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A las diez de la mañana Namjoon se marchó del despacho para asistir a una reunión con los vicepresidentes.
Después comió con Hwass a la una de la tarde. Hwasa estaba encantadora y divertida, como siempre.
Llevaba el broche que le había regalado por San Valentín. Ella lo acarició ligeramente y sonrió resplandeciente.
- Namjoon , me encanta. Tú siempre sabes que regalarle a una mujer.
Él miró el broche y una vaga irritación lo invadió… sintió una especie de disgusto y desasosiego.
Adeline. Su nombre le vino a la mente, a pesar de que había decidido que no ocurriera. Pero Adeline había elegido aquel broche, es quien tenía un gusto certero para elegir que regalar.
Si la pelinegra dejaba el trabajo tendría que encontrar otra secretaria. Alguien extraño… alguien que no sería de casa. Alguien más que escribiera sus correos, que le buscara informes, que comprara regalos para sus novias…
- ¿Nam? ¿Qué te pasa cielo?
- ¿Mmm?
- Estabas a miles de kilómetros de distancia – dejó caer el labio inferior haciendo un puchero.
- Estoy aquí. Y por cierto muy contento de que te gustara el broche.
- Me gusta mucho. Déjame demostrarte cuanto.
Le decía mientras le acariciaba con el pie su pierna derecha.
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Aquella tarde tuvo una reunión con los directores. Adeline estaba a su lado como siempre. Después de la reunión, regresaron al despacho donde Namjoon se encerró con Siwon para hablar sobre las instalaciones que habían visto.
A las 6:40 pm Siwon se marchó pero Adeline se había retirado mucho antes.
Namjoon cenaba con la pelinegra a menudo, cuando había que entretener a clientes importantes o miembros de la junta directiva. Adeline era atractiva, pero al contrario que Hwasa o las otras mujeres con las que había salido, no era de los que distraía a las personas de los asuntos que estuvieran tratando. Y muchas veces era muy cómodo tener a su secretaria a la mano.
