Al despertar en casa ya era muy tarde, corrí al comedor, saludé a Alicia y a Richard.
-Buenos días papá, buenos días Alicia- dije mientras me sentaba en la mesa.
-Buenos días mi niña- dijo Alicia.
-Buenos días hija- dijo Richard- parece que has dormido más hoy-.
-Si papá, me he quedado dormida, necesito que hablemos ¿puedes ahora?-.
-Pues claro, vamos- dijo levantándose de la mesa y caminando a su escritorio.
Le conté durante algunas horas todo lo que había pasado y cada detalle del que me había enterado también; Richard me escuchaba atento pero no parecía asombrado o confundido como yo lo había estado al momento que me lo habían dicho, luego de eso sonrió y me agradeció por ser sincera con él, lo abracé y entonces aproveché de pedirle permiso para quedarme durante el siguiente día allá, él aceptó, encontraba que de esa manera podía conocer y acercarme mucho más a lo que fue la vida de mi madre.
Me fui a dormir temprano cuando el sol estaba recién escondiéndose, yo sólo quería verlo y pasar tiempo a su lado.
Me encontraba en una plaza, en la misma que había estado hace poco, no había casi nadie y es que por la hora pocos podían estar durmiendo. Caminé hacia un puente que se extendía a través de una laguna, me subí y entonces me lancé.
Al abrir los ojos, me encontraba en la casa de Félix, me puse la ropa de salida pues aun no oscurecía, bajé bien arreglada al salón y me encontré con Jennifer.
-Amira, hola, has llegado temprano- dijo muy contenta.
-Sí, es que le he preguntado a Richard y él me ha dejado, si no le molesta, me quedaré también mañana- dije algo avergonzada.
-Obviamente que no hay problema hija, eres parte de la familia- dijo sonriéndome.
-Gracias- eso me hacía sentir bien y me daba una gran confianza con ella- Tía, ¿y Félix?- pregunté un poco nerviosa de que notara mi gran interés.
-Hoy tenía que tocar con su banda, si quieres te llevo a verlo- se ofreció agradablemente.
-Bueno, me encantaría, subo por una chaqueta y bajo- dije justo cuando corría a la habitación.
Tomé una chaqueta marrón que había en el ropero, me quedé con los pantalones mezclilla claros y me cambié a unas botas bajas que combinaban con la chaqueta, me miré al espejo, no estaba tan arreglada, tampoco quería que él notara que lo hacía, decidí soltarme el pelo, me delineé los ojos, pinté mis labios de un tono rosa claro y salí. Solo esperaba ir vestida adecuadamente.
Al llegar al lugar estaba repleto, caminé y me instalé en una mesa individual cerca del escenario que estaba desocupada, un joven me atendió, solo pedí un jugo de naranja y unos nachos con distintas salsas para picar, cuando él se retiró, las luces del escenario se encendieron y presentaron a un grupo, inmediatamente lo vi instalarse junto a dos personas más; a su lado iba una chica con el teclado, de pelo rubio, liso, largo y mechas rojas, tenía un vestido blanco con negro ajustado y unas sandalias negras de taco alto, su rostro era claro y tenía unos grandes ojos pardos; atrás de Félix se encontraba un chico con la batería, tenía su cabello rubio también y levantado, los ojos no podía determinarlos pues se encontraba muy lejos de mí, pero eran claros, vestía unos pantalones negros con una camiseta blanca de manga corta y unas zapatillas del mismo color; en cuanto a Félix tenía una guitarra eléctrica en su manos, vestía con unos pantalones blancos y una camiseta negra con los zapatos también del mismo color, se veía muy guapo e imponente.
Comenzaron a tocar una canción que ya conocía, era una de esas que tenía en la lista de reproducción de mi "iPhone" pero la cual no recordaba el nombre, la cantó la chica y a momentos Félix se metía, juntos se escuchaban bastante bien y en verdad se veían como una banda de alto nivel, quizás llevaban años practicando. Una vez que terminaron, el público pidió otra, por lo cual siguieron, las personas se levantaban y cantaban justo al lado de mi asiento , yo por mi parte solo me centraba en él, mientras disfrutaba sentada de la música. Tocaron entre 9 y 10 canciones aproximadamente, luego de eso agradecieron y se fueron hacia los camarines. Después de un tiempo lo vi aparecer por entre las personas, entonces me encaminé hacia él.
- Te felicito, te salió muy bien, no sabía que eran un grupo tan bueno, parecen que tocaran hace años- dije con tono bajo y sin poder mirarlo a los ojos.
-Gracias- dijo- mamá me ha mandado un mensaje y me ha avisado que estabas aquí, de todas maneras ya te había visto antes cuando estaba en el escenario- me sonrió- ven, quiero presentarte a mis amigos- comenzamos a caminar hacia los camerinos.
-Ella es Franccesca, toca el teclado es de nuestro grupo y también canta conmigo, hace ambas cosas a la vez, la conocimos porque es la mejor amiga de mi hermana; ella es Samantha, es mi hermana, toca el violín hace años pero no toca con nosotros, es nuestra manager, te llevarás muy bien con ambas son de tu misma edad-.
-Un gusto- dije entusiasmada pero ellas solo me miraron y no respondieron.
-Bueno, ven- caminamos hacia otra parte del camarín más alejado- él es Ángel, mi brazo derecho y mejor amigo, llevamos años siéndolo, tenemos la misma edad pero estudiamos en lados distintos, también es el baterista de la banda y novio de mi hermana, llevan unos cuantos meses- dijo mirándolo con cara de odio pero se notaba que solo era molestándolo.
-Hola un gusto, soy Amira- le dije- y vengo de...-
-De muy lejos- interrumpió Félix dándome una mirada de complicidad- es hija de una amiga de mamá y se está quedando con nosotros- dijo esta vez a todos sus amigos pues las chicas se habían acercado en donde nosotros nos encontrábamos.
-Bien, el gusto es mío- dijo Ángel quien era el único que me había devuelto el saludo.
Félix, su hermana y yo volvimos juntos a casa, al llegar, me tomé una leche con chocolate caliente que Jennifer había preparado especialmente para mí y de ahí todos fuimos a nuestras habitaciones, yo decidí mirar televisión durante un momento, en mi cuarto tenía una y la verdad no tenía sueño aún. Estaba tranquilamente haciéndolo cuando sentí que alguien golpeaba la puerta, me levanté y la abrí, entonces descubrí que se trataba de él.
-Amira, tienes que tener más cuidado con lo que dices, por ahora estoy para cuidarte pero no siempre será así, tienes que empezar a aprender- dijo con tono fuerte, luego siguió- buenas noches, nos vemos en los sueños, ¿qué te parece si vamos a una tarde de campo?- luego de eso sin esperar mi respuesta salió y cerró la puerta.
Yo me cambié de ropa a mi pijama y me dispuse a dormir, ¿acaso esta era nuestra primera cita?
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El chico de mis sueños
Romance¿Existen límites para el amor? ¿Cuánto cuesta hacer realidad un sueño? Estas son dos preguntas que se hará durante toda la historia Amira, una joven chica que está a punto de cumplir sus dieciocho años y que a pesar de un difícil pasado tiene un tr...