haga mal, ¡huele delicioso! —mi madre comentó sonriente.
—Esperemos que así sea, o todos nos quedaremos con hambre —bromeó mi hermano y todos reímos.
—Y ¿en dónde está Marco? —preguntó mi padre volteando a ver a todos lados.
—Le salió una llamada muy importante y se encerró en el estudio, pero no se preocupen, dijo que no tardaba mucho —explicó la rubia dama.
Olivia era la mejor amiga de mi mamá; durante su niñez y su adolescencia ellas habían sido vecinas y fueron a la misma escuela siempre. Cuando ambas cumplieron diecinueve años, decidieron estudiar en la ciudad y rentar un pequeño departamento juntas. Después de terminar sus estudios, Olivia se casó con Marco; un amable y trabajador hombre de negocios, y mi mamá se casó con mi papá dos años después. Aunque Olivia fue quien primero se casó, fue mi madre la primera en tener un hijo; mi hermano Efraín. Después de dos años, Olivia tuvo a su primer hijo, y un año más tarde, nacimos Carlos y yo. Finalmente nació mi hermana Chenoa, convirtiéndose en la consentida de ambas familias. Y aunque no llevábamos la misma sangre, nuestras familias han sido siempre inseparables; excepto por mí, que decidí hace años, alejarme de todos.
—¡Mamá! ¡La mesa está lista! ¡Ya pueden pasar! —Una voz juvenil sonó desde la cocina haciéndonos voltear a todos.
—Bien, supongo que esa es la señal, ¿les parece si pasamos al comedor? —sugirió la amable mujer.
—Pues vamos, veamos que tal cocina tu retoño —animó mi madre entre risas, dirigiéndose a su amiga.
«Bueno, hasta el momento, todo va bien»
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Aithaus: El mundo oculto en el espacio
Fiksi IlmiahElla entera es fuego; ella entera es veneno; ella entera es destrucción. Pero los peligros que se avecinan le ofrecen la oportunidad de redimirse por los crímenes que antes cometió. ✵✵✵ Darcy es una joven humana que después de traumáticos sucesos, s...