Pasaron días y Erick sigue trabajando en la misma empresa, pero se puso a buscar trabajo y dijeron que lo llamarían. Y aún sigue esperando.
Unos minutos más y ya sale del trabajo.
(...)
Erick ya había llegado del trabajo, se cambió de ropa y vino a sentarse conmigo.
-Dicen que me llamarán.
-Espero que si, ¿y de que vas a trabajar?
-Construcción.
-Oh, guay. -sonreí.
-Si, esta bien.
-Aunque no se porqué quieres trabajar. Tenemos suficiente dinero para estar bien, recuerda que tienes la herencia de tu padre y yo también.
-Lo se, pero no me considero un hombre si no trabajo.
-Hay gente que no trabaja, y son hombres, y además, no tienen tanto dinero como nosotros, somos ricos, y estamos trabajando, no tiene sentido.
-Si que tiene, hay ricos que trabajan, ¿o no? Además, me gusta trabajar.
-Ya lo veo.
Él empezó a acariciarme la mano y mirándola.
-¿Te gusta mi mano? -le pregunté graciosa.
-Me gusta todo de ti. -me miró a los ojos. Yo también le miré.
-A mi también me gusta todo de ti.
Nos besamos y nos fijamos en la tele. Apoyo mi cabeza en su hombro.
Narra Erick.
Nos quedamos mirando una serie de policías en acción, era muy emocionante, y me duele el hombro. Miro a Aitana para decirle que se apoye bien y veo que sus ojos están cerrados. Estaba dormida mi angelita, me levanto con cuidado y la cargo y la llevo a su habitación, la dejo sobre la cama y le doy un beso en la cabeza.
Salgo de la habitación y me siento en el sofá, me levanto de nuevo, voy a la cocina y saco una botella de cerveza, la tenía desde hace unos meses y no la he bebido, caduca el año que viene. Me siento esparcido por el sofá y bebo de mi cerveza mirando la serie de acción.
(...)
Al siguiente día ya estoy levantado, vestido, y listo para ir al trabajo. Salgo y voy al trabajo, en el camino alguien me llama, seguro que es Aitana, ¿me abré olvidado algo?
Cuando miro el móvil es un número que no he visto nunca. Contesto.
-¿Hola? -responde una voz femenina.
-Hola, ¿quien es?
-Soy Andrea Méndez, llamo para hablarle del trabajo que usted ha solicitado.
-Ah, si. Si, diga.
-Vale, hace unos días solicitó para trabajar en construcción.
-Si.
-¿Puede venir hoy a rellenar un formulario?
-¿A que hora?
-A las once de la mañana.
-Oh, no puedo, lo siento, ¿no podría ser más tarde?
-Si, ¿cuando le va bien?
-¿Que tal a las cinco?
-Me parece bien, ¿entonces le veo luego?
-Claro, muchas gracias, hasta luego.
-Adiós.
-Adiós. -cortó.
-Bien -apreté el puño.
Llegué al trabajo, aparqué mi coche, y entré en mi empresa, saludé a la secretaria como siempre. Mientras iba de camino al ascensor veo a Valentina, y ella me ve a mi, trato de evitarla pero es imposible.
-Hola, mi amor -intenta besarme.
-¿Que quieres?
-Así no es forma de tratar a tu novia.
-Eso es porque no eres mi novia.
-Ay, no hagas un escándalo.
-Oh -rodeé los ojos y fui hacia el ascensor.
-Solo quiero arreglar las cosas.
-Ya están arregladas.
-No, no lo están, quiero que me perdones por haberme portado tan mal.
-Ya estás perdonada -toco el botón.
-No me sirve.
-Pues estás doblemente perdonada.
-Tampoco me sirve.
-Triplemente perdonada.
-Tampoco...
-¡Infinitamente perdonada, ya déjame en paz! -entro al ascensor. Ella también.
-Ay, amor, perdón -me toca los hombros.
-Suéltame. -me suelto.
-Vale, vale.
Subimos en silencio hasta nuestro piso, lo malo es que su oficina esta casi al lado mio, y viene a molestarme siempre que puede.
Estas se abren y salgo caminando rápidamente hacia mi oficina, abro la puerta y la cierro detrás de mi. Guardo mi maleta a un lado de la mesa...
-Erick.
-¿Que haces aquí? -me giro a ella.
-Solo quiero estar un poco feliz.
-Pues se feliz.
-No soy feliz sin ti, Erick, por favor...
-Cállate, cállate, ¿de que estás hablando? ¿Por que siempre hablas tonterías?
-No son tonterías, mi amor.
-Erick para ti.
-Yo te llamo mi amor.
-No quiero que me llames así.
Se queda sin hablar mirándome.
-Quiero que me folles.
-¿Que? -abro los ojos como platos.
-Así no me vuelves a ver.
-¿Segura?
-Claro, bebé.
-Que falsa.
-Ugh, que si, es en serio.
-No te creo, ¿quien te creería?
-Yo misma, ja.
-No, en serio deberías irte.
-Ah, con una condición.
-Dime.
-Sexo.
Rodeo los ojos con total indignación.
-¿No puedes irte sin más?
-Nop.
-Esta bien, siéntate encima de la mesa.
Ella hace caso y yo le doy la espalda, me quito mi chaqueta y la dejo en mi asiento, me pongo delante de ella.
-Desvísteme -me obliga, le quito los tacones.
Salgo de mi oficina, voy corriendo hasta objetos perdidos y los guardo ahí. Oigo a Valentina gritando "Erick". Llego hasta ella.
-¿Que? -pregunto inocente.
-¡¿Donde están mis tacones?!
-Por ahí, se perdieron. -me burlé.
-Oh, Erick, eres lo peor.
Se va, no sin antes chocar su brazo con el mio.
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Una Vida Contigo | Erick Brian Colón
Romance|Segunda temporada de "pervertidos"| Aitana escapa del altar con ayuda de Erick, a construir una nueva vida, pero ellos no saben lo que les espera, no todo es de color rosa. Aitana y Erick tendrán que pasar por muchos obstaculos para estar juntos, n...