Capítulo XVIII

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-¿Dónde estamos?- me preguntó con gran curiosidad pero sin salir del mismo estilo serio de él.

-Sabía que no conocerías el lugar, siempre he querido venir aquí, mira- dije llevándolo a una de las tantas puertas.

-¡Es un teatro!- dijo sorprendido, mirando a todos sus lados.

-No lo conozco en persona, he visto algunas fotos y bueno lo demás lo imagino, por lo que creo que algunas cosas no son así en la realidad- dije algo avergonzada mirando como él estaba asombrado- yo imagino de esta manera los grandes teatros de música clásica de Italia o de Francia, mi padre me prometió que algún día iríamos a conocerlos, por mientras solo puedo disfrutarlos aquí, en mis sueños-.

-¡Wow!, jamás he ido a un teatro, o sea no uno de esta magnitud-.

-La verdad esto se siente y se ve muy real- dije poniendo atención a cada detalle- ven- le dije caminando hacia el escenario- siéntate aquí- lo senté en un asiento cerca y subí, abriendo el telón para que pudiera ver todo el escenario- quiero que conozcas  algo que no sabes de mí, para que veas que tengo más sorpresas- sonreí y me senté al frente del piano.

Interpreté una melodía llamada "Thousand years" , la misma que había estado ensayando el día anterior cuando me había dado cuenta que no podía sacarlo de mi cabeza, la había aprendido hace dos años atrás, cuando la había escuchado en una película. Estaba muy nerviosa, durante las primeras teclas mis manos tiritaban pero entonces intenté tranquilizarme, olvidé que estaba él escuchándome y pensé que esta vez era una más de mis prácticas.

Cuando logré tranquilizarme empecé a cantarla con toda la pasión que podía, amaba esa canción más ahora que me quedaría guardada con este recuerdo muy dentro de mi memoria. Una vez que terminé, me levanté e hice una pequeña reverencia a mi "público" que era él, tal como me lo había enseñado mi profesor; por su parte sonrió y se levantó caminando hacia mí.

-No subas, el público no puede hacerlo- dije con tono serio.

-¿Y si soy un fan, no me das preferencia?-.

-No, nadie tiene preferencias, las cosas son justas ¿no ves todas las personas que esperan su turno para una fotografía juntos?- dije apuntando hacia la escalerita de la esquina opuesta donde no había nadie.

-No hay mucha gente, sé que ellos me dejarán ser el primero- sonrió y me guiñó.

Corrió hacia el otro lado del escenario y tras hacer que hablaba con alguien, subió.

-Ves, fue más fácil de lo que creí- dijo sonriéndome y con tono desafiante, yo solo reí.

Nos sentamos en las escalinata por la que él había subido, entonces le conté como había aprendido y que aun tomaba clases de perfeccionamiento, él dijo que lo hacía muy bien, que llegaría muy lejos pues tenía talento; me sentía muy alagada, por ello no decía nada solo sonreía, estaba entre nerviosa y cohibida pero me sentía feliz ¿en verdad lo había hecho tan bien como él decía?. Luego se levantó y me pidió que me sentara donde él anteriormente había estado y entonces lo hice, por su parte camino hacia atrás del escenario, demoró unos segundos y luego llegó con una guitarra, se instaló frente a un micrófono y comenzó a tocar y cantar una canción que ya había escuchado alguna vez antes, escuché la letra con atención ¿podía estar pensando en mí tal como yo lo hacía cada vez que tocaba la canción que le había mostrado?; ya cuando acabó me levanté aplaudiendo y gritando, él no hizo reverencia pero sonrió feliz al ver mi escándalo, dejó la guitarra y bajó donde yo me encontraba.

-No seas tan escandalosa, recuérdame jamás ir a un teatro de música clásica contigo- me dijo serio pero molestando.

-Bueno tampoco creo que te guste mucho la música clásica, acabas de tocas en una guitarra eléctrica- dije orgullosa de mi deducción.

-Te sorprenderías de muchas cosas de mí-.

-Quizás- sonreí- ¿cómo se llama esa canción que tocaste?- pregunté.

-"Never knew I needed" , la toco a veces con una banda que tenemos entre amigos, tenemos un día a la semana contrato en un local- dijo entusiasmado.

-¡Oh! me encantaría escucharlos algún día-.

-Pues primero debes entrar a mi mundo ¿no crees? y por lo visto aun no lo logras- dijo mientras comenzaba a caminar.

Recorrimos variados salones, cada uno llenos de instrumentos, el lugar era realmente gigante.

-Quiero intentarlo- le dije a Félix tomándolo del brazo para que no siguiera caminando.

-Bien, busquemos algún lugar donde poder saltar-.

Encontramos un patio que tenía una gran fuente en el medio, estaba rodeado por diferentes partes del mismo edificio, cada uno con variados pisos y balcones por el que se podía caminar, decidimos que era el mejor lugar para poder saltar, entonces elegimos un piso bien alto, cosa de tener suficiente tiempo de pensarlo y lograrlo.

-Ya ¿estás preparada?- me dijo cuando nos encontrábamos en la orilla del cuarto piso.

-Eso creo- contesté observando la gran altura.

-Lo haremos juntos- dijo tomando mi mano y situándose a mi lado.

-Pero si no quieres no es necesario- le dije intentando soltarme.

-No te preocupes, quiero hacerlo, sé que solo es un sueño por lo que no me da miedo, quiero hacerlo para ayudarte y que te sientas acompañada en esto- sonrió, entonces agarró con más fuerza mi mano- a la cuenta de tres, uno, dos- y entonces sin terminar de contar se tiró llevándome con él , yo cerré los ojos y por primera vez sentí realmente el deseo de que lograra traspasar el suelo y poder despertar en el otro mundo a su lado.

El chico de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora