Rubisplay NSFW

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GRITOS

Pequeños jadeos se escuchaban en aquel consultorio en las alturas de Karmaland, ambos chicos estaban consientes de lo que hacían pero a ninguno le importó.

El híbrido se encontraba sobre el escritorio con los brazos alrededor de él cuello del mayor mientras sus labios estaban unidos en un beso rápido y deseado por ambos.

Las manos de Auron viajaban por el vientre y pecho del oso por debajo de la sudadera blanca para seguido sacárselo, dejando su torso descubierto, lo empujó suavemente obligándolo a acostarse dejando caer los papeles, bolígrafos y todo lo que había en la mesa.

–Auron... – un jadeo salió de los labios de Rubius al sentir la cálida boca del mayor sobre uno de sus pezones. El mayor jugaba con su lengua utilizando de vez en cuando sus dientes, el oso enredó sus delgados dedos entre los cabellos negros de él, jalandolos suavemente.

–¿Sí? – sonrió con malicia para luego dejar una pequeña marca roja sobre la piel blanca de su pecho. – ¿Pasa algo?

El oso negó rápidamente, rodeando la cintura de Auron con sus largas piernas, el pelinegro rió y negó, separándose. Tomó con fuerza la cadera del menor obligándolo a darse vuelta, dejando su pecho pegado a la madera de la mesa, levantando el trasero, moviendo sus caderas provocativamente.

El mayor golpeó uno de sus glúteos haciendo que el híbrido soltara un pequeño grito por la sorpresa seguido de un pequeño gruñido.

Los brazos de Auron rodearon la cadera, pegando su pecho, aún cubierto por la bata de médico, en la espalda del más alto para abrir el pantalón metiendo una mano por debajo de la ropa interior, envolviendo el miembro de su amante comenzando un vaivén lento.

Repartía pequeños besos por la espalda del oso, con su mano libre comenzó a bajar los pantalones negros del híbrido, dejandolo solo en ropa interior, y abrió los suyos quedándose con la camiseta, la bata y sus boxers.

Pegó su entrepierna al trasero del oso, simulando pequeñas embestidas, Rubius movió su cadera contra la erección de Auron, quería más, necesitaba más.

Auron sonrió y bajó los boxers del menor, agachadose frente a él, amasando los blancos y redondos glúteos del oso, los separó para admirar el botón rosa, se relamio los labios y se acercó para pasar su lengua por este, el menor solo atinó a gemir fuerte aferrándose al borde de la mesa.

Al no recibir alguna queja siguió mientras llevaba una mano hasta el pene del menor, comenzando nuevamente el vaivén lento de antes. La respiración rápida y algunos jadeos y gemidos era lo único que se escuchaba por todo el consultorio.

–Auron... Por favor... – suplico el más alto, moviendo las caderas en busca de más placer, el mayor entendió así que se levantó, bajo su propia rota se acercó al menor, fingiendo embestidas entre los glúteos.

Rubius tiró las caderas hacia atrás, pidiendo por más, Auron sonrió y alineó su miembro para entrar en él lentamente. Al pasó de unos cuantos segundos Rubius comenzó a mover las caderas, soltando pequeños gemidos.

Auron todo los brazos del contrario llevándolos hasta la espalda para poder tener algo con que sujetarse, comenzó con las embestidas rápidas, haciendo que Rubius soltara gemidos cada vez más altos.

Las embestidas, rápidas peor profundas hacían la menor retorcer de placer, sus gemidos que parecían gritos se escuchaban hasta abajo pero poco importaba si alguien los escuchaba, solo querían disfrutar del momento.

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