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Yoongi la llamó el jueves, después de la medianoche.
- ¿Lo has hecho?
- ¡Oh Yoonie!
- No.
- Casi.
- Pero no lo hiciste.
- Es realmente difícil.
Dejo escapar un largo suspiro.
- Mira, he estado pensando...
- ¿Si?
- Quizá todavía no estés preparada para la realidad en este momento, tú sabes... para encararlo.
Aquello parecía razonable, hasta que Yoongi continuó.
- A lo mejor estás disfrutando de tu tristeza.
- ¡Yoongi!
Aquello le había hecho daño realmente, quizá porque tenía parte de verdad. Se estaba acostumbrando a estar triste, parecía atrapada en aquella melancolía.
- Yo... no...
- Adeline... sabes que eres la típica hermana del medio ¿verdad?
- ¿Vas a echarme un sermón?
- Eres la clásica hermana mediana y sabes como pasar inadvertida. No provocas los acontecimientos, no esperas que te ocurran cosas buenas. Te puedes quedar estancada con mucha facilidad.
- Y en este momento estoy estancada ¿cierto?
- Si, es lo que creo. Lo único que quiero decir es que si no quieres contárselo, muy bien, a lo mejor deberías buscar otro trabajo. No sería el fin del mundo. Y al menos estarías actuando, lo que sinceramente me parece que ya es hora que hagas.
No podía negarlo. Yoongi tenía razón.
- Se lo diré. Lo haré.
- Muy bien... ¿Cuándo exactamente?
- Mañana.
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