Día 2 [Wigetta 30]

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Un domingo como cualquier otro, la pareja estaba disfrutando de su estadía en casa, recostados en la gran cama, a pesar de ser bastante tarde, Willy perfectamente acurrucado en el pecho del mayor mientras ambos miraban sus propios móviles.

–¿Quieres cocinar algo o prefieres pedir algo? – El ojimorado rompió el agradable silencio entre ambos.

–Me gustaría cocinar algo... ¿Que te parece un poco de pasta?

–Siempre cocinamos lo mismo, ¿Te parece si buscamos alguna receta por internet? Me apetece una pizza

–Vale... ¿Podrías buscarlo? – El de cabello blanco se acurrucó aún más en el pecho del mayor cerrando los ojos, pasando un brazo por los marcados abdominales del mayor el cual se encontraba sin camiseta.

–Está bien chiqui – el de orbes moradas acercó más al pequeño abrazándolo por la cintura para luego acariciar su cabello.

Los minutos pasaron mientras Vegetta buscaba alguna receta buena, mientras el peliblanco comenzó a quedarse dormido.

–¡Willy no te duermas! – grito su pareja mientras se movía para despertarlo.

–¡Joder! ¡¿Eres tonto o que macho?! – se alejó de su pareja y lo empujó mientras esté solo reía.

–Lo siento cariño, tenía que hacerlo –habló mientras trataba de controlar su risa – Vamos, encontré una receta de pizza

–Te odio – resopló el menor cruzando los brazos.

–Me amas y yo a ti, andando hay que cocinar chiqui – sonrió tentiendole la mano para que la tomará y así caminar hasta la cocina juntos.

Pasaron unos minutos dentro de la cocina, una conversación banal entre ambos, con algunos chistes riendo juntos, coqueteos sutiles y pequeños roces de manos... Hasta que Willy decidió vengarse...

Tomó un puñado de harina sin que el mayor lo viera ya que estaba de espaldas a él tratando de ver que seguía en la receta y se lo tiro encima haciendo que el mayor diera un pequeño salto por la sorpresa girando sobre sus pies con cara de asombro mientras el contrario reía.

–Eres tonto... – sentenció el ojimorado para luego hacer lo mismo que él.

Entre risas los minutos pasaron y ellos terminaron completamente manchados de harina con un completo desastre en la cocina.

Vegetta tomó a Willy por las caderas y lo subió a la encimera besando sus labios. Se separó buscando su móvil.

–Creo que mejor pediré la pizza – dijo y Willy rió fuertemente para luego seguirle...

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