7. Prófugo

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Presente

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Presente

—¡Maldita sea! ¡MALDITA SEA! —todos los que se encontraban cerca, se quedaron paralizados en cuanto escucharon mis gritos—. ¡Me dijiste que todo estaba bien! —dije furiosa a mi asistente.

—Eso es lo que me informaron por última vez —se defendió el hombre, claramente preocupado.

—Comunícame con el idiota de Deiam —ordené sin poder controlar mi enojo.

—De hecho, el esta... —Aryzard dirigió su mirada a alguien a mi izquierda.

Al instante y por inercia, giré mi rostro en la misma dirección, y ahí estaba esa cabellera rubia; Deiam.

«¿Qué?»

—¿Qué demonios estás haciendo aquí? —me dirigí al rubio que mantenía un aspecto temeroso y nervioso— ¡Deberías estar persiguiendo a Janek! —alcé la voz y el alto joven dio un paso hacia atrás con miedo.

«Son aproximadamente noventa horas de camino de donde él se encontraba, hasta la Tierra, ¿Cómo llegó tan rápido? ¿o cuánto hace que Janek escapó?»

—¿Hace cuánto tiempo escapó? —cuestioné a mi asistente.

—Aproximadamente veinte minutos —Aryzard respondió rápidamente.

—¿Entonces, como es que estas tú aquí? —me volví a dirigir a Deiam.

—Janek no escapó bajo mi custodia —afirmó el joven agente.

—¿De qué hablas? Entonces ¿en custodia de quién? —demandé saber.

—Del general Balkim.

«¡Malditos hijos de perra!»

Apreté mi puño para intentar controlar la ira que me invadía en ese momento; esos idiotas del Real Consejo me habían desobedecido.

—Explícame exactamente, ¿qué fue lo que pasó? —exigí al rubio.

El agente tragó saliva nervioso y prosiguió a hablar —Antes de llegar a los límites del sector once, el general Balkim me interceptó; dijo que se haría cargo del traslado él mismo, y se llevó a Janek en su nave.

—¡¿Y por qué no nos informaste?! —aunque intentaba controlarme, no pude evitar alzar la voz.

—El general... dijo que... us... usted estaba al tanto de t...todo —La frente de Deiam comenzaba a sudar y sus manos temblaban.

—¡¿Y acaso eres estúpido?! —no pude reprimir más mi enojo— ¡Te dije claramente que informaras de cada detalle! ¡CADA DETALLE! —Mis gritos retumbaron por todos los vidrios y paredes cercanas.

—Yo...yo... creí...

—¡No me importa lo que hayas creído! ¡Te di una orden! —reprendí con mi puño aún apretado— ¡No estás aquí para creer! ¡Estás aquí para seguir ordenes! ¡¡Mis ordenes!! —grité haciendo ademanes desesperada— ¡ERES UN INÚTIL! —escupí furiosa— ¡¿No puedes hacer nada bien?! ¡ESTÚPIDO! —sentí como la sangre hervía dentro de mi cuerpo—. A partir de este momento, quedas destituido de tu puesto como Agente —indiqué enojada.

Aithaus: El mundo oculto en el espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora