JongIn había escuchado claramente como ese chico bajito le había llamado retrasado, pero no, él no era un retrasado.
Su madre le había dicho que el era un niño diferente, pero muy especial y que no se dejará llevar por lo que las demás personas dijeran de él, él no era retrasado, él era un chico especial.
Y ahora ese chico de ojos grandes le había dicho que lo era, por un momento dejo de llorar y se defendió como él sabía y como podía.
Él había llegado hasta ahí por sus propios pies.
Estuvo esperando a su madre por mucho tiempo y esta nunca llegó. Observó como todos sus amigos se iban a sus casas y lo dejaban solito, y no era porque no quisieran llevarlo consigo, sino porque cada vez que se acercaban a él preguntando si lo acompañaban de regreso a casa, la negativa en su rostro se reflejaba en palabras diciendo un rotundo;
- "No gracias, mamá vendrá por mi hoy".
Y así sus compañeros se iban sin insistir más, ellos sabían que la madre de JongIn nunca faltaba en llegar por su hijo, pero estaba vez, JongIn había esperado mucho tiempo en la acera de la calle esperando a su mamá, jugando con sus figuras de acción mientras esperaba y esperaba por ella.
Transcurrieron alrededor de casi dos horas y su madre nunca apareció, ni su padre y ni mucho menos su hermano.
En un principio JongIn no se dio cuenta de la hora, pero después de aburrirse de jugar sólo, la desesperación se apoderó de él y decidió caminar de regreso a casa sólo, él ya era un chico grande, y aunque tenía miedo, eso no le impidió caminar por las calles. En su mente recordaba vagamente las calles de regreso a casa, solo algunas, sabía que tenía que pasar por la heladería para poder llegar, de ahí en más no lograba recordar que camino tomar, así que solo siguió caminando con su mochila puesta en su espalda y su figura de acción en sus mano. Cada paso que daba le asustaba, y no era para más, pues cada vez se iba alejando de las calles principales y se adentraba a los barrios bajos de los suburbios.
Hasta que chocó con alguien, con ese muchacho que le dijo retrasado.
No había sido la intención de JongIn tropezar con él, no, claro que no, él estaba distraído, con la mirada asustadiza, y con el miedo en su cuerpo por no llegar a casa, claramente no había sido su intención.
Cuando chocó con el niño bajito con apariencia de pingüino gruñón, el impacto fue tan grande que el golpe que recibió le dolió demasiado, pero lo que en realidad le hizo llorar amargamente, fue el hecho de ver a su Iroman, -qué hace algunos días su madre le había comprado por ser un buen chico en la escuela-, ahora estaba ahí, roto en dos partes, así que, no pudo evitar llorar aun más.
JongIn se había olvidado por completo cual era su destino, y ahora simplemente trataba de arreglar su juguete dañado.
- Eres un retrasado...
Escucho la voz de ese niño.
- No-no es cierto. -Contestó tratando de limpiar con sus manos sucias de polvo, por haber tratado de detener su caída al suelo.
Las gotas salinas que caían de sus ojos, quedaron como marcas de suciedad en su rostro.
- ¡Ja! Mírate, que persona normal se pone a llorar como niño en medio de la calle solo por que se le rompió un estúpido juguete.
Inevitablemente JongIn quiso llorar más, él no era un simple niño, el era un niño grande, su mamá se lo había dicho, era grande, él ya tenía diecinueve, era todo un chico grande, no se dejaría que nadie dijera eso de él.
- ¡No- no es cierto! ¡Yo no soy un niño! ¡Ya tengo diecinueve!
- Ajá si, lo que ti digas, retrasado.
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Síndrome [KaiSoo]
RomanceUn amor diferente, pero verdadero. Advertencias: Kaisoo +18 La imagen de portada no es mía, todos los créditos a su respectivo autor. Esta historia es totalmente de mi autoría, no es ningún plagio, soy AlexLu89, queda completamente prohibido toma...