Síndrome [KaiSoo]

Capítulo 18

"Acta de demanda:

Al juzgado mixto de la República popular de Corea del Sur, se extiende lo siguiente,

1: Petitorio.

Al amparo de lo dispuesto por el artículo 83, n° 8812100  de los niños, adolecentes y personas con discapacidades diferentes, pido la custodia total de mi hijo menor Kim JongIn de 19 años de  edad con discapacidad mental, de nacionalidad Coreana,

Bajo tal afecto dirijo la  presente demanda en contra, del Sr. Kim TaeMin, hijo mayor, a quién se le debera informar por edictos conforme lo muestra el artículo n°88,
Que el Sr. Kim TaeMin no está capacitado para cuidar y velar por la seguridad y bienestar de mi hijo menor Kim JongIn con discapacidad mental, por lo que se pide al demandado presentarse en la auditoría familiar el día  xx a las 08:00 horas en punto de la mañana del presente mes y del presente año, para una posible acuerdo de custodia que por derecho me pertenece..."

Entre más leía, TaeMin no terminaba de entender como era posible el solo hecho de que su propio padre levantará una demanda en su contra para la custodia total de JongIn.

Sus ojos picaban y retenía las lágrimas en sus ojos mientras leía ese pedazo de papel arrugado ahora en sus manos con todo el pesar del mundo en sus hombros, como si le costará siquiera pensar en levantarse de la orilla de la acera donde una vez jugo cuando era niño. Se levantó con el mundo en sus hombros, guardo el sobre en la parte trasera de sus vaqueros, y camino de regreso al lugar que ahora llamaba hogar con unas cuantas pertenencias las que incluía un retrato de su madre enmarcado en un cuadro hecho de palitos de paleta que JongIn había regalado como obsequio de cumpleaños a su difunta madre.

Camino de regreso a casa de los señores Do con el semblante decaído y un pesar en su corazón.

Todo había cambiado, su vida y la de JongIn habian cambiado, todo ya no era la mismo.

Mientras caminaba con pesadez, a su mente llegaban vagos recuerdos de felicidad cuando su familia estaba completa, cuando su padre era la mejor persona del mundo y el héroe de JongIn.

Sonrió ante ese mero recuerdo y las lágrimas inevitablemente calleron de sus ojos, sorbío su nariz y rápidamente quitó las lágrimas de sus ojos.

Se preguntaba que haría ahora, que pasaría con él, con JongIn, ¿Qué pasaría si su padre ganaba la demanda y se llevaba a JongIn de su lado?

Lo primero en que tenía que pensar era ¿Cómo podía enfrentar a su padre?

TaeMin no se había dado cuenta cuando sus pies pisaron la entrada de la casa de los Do, simplemente sus pies se movieron hasta llegar justo frente a la puerta. Suspiró profundo y se miró en el reflejo de la ventana, limpio los restos de lágrimas y se obligó a ser fuerte por él, y más aun por JongIn.

Su JongInnie... su pequeño hermanito del que nunca se avergonzo y del que está más orgulloso que nada en la vida, el motivo de su razón por la cual seguir luchando en un mundo tan cruel como en el que vivía.

Se armó de valor y decidió entrar a casa, ahora también su hogar.

Los señores Do eran las personas más amables y bondadosas del mundo, lo habían ayudado más que su propia familia, y estaba tan agradecido con ellos. TaeMin también recuerda haber llegado a pedir ayuda a sus tíos maternos, pero ellos se negaron alegando que no podrían lidiar con un chico como JongIn. La ayuda no llegó de nadie.

Pero eso ahora ya no importaba, ahora tenía a un novio maravilloso, y los padres de MinHo lo querían y los acogieron en un momento de miseria, en un momento en el que ya no podía más.

Se obligó a dar la mejor de sus sonrisas y entrar a la casa con las pocas pertenencias  entre sus manos. Cerró la puerta tras de si encontrando a un JongIn desparramado en el suelo con sus pies sobre puestos en la orilla del sofá y sus googles feos puestos, a el señor Tumnos y al señor pingüino sentados en su barriga, mientras el pequeño KyungSoo peinaba y acariciaba su cabello mientras veía una serie de televisión.