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Llego la mañana, me arreglaron como siempre. Nunca platique sobre mi vestimenta con ustedes; eran parecidos a los vestidos que usaban las mujeres nobles, hermosos, largos, pero algo sencillos, eso hacía que fueran más cómodos de usar; sin tantas joyas ni pedrería, no podía quejarme, realmente éramos unas chicas muy activas.

El desayuno fue diferente, ahora comíamos carnes exóticas (Creo que fue parte de lo que sobro ayer), mis pensamientos estaban inmersos en el niño de anoche, realmente era el hermano del emperador, pero ¿Por qué quería escapar?

Cuando llegue aquí quería escapar también, pero conforme pasaron los días deje de pensarlo.

Las lecciones de ese día fueron muy aburridas, me dieron clase de modales: primero fue una descripción de estas y luego comenzamos a practicarlas. Tan aburridas. La profesora me regaño porque no le prestaba atención y me la pase dibujando durante toda su clase, se enojó mucho.

La comida de la tarde se hizo en el comedor dentro del palacio, estaba lloviendo muy fuerte; era la primera lluvia que vi desde que llegue aquí. Los sonidos de nuestras voces resonaban en todo el palacio.

-Me alegra no comer en el patio- dijo Onix

-¿Por qué?- pregunte mientras me llevaba la comida hacia la boca

-Odia los insectos- me respondió Ophelia

-Pero el patio está libre de insectos, el emperador lo ordeno así- dijo Perla

-Esos insectos se escabullen por todos lados- dijo Onix poniendo cara de asco

-Se parecen a ti- dijo Ophelia

Empezó una riña entre ellas, todas nos divertíamos como siempre. De repente algo me llamo la atención y dirigí mi mirada hacia la puerta principal, había una silueta pequeña asomada, era Nyx. En ese momento él se veía vulnerable como un niño.

-¿Jade?- dijo Coral

-¿Qué pasa?- dije reincorporándome a la conversación

-¿Te gustan los insectos?- dijo Ophelia, desde que llegue al palacio me he sentado en el mismo lugar y Ophelia también, así que siempre ha estado a lado de mí. Aunque era tosca, realmente me hacía sentir cómoda.

-No- lo dije vagamente. Regrese la mirada hacia la puerta, el niño ya no estaba.

Termino la comida.

Comúnmente durante la mañana tomamos nuestras lecciones y por la tarde cada quien es libre de hacer lo que quiera; algunas veces me quedo platicando con Coral y con Ophelia, otras veces acompaño a Ágata a tejer y en otras ocasiones me quedo leyendo en la biblioteca. Hoy era el día de estar en la biblioteca.

Mientras me dirigía a la biblioteca, paso una presencia en el corredor de enfrente. Otra vez Nyx. ¿Me estaba espiando?

Me hice la loca y entre a la biblioteca; esta era bastante grande, por lo que era muy normal no estar cerca de la puerta y si eras muy sigiloso no se escuchaba nada. Así que cuando entro Nyx sigilosamente no pudo verme, pero yo si a él, desde el segundo piso de la biblioteca. Parecía muy cuidadoso de que yo no lo viera.

-¿Por qué me estas siguiendo?- dije, mi voz sonó muy fuerte en toda la biblioteca, eso espanto a Nyx.

-Y-yo no te estaba siguiendo, solo vine por un libro- dijo, reincorporando su actitud arrogante

-Eso es mentira- dije, mientras me apoyaba en el barandal y embozaba una sonrisa –he estado mucho tiempo en este lugar y jamás vi que entraras-

-Eso es porque no me escuchas cuando entro- dijo nervioso

-Esa sería una excusa razonable si no hicieras tanto ruido- lo rete con la mirada –Además, que casualidad, nunca te vi por el palacio hasta ayer y hoy apareces por todos lados-

-Solo es una coincidencia-dijo, solo asentí como respuesta, quería saber que más decía –Nadie querría espiarte, para empezar-

Vaya, este niño no habla como uno, pero su comportamiento demuestra lo contrario. Sé que no soy tan bonita como las demás concubinas, pero por alguna razón le causaba curiosidad a este chico, tal vez es muy parecido a su hermano mayor y se lo externe.

-Me recuerdas mucho al emperador- mencione. Inmediatamente vi un cambio de humor, se veía molesto por lo que dije.

-Yo no soy como él- murmuro

-¿Qué?- aunque escuche la primera vez, quería confirmar si hablaba enserio

-¡No soy como él!- alzo la voz. Eso me sorprendió

Nyx salió corriendo de la biblioteca, yo solo me quede en el mismo lugar, estaba un poco sorprendida por su actitud. Pude haberlo seguido, pero yo no soy así, no soy la fiel confidente de niños; tal vez si hubiera sido Ágata o Coral...

Ya no tenía ganas de leer, mis pensamientos ocuparon el tiempo de esa tarde sombría.

La concubina del demonio de ojos azulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora