✰Vegeplay

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CELOS

–A ver Auron... – la voz de Vegetta salía en un tono molesto, llevó una de sus manos al puente de su nariz presionando un poco fuerte.

–Nada de eso Vegetta sab-

–Estas haciendo una escena de celos por algo extremadamente tonto.

–Claro que no, siempre haces lo mismo, incluso llegó a pensar que sólo estás conmigo por broma.

De nuevo aquella escena de celos de parte de Auron.

¿La razón? Doblas.

Aquel agradable osito, el mejor amigo de Vegetta, siempre se la pasaban juntos los días que el mayor iba a la ciudad de Los Santos para atender algunos asuntos que había dejado pendientes antes de llegar en Karmaland.

–¿Como puedes decir eso Auron? Nuestros amigos son testigos de que sólo te amo a ti y a nadie más que a ti y ¿tu que? Te vas a Los Santos por días, hasta semanas y yo sin saber de ti, no se que haces ahí o con quien estas, yo soy el que debe de estar celoso y no tu – si voz salió demandante, con el ceño fruncido mirando en la dirección de su novio.

–Oh vamos Vegetta... Sabes que necesito ir por que mis demás amigos me necesitan, no me voy por que yo quiera, ya hemos hablado de esto antes.

–Al igual que ya hemos hablado de Rubén ¿No te qués aclaró que es sólo mi amigo?

–Y ahí vas y le vuelves a llamar por su nombre... – respondió molesto rodando los ojos, la pequeña llama de su cabeza comenzaba a crecer por culpa del enojo.

–¿Que? Es MI amigo y le diré como a mi se me salga de los cojones.

–Ya ves como solo lo defiendes a él, es muy molesto que tu propio novio solo se la pase mencionando a alguien más.

–Mira Auron a tomar por saco, me voy, cuando se te pase me buscas ¿sí?

El ojimorado salió de la casa blanca para caminar por el bosque, necesitaba estar solo, siempre era la misma pelea tonta cada que Auron regresaba de la enorme ciudad.

Caminaba sin rumbo alguno, necesitaba pensar en todo lo que estaba pasando, estaba realmente cansado de tener que soportar eso pero... Realmente lo amaba, como a nada en el mundo.

Por otro lado Auron se había quedado estático en su lugar, pensado en que si realmente valía la pena seguir con su escena de celos, pero simplemente no podía evitarlo, tanta era su inseguridad que no podía dejar de pensar en que Vegetta lo engañaba con aquel híbrido.

Suspiró y sintió algunas cuantas lágrimas caer por sus mejillas callando sus propios sollozos con su mano, Frederick, el pequeño pollo se acercó hasta su dueño para picarle levemente el pie, en busca de un poco de atención.

Auron sonrió triste al verlo y se sentó en el piso para poder cargarlo y dar pequeñas caricias en el lomo del pollo. – Tu otro padre está realmente enojado conmigo... Tengo miedo de perderlo por mi culpa...

Mientras hablaba con su mascota las lágrimas seguían descendiendo por sus mejillas, la llama de su cabeza estaba pálida casi sin brillar.

–Ire a buscarlo, no puedo dejar que esto siga así...

Se levantó dejando a Frederick en el piso, limpio sus lágrimas en vano y salió de casa, asegurando la puerta para que el pollo no escapará, adentrándose en el bosque.

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