Esta vez no sentí nada, abrí los ojos lentamente y miré a mi alrededor, la habitación aun estaba oscura, entonces pestañé varias veces hasta que pude ver con un poco mas de facilidad, definitivamente no era mi habitación, no conocía este lugar, no era mi cama, ni mi velador, ni mi armario, ¿Dónde me encontraba y dónde estaba Félix?. Sentí a alguien acercarse, miré pero sin moverme de la cama, entonces lo vi entrar, venía con una camiseta suelta y unos "shorts", creo que era algo así como un pijama, jamás lo había visto de esa manera tan desarreglado pero aun así se veía muy bien, al verme sonrió.
-Bienvenida, estás en el lugar que destinamos a que llegaras, la pulsera tiene ese objetivo que siempre llegues aquí y no a cualquier parte del mundo, de esa forma es más cómodo y te sentirás más tranquila- dijo mientras apuntaba hacia la cabecera de la cama, de la cual colgaba una pulsera igual a la mía- ya ponte algo arriba de tu pijama y baja, mamá estará feliz de que al fin estés aquí, a esperado hace mucho por ti, por años en realidad- entonces salió de la habitación.
¿Mamá? ¿mi mamá? ¿o sea éramos hermanos?
Corrí al ropero y saqué una manta que había colgada, me la puse rodeándome y también unos zapatos para levantarse y sin dudarlo bajé corriendo.
-Hola Amira, bienvenida te estaba esperando- dijo una señora no de mucha edad, que se encontraba sentada en un sillón frente a Félix.
-Hola- dije sin entender mucho lo que sucedía.
-Amira, ella es Jennifer, mi madre, ella te explicará todo lo que necesitas saber- dijo Félix quien seguía sentado- siéntate y escucha-.
Yo solo asentí y me senté en un asiento al lado de él, entonces la señora comenzó a hablar.
-Hija, yo conocí a tu madre, para ser más exactas fuimos las mejores amigas por muchos años, antes de morir ella me pidió que cuidara de ti y que te ayudara en este proceso, entonces tienes que escucharme y confiar en mí ¿Esta claro?- me miraba fijamente pero con una cierta dulzura.
-Sí, está bien, pero quiero que me cuentes absolutamente todo- dije sonando lo más agradable posible.
-Claro, te contaré cada detalle y si quieres puedes preguntarme cosas que quizás por ahora no recuerdes, eso sí te lo contaré mañana, ahora necesito que puedas regresar sana y salva, queda poco para que sea de día y no creo que a tu padre le guste mucho que no estés en tu cama, Félix te explicará cómo hacerlo, nos vemos hija- luego de eso se levantó y se dirigió a su habitación.
Félix también se levantó y me dijo que lo siguiera, entonces llegamos al mismo lugar en el que había despertado.
-Debes dormir otra vez y cuando estés en el sueño, como siempre tienes que quedarte ahí hasta que sola irás desapareciendo entonces despertarás, no te lances de ningún lugar ni tampoco vayas hacia alguna luz; yo no iré esta vez, así que por favor ten mucho cuidado, nos vemos mañana- me dio un suave beso en la frente y me acarició el cabello, luego se dio la vuelta y tras salir cerró la puerta.
Hice lo que él me había dicho, aunque esta vez llegar a soñar se me hizo un poco más difícil, cuando lo logré me encontré en el bosque de siempre, caminé un cierto tramo hasta que sin darme cuenta estaba en mi habitación despertando, todo había salido acorde a los planes.
Cuando llegué a las clases Laila me esperaba al lado de un asiento que había guardado para mí.
-Hola- dijo murmurando, intentando que el profesor no la escuchara y la regañara.
-Hola- le contesté de la misma forma.
-¿Por qué andas tan feliz?- sonrió y movió sus cejas con la idea de molestarme.
-Te cuento después ¿quieres venir a mi casa hoy?-
-Obvio que si pero no me puedo quedar a dormir, mañana tengo clases de técnica- dijo con cara afligida.
-No hay problema, te vas después de la cena- le dije.
-Está bien- agregó un guiño.
Al terminar las clases caminamos al auto de Richard , en eso vimos a Leonor llorando, tuve las ganas de acercarme pero al verme solo me ignoró caminando hacia otro lado junto a Marcia quien siempre la seguía, pensé entonces que era mejor mantener la distancia, no se podía conversar las cosas si ella no ponía de su parte y yo ya no podía hacer nada más, no podía rogarle tampoco, esta era la decisión que ella tomaba y yo tomaría la misma, aun cuando me dolía.
Llegamos a casa, saludamos a Alicia quien estaba haciendo el aseo y subimos a mi habitación, cerramos la puerta pues así nadie escucharía nuestra conversación.
-Ya, cuéntame que sucede- dijo ansiosa.
-Es que he seguido soñando con el mismo chico, sé que existe solo que no aquí sino que en otro mundo, quizás suene loco pero no somos los únicos, existen mundos mucho más allá de nuestros límites al dormir, aun no se toda la historia, ni menos que tengo que ver yo en esto, pero me han dicho que esta noche me explicarán todo, estoy bastante nerviosa la verdad-.
-Sinceramente me cuesta creer absolutamente todo, no es que no te crea, confío ciegamente en ti amiga, pero es algo que se necesita tiempo para procesar- sonrió- aunque entiendo que puedas estar feliz, después de todo te aclararan las dudas que tenías desde hace tiempo-.
-El problema es que no estoy segura que eso sea lo que me haga andar tan contenta, es él, creo que estoy sintiendo algo realmente fuerte,-me sonrojé- estoy muy confundida, sé que no puedo sentir nada, no sé qué tan real es ¿y si solo es un sueño?- dije finalmente algo angustiada.
-¿Y si no lo es?- contestó casi de inmediato.
-No lo sé amiga, pero tengo miedo, sé que no debería sentir algo tan comprometedor por él, pero aunque lo intente no puedo prohibírmelo, mientras más intento olvidarlo más lo recuerdo, es muy lindo y me ha ayudado en todo momento, aunque quiera y lo intente no puedo mentirme a mí misma, siento que lo conozco de hace tiempo y encuentro que realmente todo es tan perfecto en él- dije honestamente sin ocultarle nada a Laila de lo que sentía por él.
-Es complicado, realmente no sé qué decirte, a mi me daría miedo también, pero aun así no creo que sea buena opción decírselo a él por ahora- acarició mi pelo- yo creo que deberías intentar relajarte, conocer a otra persona, no sabes si en verdad lo conoces, aun no sabes mucho de él, hay que esperar... él por ahora es el chico de tu sueños literalmente y quizás por eso lo vez tan perfecto, solo puedo decirte que hay que esperar y tomar las cosas con calma-.
-Sí, tienes razón, debo relajarme un poco quizás así lo empezaré a olvidar- dije con resignación.
Luego tratando de dejar el tema pregunté por su vecino y entonces ella se desahogó conmigo diciéndome lo enamorada que se sentía de él, al parecer la suerte estaba de su lado pues las cosas iban realmente bien, ya después de la primera cita, él la llamaba y hasta la había invitado a cenar a su casa algún día. Me alegraba verla feliz aunque me daba cierta envidia que en mi vida las cosas ahora no resultaran de esa manera.
Laila se fue antes de la cena, Richard no había llegado temprano y ya era hora de que volviera a casa sino su madre la regañaría. Después de unas horas cenamos los tres, Alicia, Richard y yo, luego de eso me fui a dormir rápido, hoy sería una gran día, al fin sacaría mis dudas.
Esta vez me encontraba en una ciudad, no sabía donde era ni tampoco si existía; caminé por las calles en búsqueda de él, entonces lo vi.
-Hola- le saludé.
-Hola, ven vamos, tenemos que llegar rápido para que alcancen a contarte todo, Jennifer te está esperando- dijo mientras caminábamos hacia un puente- bien nos lanzaremos desde aquí- dijo subiéndose al barandal y esta vez sin contar se lanzó llevándome a mí con él.
Al abrir los ojos estaba en la misma habitación que el día anterior, me levanté, me puse la misma manta, los mismos zapatos y abrí la puerta para salir; de inmediato me encontré con Félix quien estaba a punto de abrir mi puerta.
-Bien, vamos- dijo sonriéndome.
Llegamos al salón y me senté en el mismo lugar que antes.
-¿Estás preparada?- preguntó Jennifer.
-Más que nunca señora- contesté.
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El chico de mis sueños
Romance¿Existen límites para el amor? ¿Cuánto cuesta hacer realidad un sueño? Estas son dos preguntas que se hará durante toda la historia Amira, una joven chica que está a punto de cumplir sus dieciocho años y que a pesar de un difícil pasado tiene un tr...