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Apenas desperté me atendieron con comida, pero no tenía apetito por la escena de hace un rato. Recordarla me provocaba ganas de llorar.

Despues de un rato me encontraba sola en mi alcoba, viendo hacia la ventana, desde aquí se podía ver el pueblo; se veían casas muy bien construidas, las fachadas eran de color blanco, se podía notar que las renovaban seguido. La vegetación abundaba dentro y fuera del pueblo. Era muy grande, abarcaba un territorio enorme de tierras, pero no alcanzaba a ver a las personas, el palacio estaba lejos del pueblo.

Alguien toco la puerta de repente.

-Señorita Jade ¿Puedo pasar?- era la voz de O'Brien

No quería ver a nadie pero tenía curiosidad.

-Si- dije secamente, estaba demostrando mi enojo con todo el mundo

Este entro despacio y con suavidad, me hizo una reverencia y se acercó a la silla donde estaba sentada. Yo por lo tanto, tenía la vista clavada en la ventana

-El emperador desea verla- dijo

-Yo no quiero-

-Entiendo su molestia, pero...- dijo. Esa última palabra me desquicio

-¿Pero? ¿Existe un pero en lo que acaba de pasar?- dije alterada mientras volteaba a verlo con aspereza

Él solo se me quedo viendo, no dijo ni una sola palabra

-No voy a ir- dije dando por terminada mi conversación

-Debería tenerle miedo- murmuro O'Brien. Lo escuche

-Pues no- dije secamente –No le tengo miedo a un hombre que demuestra su poder lastimando a los demás. Ese guardia cometió un error, pero no se merecía la muerte. Hasta pidió perdón, suplico por su vida, y el emperador lo ignoro. Tal vez por eso Nyx huyó-

-¡Jade!- O'Brien levanto la voz de repente. Me quede sorprendida ante su actitud –Sé que piensa mal sobre el Emperador y es justificado, pero él ha hecho más acciones buenas que malas-

-Tal vez, pero lamentablemente no he estado ahí para verlas-

-Se equivoca- O'Brien embozo una sonrisa suave en su rostro –Desde que usted llego él ha hecho más acciones buenas-

Esas palabras hicieron que mostrara una sonrisa amarga en mi cara, las he escuchado un par de veces en mi vida anterior: cuando intentan conquistar a una chica, cuando tu madre quiere convencerte de que tu padre es bueno, etc.

-No me consta- dije retirando mi mirada de la ventana, dirigiéndola a los ojos de O'Brien

Este solo suspiro, supongo que le era muy difícil convencerme de hechos que nunca vi. Y luego, de repente se me ocurrió una idea

-Puedes ayudarme a comprender la situación- dije. Los ojos de O'Brien brillaron

-¿Cómo la puedo ayudar?-

-Llévame al pueblo y así tal vez pensare que el Emperador es una buena persona- dije desafiante.

-¿Por qué?-me dijo desconcertado

-Porque quiero buscar a Nyx por mí misma y saber la razón por la que abandono el Palacio-

-¡Eso no es posible, está prohibido de que las concubinas salgan del palacio!- dijo O'Brien

-Entonces tendrás que vivir con mi desprecio al emperador- dije, regresando mi mirada a la ventana

Realmente todo esto sonaba muy infantil, pero al parecer daba resultado. O'Brien realmente le era fiel a su majestad y haría lo posible por convencer a cualquiera de sus buenos actos. Así que mi plan era utilizar su lealtad para poder salir del palacio, y por qué no, también buscar al príncipe Nyx.

-Está bien- dijo por fin –La ayudare a salir del palacio, pero yo la acompañare en todo momento-

Le respondí con una sonrisa. Jamás fue tan fácil convencer a alguien de esta forma.

La concubina del demonio de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora