CAPÍTULO 9

715 40 73
                                    

Anti-hero — Taylor Swift

I'll stare directly at the sun, but never in the mirror

Encontramos el piso inusualmente tranquilo cuando subimos. Solo se oía el leve murmullo de los diálogos de una película que alguien veía en el salón y la luz de la propia pantalla de la televisión alumbraba un poco el principio del pasillo. Los dos intercambiamos una mirada de extrañeza. Nadie había dicho nada de salir por el grupo. Que extraño.

Blake encendió la luz del pasillo mientras me decía algo de que dejara las cosas en la habitación. Antes de hacerlo, puse los ojos en blanco al ver como había dejado las llaves tiradas por algún rincón del aparador. Luego se caían y no sabía dónde estaban. Las metí en el plato tribal que Dex compró específicamente para guardar las llaves.

No me di cuenta de que Blake había cerrado la puerta del dormitorio hasta que me giré para decirle algo que se me olvidó en cuanto vi como me miraba. Tragué saliva con fuerza.

—¿Quieres que veamos una película? —me preguntó.

Está claro que no vimos ninguna película. De hecho, por no ver, no vimos ni el portátil. Apenas era consciente de lo que estaba pasando mientras los labios de Blake se abrían sobre los míos, haciendo que el colchón se hundiera bajo mi espalda con cada movimiento.

Mentiría si asegurara que nunca había fantaseado un poquito con esta situación, la de tener a Blake encima, pero la forma en la que notaba como su cuerpo entero se moría por más... Jamás podría haber imaginado algo similar. Miles de escalofríos me recorrieron el cuerpo cuando la ansiosa palma de su mano acarició mi gemelo hasta cogerme por detrás de la rodilla y abrazarse la cintura a sí mismo con ella, restregándose como si quisiera fusionarnos.

Ahogué una bocanada de aire y mis mejillas se encendieron al tiempo que Blake esbozó una sonrisa sobre mis labios. Solo en ese momento recordé que me había quitado los pantalones. Madre del amor hermoso. Blake aún tenía los suyos puestos. De hecho, no le había quitado ni una sola prenda. Estaba tan nerviosa y a la vez emocionada, que solo había alcanzado a levantarle un poco la camiseta. Sin embargo, él, muy eficiente, se ocupó de sacársela por la cabeza.

Respiré con ganas cuando vi la manera en la que se le agitaba el pecho. Sus ojos repasaron mi cuerpo y sentí como una sensación de calor me brotaba de dentro afuera. Tragué saliva con fuerza cuando bajé los ojos a su pantalón, arrastrándolos por su torso. Por Dios bendito ¿No podía haber elegido cualquier otro día para estrenar los únicos pantalones grises del armario? No, por supuesto que no, tuvo que elegir este.

Madre de Dios. No pude apartar los ojos de ahí mientras pensaba en que eso lo había provocado yo. Inconscientemente, volví a tragar, solo que esta vez más fuerte. El estómago se me contrajo cuando Blake soltó una risa suave antes de volver a poner una mano a cada lado de mi cara, suspendiéndose encima de mí. Él se veía guapísimo desde ahí arriba, yo solo esperaba que no se me viera papada.

Entonces, esbozó una sonrisa y supe que estaba perdida.

—¿Te gusta lo que ves? —me preguntó, como la noche que nos conocimos—. Porque a mí me encanta lo que veo.

Un disparo de placer me atravesó el cuerpo entero cuando sentí las puntas de sus dedos en mi muslo mientras me besaba con lentitud, dándome suaves mordidas que me condujeron a la locura. Temblé bajo su pecho al sentir como las hizo ascender lentamente por la cara interior de mi muslo, moviendo los labios a la piel de debajo de mi oído. Uf, uf, uf... Me removí un poco, más expectante que en toda mi vida, cuando sentí la suavidad de sus dedos en la ingle.

Solo ocho letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora