Capítulo VI

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Otra vez estábamos aquí, mis sueños durante mucho tiempo eran en este mismo parque de diversiones y otra vez no eran las luces las que me llamaban la atención sino que él. solía estar sentado leyendo pero ¿qué ha pasado hoy? se encuentra parado conversando con otras personas, no me mira, parece que no se ha dado cuenta de mi presencia aun, extraño verlo como antes, con su típico rostro de concentración, además siento celos, celos de que hable con otras personas pero no conmigo, ¿por qué hace eso?. Durante tantos años lo he visto en mis noches, que ya hasta siento que lo conozco demasiado, aun cuando jamás hemos logrado hablar ni presentarnos. El sueño siempre era tranquilo pero ¿por qué últimamente se ha vuelto una pesadilla? y es que las ganas de saber más de él y de estar más cerca ya no se controlan, siempre logran hacer que me acerque, nunca lo logro aunque cada vez llego más cerca pero finalmente caigo y despierto. Siento una desesperación y ya conozco lo que sucederá, odio tener este sentimiento, me asusta no poder controlar mis acciones, sé que voy a caer, quizás el sueño solo trata de eso y trata de darme una lección, corro, lo hago con tantas ganas y tan rápido que los músculos de mi rostro se aprietan, los ojos están cerrados, por favor no quiero caer, los abro de golpe y él me observa, inmóvil  y con esa mirada de preocupación, ¿por qué no hace algo por mí? ¿y si intenta atraparme podría no caer?, estiro mi mano, estoy tan cerca, por primera vez veo el detalle de su rostro, siento su aroma y es que solo faltan centímetros para que mis dedos rocen su cuerpo cuando finalmente... caigo.

El despertador suena fuerte.

 - Maldición, si no sonaras podría haber logrado acercarme más - digo mientras lo apago.

Camino a la ducha y mientras estoy bajo el chorro de agua lo recuerdo, desde pequeña lo veía en mis sueños, al principio solo éramos niños ahora ambos hemos crecido, pero él siempre me mira con esos mismos ojos tan llenos de preocupación, jamás hace algo y yo desde hace un tiempo no aguanto la necesidad de correr hacia él ¿qué es lo que hace que ahora lo haga? siempre me ha parecido un misterio pero no había actuado tan descontroladamente, debo parar, ¿ que diablos hago dándole tantas vueltas?, es solo un sueño.

- Amira, vamos a llegar tarde, las duchas de las mañanas son cortas, lo sabes- dice Richard desde el otro lado de la puerta de mi baño.

- Lo sé papá, ya estoy casi lista- digo mientras enrollo mi pelo en la toalla y me dispongo a cortar el agua para salir.

Me visto rápido y tomo el móvil, agarro un trozo de pan tostado con mantequilla y mermelada que ha hecho Alicia, me despido de ella y entro al auto de Richard.

En la radio suena una canción que me recuerda a David, entonces es cuando viene en mi mente que estamos peleados, la mayoría de las veces eso no sucede, yo siempre dejo pasar las cosas cuando él comete un error.

- ¿Estás bien?- dijo papá mientras me miraba atentamente.

- No lo sé, he peleado con David- dije sin mirarlo- es injusto, he olvidado ir al casino a comer con él, sé que me he equivocado pero ¿por qué se ha enojado tanto?, él también ha olvidado cosas y no por ello discutimos, es verdad me molesto un poco pero luego solo lo olvido y pienso que él tiene otras preocupaciones en mente también, no soporto estar enojada con él, creo que le pediré disculpa a penas llegue y lo vea-.

- Sabes que siempre he creído que David no es para ti, él es de otro estilo y piensan muy distintos, todo el tiempo te veo resignándote, con él no tienes tu propio carácter, nunca los he visto salir y solo una vez vino a casa, sé que en parte tiene que ver con su padre y nuestra rivalidad, pero con el tiempo que llevan él debería saber tomar decisiones y arriesgarse más por ti, no lo conozco muy bien pero así es mi forma de verlo, sabes que respeto tus decisiones y si tú estás con él, bien, no me voy a interponer ni poner en contra, pero es necesario que sepas mi punto de vista, llevo tiempo diciéndotelo- dijo con tranquilidad.

El chico de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora