Capítulo XVI

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Cada noche lo intentaba, pero sucedía lo mismo una y otra vez, había algo en mí que no se atrevía a saltar, sabía que era un sueño y además confiaba en él pero en realidad sentía miedo. No siempre era en este mismo lugar, pasamos por prados, campos, playas, incluso ciudades pero fuera donde fuera que debía tirarme no lo lograba, hubieron veces en que me lancé con los ojos cerrados o le pedí a Félix que me lanzara pero no resultaba y solo despertaba en mi cama. Félix solo lograba enojarse y regañarme todo el tiempo pero por mas que se lo explicaba él no entendía lo difícil que se me hacía, estaba frustrada pues aunque lo quería no me resultaba y yo ya no sabía que más hacer, hubo momentos en que simplemente sentía que no lo lograría y prefería darme por vencida pero entonces me recordaba que si lo hacía jamás sabría quien era realmente.

-¿Qué sucede si voy a la luz?- le pregunté mientras caminábamos a un nuevo lugar.

- Es peligroso, la luz aparece cuando alcanzas un nivel tan profundo en tu sueño y que solo algunos pueden como tú, este nivel solo tiene la posibilidad de producirte la muerte , es como dicen los libros o algunas películas que cuando van a la luz mueren, aquí es igual pero espera a que te expliquen bien las cosas, allí sabrás porque tú puedes alcanzar este nivel en tus sueños- dijo intentando no decir nada muy explícitamente.

-¿Por qué no puedes tú explicarme bien las cosas?-.

-Porque eso lo debe hacer alguien que sabe todo de la mejor manera, la misma me lo explicó a mí en su debido tiempo-.

-Entiendo, ¿tú estarás a mi lado cuando este cerca de esa persona?-.

-Como desees la verdad- dijo algo despreocupado.

-Pues quiero que estés ahí, confío en ti, pero no sé quiénes serán los que me expliquen, me sentiré más segura contigo-.

-Tranquila, son buenas personas, estarás bien, intentaré estar ahí - dijo cuando paraba de caminar - hemos llegado, es turno de trabajar- entonces se sentó y me observó, fue ahí en donde caí en cuenta que tenía que intentar lanzarme, otra vez.

Durante unos minutos estuve mirando la distancia y tratando de ser valiente para atreverme, pero entonces me volví hacia él con los ojos llenos de lágrimas.

-¿Qué sucede?- dijo mirándome y levantándose con preocupación.

-Estoy algo cansada, me siento frustrada , por más que lo intente no puedo, simplemente no lo logro y sigo sintiéndome perdida, es una sensación desesperante, esto no debería pasarme, lo encuentro injusto ni si quiera sé quien soy en realidad ¿por qué cuando me siento más cerca de resolver mis dudas solo encuentro más barreras?- entonces me eché a llorar, cubriéndome el rostro con ambas manos.

-Amira- dijo y solo me abrazó, no dijo  nada más pero era eso lo suficiente para hacerme sentir mejor- vamos- agregó luego de un rato- así no lograrás nada, necesitas descansar un poco y tomar un respiro- tomó una de mis manos apartándolas de mi rostro y me llevó hacia otro lado.

Llegamos a una feria artesanal nocturna, como aquellas que se hacían de vez en cuando cerca de la casa de Laila; habían muchas personas, la mayoría se encontraba cerca de un escenario sobre puesto viendo el espectáculo, a pesar del frío que había, la gente seguía paseando pues no era ninguna excusa para irse a casa. Nunca había ido a un lugar así, le había pedido a Richard varias veces que me llevara pero solo lo había hecho durante el día cuando no había mucha gente y no habían espectáculos

-No conocía un lugar así o sea no de noche- le dije sin dejar de mirar emocionada a todos los lados.

- Disfruta de este momento entonces...- dijo mirándome con una dulce sonrisa.

-Gracias- le dije mientras reía-¿vamos a ver a los cantantes?- pregunté.

-Vamos- dijo tomándome de la mano y caminando más cerca del escenario- ¿tienes frío?, estás un poco helada-.

-Si un poco, ¿me prestarás tu chaqueta?- le dije con cara y tono picarón.

-Em no, tú misma puedes abrigarte, es un sueño, desea algo mas abrigado y lo tendrás- sonrió y empezó a caminar lejos de mi hacia el montón de personas que conformaban el estruendoso público.

La pasamos de maravillas, reímos, comimos diversas golosinas  que vendían cerca y cuando todo terminó decidimos sentarnos en una banca cercana, observamos las estrellas durante largo rato y fue él quien rompió el silencio.

-¿No crees que es muy lindo mirar las estrellas aun cuando esto sea un sueño?- me miró tiernamente.

Su sonrisa era tan perfecta, era una sonrisa torcida pero dulce, me hacía sentir cómoda y feliz de ver que lo hacía.

-Sí, es muy lindo hasta en los sueños- respondí- ¿sabes?, la paso muy bien contigo, aunque la mayor parte del tiempo solo me regañes - dije riendo, aunque cuando me di cuenta de lo que había dicho no aguanté sonrojarme.

-Yo también la paso muy bien contigo, ten en cuenta que te regaño porque debo, a veces puedes ser muy testaruda- esta vez él fue quién rio fuerte con carcajadas.

Otra vez esa luz apareció, cerré los ojos intentando no mirar hacia ella y retener la tentación de ir, pero aun así no podía resistir. Félix tomó de mi cintura y me agarró con fuerza.

-Por favor Amira, sé fuerte- dijo.

Estuvimos así largo rato, hasta que la luz fue desapareciendo lentamente y con ella mis ganas de correr hacia allá.

-Ya pasó creo- dije-¡lo logré Félix!- grité eufórica de tanta felicidad, al fin algo salía bien.

-Si Amira, lo has logrado- decía feliz observándome saltar.

Se acercó y me abrazó, yo me dejé llevar por el momento y es que estaba tan cerca de él que me podía ver reflejada en sus dulces ojos verdes, era tan lindo y me hacía sentir tan bien que no quería que el momento acabara, entonces él acarició mi pelo y mi rostro, era un momento único que no querría olvidar jamás, entonces fue cuando abrí los ojos y desperté, justo a la hora de levantarme para ir a clases.

El chico de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora