Capítulo 23

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Entramos en un bar, ya que no había un restaurante cerca, pedimos unas cuantas cosas y cerveza. Obviamente yo lo pagaría.

Estábamos en silencio, creo que ella está enfadada. No me ha dirigido la palabra durante todo este tiempo. Ya la cagué.

Mientras nos daban nuestro pedido alguien abrió la puerta de una manera tan brusca que hizo que Aitana derramara su vino en su vestido.

Ella se levantó algo empapada y tuve que hacer lo mismo, saqué unas servilletas y la ayudé a limpiar su vestido.

Ella se enfadó y se fue al baño. Que estúpido soy, mira que invitarle a un lugar que le recuerda al dolor, a su pasado.

Que idiota, espero que terminemos la comida y nos vayamos cuanto antes, tampoco es que me guste este lugar.

El jefe del bar sale y le saluda al tipo que abrió la puerta, al parecer son amigos. Empezaron a gritar saludándose, chocando las cinco y todo lo demás.

-¡Dame tres chupitos! -pide él gritando.

Esa voz me es muy familiar, quisiera recordar de donde conozco esa voz,  pero no puedo. Cuando el jefe le da los chupitos este se gira hacia nosotros, los demás.

-¡Salud! -dice y se lo bebe de una.

Cuando logro ver su cara, mi cuerpo se paraliza, es él, el tipo que le arruinó la vida a Aitana, es Richard.

Alguien le dice algo a él y Richard se gira a mi. Este queda boquiabierto y deja su vaso de cristal en la mesa para luego acercarse a mi.

-Tú, eres Erick, el tipo que robó mi mujer.

-¿Que te has hecho?

Parecía un delincuente o esos tipos que no tienen casa y siempre estan ebrios. Tenía el pelo rojo y muchos tatuajes.

-¿Donde está Aitana? -pregunta él.

-¿A ti que te importa? -me pongo a la defensiva.

-Solo quiero ver a mi mujer.

-No es TU mujer. -le corrijo.

-Claro que si, me casé con ella.

-Ustedes no se llegaron a casar -me acerqué peligrosamente a él.

-¿Dónde está... Aitana? -me miró fijó a los ojos.

-He venido solo.

Después de decir eso veo a Aitana acercarse todavía quitando la mancha de su vestido.

-¡Quiero irme! -levantó la mirada y se fijó en Richard.

Se quedó boquiabierta y dejó caer el papel que tenía en mano.

-¡Pero mira! Aitana, mi amor. -dijo Richard.

-Erick... quiero irme -dijo en un susurro audible para Richard y yo.

Agarro a Aitana de la mano y le rodeamos.

-La cuenta -pido.

-Toma, 14,99$.

-Bien -saco la cartera y pago.

Salimos y luego unos cuantos chicos nos rodean, ¿que es esto?

-¿Que queréis? -pregunto.

-La chica. -me responde uno de ellos.

-Claro que no, ¿por que no te buscas una novia? -dije apegando a Aitana a mi.

-Se lo buscará -nos damos la vuelta y ahí está Richard. -Dame a mi mujer.

-¿Por que también no te buscas una novia? Aitana vamos. -nos damos la vuelta.

Al querer caminar nos impidieron el paso.

-Vale, ¿queréis dinero, o que queréis? ¿Como podéis trabajar para él?

-Nos paga.

Como me gustaría hacer un facepalm ahora mismo. Pero no es el momento, no, no lo es.

-Ya me he cansado, cogedla.

Se acercaron con intenciones de llevarla.

-Claro que no, iros a la mierda.

Intenté pasar por ellos agarrando bien a Aitana. Me separaron de ella y no pude safarme.

-¡Dejádme, imbéciles, ahh mamarrachos! -grita ella intentando safarse.

-¡Dejadla, que la dejéis! -grité.

Una Vida Contigo | Erick Brian ColónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora