Luzugetta

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CONSOLANDO

Nuevamente en aquel muelle improvisado, el sonido de las olas golpeando la arena de la orilla, el viento fresco, Luzu se encontraba sentado en la orilla, mirando hacia el mar.

Tan solo quería estar solo, tantos pensamientos inundaban su cabeza haciendo que se sienta agobiado de tanto pensar, simplemente quería dejar su mente en blanco, pero los malos pensamientos lo atormentaban a todas horas.

Abandono, soledad, tristeza, era lo único que sentía el castaño en esos momentos, sus lágrimas caían por sus mejillas hasta perderse en la sudadera negra.

Vegetta había visto al castaño desde lo alto de su isla, decido a ayudarlo en su momento de tristeza caminó hasta su torre para bajar por su ascensor y caminar tranquilo hasta el muelle.

Escucho algunos sollozos de parte del menor y sin hacer ruido se acercó a él.

–¿Te gusta este lugar? – preguntó el ojimorado haciendo que el mayor diera un respingo y rápidamente lleve las mangas de su sudadera para limpiar sus lágrimas.

–Claro, es un lugar lindo para pasar el rato... – habló con la voz un poco rota. Vegetta tomó asiento a su lado, el atardecer desde aquella plataforma de madera se veía increíble.

–¿Sabías que al atardecer también se le conoce como la hora mágica?

–No, no lo sabía... ¿Desde hace cuanto estas aquí? – preguntó y sorbio su nariz.

–Eso no importa... ¿Como te encuentras?

–No necesito tu lástima Vegetta...

–No es nada de eso, realmente me preocupas y odio verte así de mal por los tontitos de turno...

Una risa sin gracia salió de los labios de Luzu y negó. – Creo que yo soy el que está mal...

–Nada de eso, son todos esos tontitos que no valoran lo que realmente eres. – Vegetta pasó un brazo por los hombros del contrario para acercarlo más a él.

–¿La vida siempre es así de injusta? – preguntó Luzu apoyando la cabeza en el hombro del contrario, las ganas de llorar habían regresado pero estando con él sentía que todo saldrá mejor. – Sí es así no quiero está vida de mierda...

–Esa boca... No podemos saber que pasará en el futuro, eso es una muy mala racha por la que estas pasando...

–Pues ya estoy harto, eh sido bueno durante toda la vida... Y bien lo sabes... ¿Por qué el karma me paga de está forma? Odio tener todos estos pensamientos, me odio, quiero que todo esto acabe... – sin darse cuenta las lágrimas regresaron.

–Luzu... No todo es para siempre... Todo mejorará en algún momento, ¿Sí? Estaré para ti, para todo lo que necesites, tienes un hombro donde llorar chiqui...

Luzu no contesto, simplemente lo abrazó aferrándose a su cuerpo, ocultando su cara en el cuello de éste, llorando.

Un abrazo tan necesitado para el mayor, disfrutó del calor del contrario, importante poco si lo mobaja con sus lágrimas, quería quedarse ahí por siempre, se sentía protegido y querido entre los grandes brazos de Vegetta.

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Drabble para la Vegetta bowl week.

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