Capítulo 8

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Habían pasado diferentes sucesos en la vida de KyungSoo, sucesos que no sabía si eran buenos o malos.

Sucesos que nunca en su corta vida de catorce años se había planteado.

Sucesos como el poco interés en personas del sexo opuesto, o incluso de su mismo sexo.

Sucesos que jamás se había planteado, como lo son sentimientos románticos,  o como si JongIn tenía bonita sonrisa...

O como si JongIn cuando sonreía  sus ojos se cerraban formando una media luna, una luna risueña que le hacían volver a plantearse si su vida había cambiado desde que conoció al chico.

Sucesos como hacer latir su corazón de manera tan acelerada.

Sucesos que prefirió ignorar y pasar por alto porque a pesar de que le alborotaban las hormonas trataba de alejar esos pensamientos de su mente.

Por ahora,  se había convertido en el niñero personal de JongIn sin haber sido voluntario ante eso. Su madre prácticamente le había obligado a ayudarla a cuidar de JongIn.

La señora Do era muy amable al hacerse disponible por unas horas a cuidar a  JongIn mientras su hermano mayor TaeMin regresaba de la escuela, pero era una mujer muy ocupada, y no podía hacerse del todo cargo del chico, realmente quería ayudar a la familia Kim por su reciente perdida, pero aun así no podía del todo mantener vigilado a JongIn.

Incluso MinHo y el señor Do habían ayudado en esa situación a JongIn, pero debido a sus ocupaciones, tenían que recurrir al que mas tenía tiempo libre en esa casa, y ese era el hijo menor, Do KyungSoo.

Ahora estaba ahí, recargado del portón de la escuela preparatoria esperando a JongIn que había vuelto a retomar las clases después de un buen tiempo de ausencia.

KyungSoo mantenía la cabeza baja con la mirada clavada al piso mientras su espalda estaba recargada del portón de la escuela, con sus pies haciendo un suave movimiento simulando patear alguna piedra inexistente.

Tenía al rededor de quince minutos de haber llegado por JongIn, hubiese preferido ir a dar una vuelta por ahí junto a SeHun y Tao, pero ahora con una responsabilidad infringida por su madre, no podía hacer lo que antes hacía.

Realmente no era que le molestase, al contrario, el había prometido silenciosamente cuidar de JongIn ese día en el funeral de su madre, tenía que cumplir con su palabra.

Pero también quería tener un poco de sus momentos de soledad como antes los tenía, de esos momentos en los que se ponía a pensar en como se vería su tatuaje de Ángel en su brazo, pero sinceramente KyungSoo había dejado el tema tiempo atrás después de lo ocurrido.

Esperaba y esperaba aún recargado del portón, suspiraba profundamente y de vez en cuando regresaba a ver si JongIn salía del lugar.

Estaba por mirar por quinta vez, cuando escucho los murmullos de los estudiantes salir de sus clases anunciando el término de estas. Miró al chico caminar hacía la salida rodeado de los mismos muchachos que vio en el funeral, eran los amigos de JongIn.

Estaba la chica bonita de ojos hermosos y rubia, que amablemente había ayudado mucho a JongIn, también estaba junto a JongIn, ese chico alto de orejas grandes y graciosas que vio besarse en la parte trasera de la casa de JongIn el día del funeral de la señora Kim, con él que al parecer era un profesor de la misma escuela.

Eso lo había visto sin querer, había estado llorando mucho y quería sentir un poco de la fresca brisa del viento, pero alguien más había ganado el lugar al que saldría, al parecer el chico de orejas grandes lloraba y limpiaba las lágrimas que salían de sus ojos, el profesor que estaba junto a él, en un suave gesto silencioso, alzó el rostro del chico, y limpio un poco las  lágrimas con sus pulgares, tenía un semblante afligido y de tristeza, entonces los vio, vio como con mucha delicadeza el profesor besaba los labios de chico, no quiso interrumpir y regreso al lado de su papá, pero estaba seguro que siguieron besándose porqué tardaron mucho en regresar a dentro.

Síndrome [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora