✰Luzugetta

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EL CAFECITO DE LUZU

Una mañana tranquila en el pueblo, el viento frío anunciaba que el invierno estaba cerca, las nubes grises cubrían el sol, dejando salir algunos rayos de luz muy opacos.

Luzu se encontraba en la cafetería del pueblo, disfrutando de un delicioso café caliente.

Observaba la decoración del lugar, en su mayoría color madera, algunas plantas ornamentales y algunos cuadros de lindos paisajes colgados por las paredes.

El olor a café que inundaba el establecimiento, el ambienta hogareño y las pocas personas que habían era lo que más le llamaba la atención a Luzu, sin duda aquel lugar merecía tener más clientes.

Sentado en la mesa más alejada de la puerta junto a la pared, en la mesa un buen libro cerrado y en sus manos la taza de café brindando calor a sus manos.

Lo único que se escuchaba en el establecimiento eran las conversaciones de las otras personas, hablaban lo suficientemente bajo como para que nada se pudiera entender, las máquinas de café y el timbre automático de la puerta que anunciaba la llegada de alguien.

Dejó la taza en la mesa y abrió el libro, buscando su separador para encontrar en qué página se había quedado. La puerta sonó, sin embargo, no le dio importancia y siguió con lo suyo.

Con la mirada clavada en el libro, una sensación de que alguien lo miraba lo hizo desconcentrarse  y levantó la mirada, encontrando a un chico con un vaso de cartón en su mano, subió la mirada hasta su cara, observó su cabello negro en punta y los hermosos ojos morados.

–Disculpa... ¿Puedo sentarme aquí?

Luzu lo miro extrañado y llevo la mirada al resto del lugar mirando que había distintas mesas desocupadas.

–Si no quieres me iré, no hay problema. – la risa suave del extraño lo hizo sentirse en confianza.

–No pasa nada, puedes sentarte aquí... – una sonrisa tímida apareció en los labios de Luzu.

–Gracias... – el extraño tomó asiento frente al castaño y sonrió. – Un gusto me llamó Samuel pero todos me dicen Vegetta... ¿Cuál es el tuyo?

–Borja... Pero me dicen Luzu. – cerró el libro para prestarle atención al chico de ojos morados.

–Lindo nombre...

–Gracias... Una pregunta Samuel. – la risa de Luzu ante los oídos de Vegetta era una hermosa melodia.

–Dime Borja... – Vegetta sabía lo que iba a preguntar y la verdad no sabía el por qué lo había hecho.

–¿Por qué te sentaste aquí? Hay muchas mesas disponibles...

–Sincera no tengo la menor idea, solo actúe sin pensar... Si te molesta puedo irme

–No, no, sólo quería saber, nunca antes me había pasado – nuevamente esa risa. Quería escucharla por más tiempo.

–¿Que lees? Y lo siento por interrumpir tu lectura.

–Oh no te preocupes por eso, después tendré más tiempo para terminar de leerlo. Estoy leyendo un libro de la saga de "Harry Potter"

–Muy interesante... ¿Sabías que a lo largo de nuestra vida la cantidad aproximada de libros que debemos leer son cien?

–Wow no lo sabía, tal vez deba comenzar a leer más

–Solo es una media tonta que alguien invento – rió suavemente al escuchar la respuesta de Luzu, queria conocer más de él.

Desde la primera vez que lo vio en aquella mesa tan solitaria le había llamado tanto la atención que quizo hablarle pero por miedo nunca lo hizo, hasta aquel día, sin pensarlo, lo hizo.

El móvil de Luzu sonó, rompiendo el momento tan tranquilo que se había formado, miró a Vegetta esperando su aprobación y este asintió.

Luzu respondió la llamada y llevó el móvil a su oído, una llamada de su trabajo, Vegetta se concentró en su vaso de café dándole un gran sorbo.

Luzu un poco molesto se despidió para colgar la llamada y suspiró, bebió lo que le quedaba en su taza y tomó el libro.

–Una disculpa Vegetta... Tengo que ir, asuntos del trabajo, espero que nos volvamos a ver pronto.

–No te preocupes, espero lo mismo, siempre vengo a este café, suerte con tu trabajo.

–Gracias... Nos vemos – Luzu se alejó de la mesa para salir del local, ese chico le transmitía mucha confianza.

Vegetta se levantó de la mesa, tomó su vaso y salió de la cafetería caminado hacia el lado contrario que el mayor, anhelaba que sea mañana para poder encontrarlo nuevamente y hablar con él.

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