Capítulo 4

287 33 4
                                    

Me despierto por la noche, Erick no estaba, me levanto bostezando y voy a la cocina, abro la nevera y miro que hay dentro. Opto por coger ensalada y me lo como en el salón. Voy a mi habitación, intento dormir pero no puedo, en eso abren la puerta.

-Mi amor, ¿puedes dormir? -entra Erick.

-No puedo, ¿y tú?

-No.

-Creo que la siesta que nos echamos duró demasiado.

-Si. ¿Y que quieres hacer?

-No lo se.

-Pues yo te puedo decir muchas cosas. Podemos jugar a juegos... -me mira pervertido.

-¿Al Uno? -pregunto haciendo la que no sabía.

-No.

-¿Pictureka?

-No.

-¿Adivinanzas?

-No.

-¿Entonces a que?

-Te daré una pista -dice y me besa.

-Aun no lo se, ¿me podrías dar otra pista?

-Claro -se pone encima de mi y me vuelve a besar.

-Creo que ya lo he adivinado -digo poniendo mis brazos en su cuello.

Le besé y comenzamos a hacerlo. Su mano derecha entró por debajo de mi camiseta y quitó mi sujetador, nos sentamos y yo le quité su camiseta y después él a mi.

Empieza a masajear mis tetas y me besa, le bajo los pantalones y me subo encima de él, le beso apasionadamente y él me lo sigue.

Se levanta y sale de la habitación y cuando viene, lleva un condón en la mano, a él nunca le falta.

Se lo pone antes de subir a la cama y me vuelvo a poner encima suya, me siento en su pene y empiezo a penetrarme rápidamente.

-Ahh... mmm. -gemí.

Pone su mano en mi culo mientras me penetro.

-Mm, vamos -gruñó -Más rápido -empezó a mover mis nalgas al ritmo al que lo hacía yo. -gruñó.

-Ahh, Erick, ya no puedo más... -me corrí.

Salí de él cansada y sin previo aviso me lo mete de nuevo, yo estaba a cuatro.

-Ahh... mm... ohh Erick.

-Di mi nombre, bebé. Dilo.

-E-Erick... Erick ohh... -miré abajo.

De un momento a otro empezó a darme nalgadas, agarré la cama con todas mis fuerzas, si seguía así me iba a romper por la mitad.

Mientras me lo metía se corrió en mi. No le importó y siguió, para hacerlo más emocionante, me metí el dedo corazón por mi vagina.

Sonreí disfrutando del momento, me mordí el labio cuando Erick me lo metió al fondo.

-Mm... -saqué mi dedo y él salió de mi.

Descansé en la cama y él mi lado. Me besó y se lo seguí, nos besamos por un largo tiempo hasta que ya no quedaba aire y nos separamos.

-Mm, te amo -le volví a besar.

-Yo te amo más, eres una diosa en la cama. -sonreí cerrando los ojos y recordando como lo hacía.

-En serio, creo aun no podré caminar durante un mes entero como mínimo.

-¿Tan fuerte te di?

-¿Que si me diste fuerte? Pregúntale a mi culo.

-Ay, lo siento mi amor, por si no puedes caminar te compro una silla de ruedas -me mira inocente.

-Aveces eres un cabeza de chorlito. Si no puedo levantarme te quedarás en casa a cuidarme.

-Vale -puso su mano en mi nalga y me la apretó.

-Ay, no hagas eso -me quejé -Me duele el ano.

-Vale, vale -hizo una pausa, y luego habló -No puedes impedir que lo haga.

-Oye no, yo te hice caso con lo de hacer sexo, así que respétame a mi y a mi culo.

-Vale, cariño. Así que mañana vendrás al trabajo -cambia de tema.

-Eso sí consigo caminar -le recuerdo -Incluso pienso que me está sangrando.

-Deja de exagerar, tampoco te di tan fuerte.

-Alguien quiere que le de un tortazo -dije cantando.

-Vale, buenas noches, bebé. -se giró y decidió dormir.

-Buenas noches -dije y me dormí del tirón.

Con lo cansada que estaba era normal que me hubiera dormido.

Una Vida Contigo | Erick Brian ColónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora