Capítulo 5

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La suerte a la familia Kim no le había sonreído ese día, JongIn había perdido a su madre y por poco también  pierde a su hermano mayor, TaeMin.

El velatorio de la señora Kim se llevó un día después del incidente, cabe mencionar que el mismo día que la señora Kim falleció, JongIn había pasada la tarde y toda la noche en casa de los Do, KyungSoo y su hermano mayor MinHo habían sido la única compañía para JongIn.

Tal como había dicho la madre de KyungSoo, ella aviso al señor Kim qué JongIn estaba en su casa muy bien cuidado. El problema para el señor Kim, era como explicarle a un chico como JongIn que su madre había muerto, y que  no la volvería a ver jamás y no quebrarse en el intento como lo estaba haciendo en ese instante, el sólo hecho de recordar que debía decirle a JongIn lo ocurrido le hacía formar un profundo en la garganta, y las lágrimas que el señor Kim trataba de sostener, terminaban por salir de forma silenciosa.

El señor Kim lloró junto a su hijo mayor la muerte de su esposa, abrazaba a su hijo mayor con tanta fuerza y dolor que incluso el menor podía sentir que lastimaba su brazo herido, pero ese dolor no era comparado con el que sentía en su corazón. TaeMin, al igual que su padre, pensaba en su hermano JongIn y la manera adecuada en decirle que su madre ya no estaría más con ellos, el solo hecho de pensarlo, le rompía el corazón una y otra vez, sus ojos se llevaban de lágrimas que salían sin control frente al ataúd de su madre. Su familia no iba a volver ser nunca la de antes, habían perdido al pilar de su hogar, y la pieza más importante que los mantenía unidos.

Mientras tanto, los señores Do veían la escena y el sentimiento de comprensión se instalaba en ellos, no podían evitar llorar por tantos sentimientos acumulados por la terrible pérdida que la familia Kim pasaba.

* * * *

- KyungSoo ¿Estas ahí?

JongIn daba vueltas en la habitación de KyungSoo, curioseando y viendo todo lo que se encontraba a su paso.

KyungSoo estaba ausente, su cuerpo estaba ahí, pero su mente estaba junto a sus padres, tratando de asimilar lo que había ocurrido. Miraba a JongIn ir de allá para acá en su habitación, sonriendo y diciendo lo maravillosa que era su madre, muy ajeno a toda la realidad de la vida.

KyungSoo no pudo evitar entristecer, llegó el momento en que tuvo que encerrarse unos minutos en el baño para poder llorar sin estar frente a JongIn. Sin querer, entendía el dolor que pasaría el chico al saber de esa trágica noticia.

Era igual como cuando había perdido a su abuela materna, KyungSoo tenía a penas diez años cuando su abuela falleció. Esa hermosa mujer con la que pasó a su lado haciendole compañía, estaba tan acostumbrado a ella que era como su segunda madre, la amaba tanto que cuando la anciana murió en la soledad de su vieja casa, se recriminó el no poder estar a su lado. Lloró mucho ese día, y superar la muerte de su abuela le costó algunos meses, aún así, la herida todavía estaba ahí, con él.

Ahora para el era inevitable ver a JongIn y no sentir como un nudo se formaba en su garganta. Sus ojos comenzaban a picar, y las lágrimas se acumulaban en las esquinas de sus ojos. Por eso decidió encerrarse en el baño para descargar ese dolor que había encerrado hace mucho tiempo en su corazón y que ahora volvía avivar con lo sucedido con la madre del chico.

Lo que más entristecía a KyungSoo, era ver como JongIn estaba lejos de lo que pasaba a su alrededor, todo ese escepticismo que había tenido con él había desaparecido con la situación, ya no le parecía ni fastidioso ni irritante ni mucho menos molesto tener que lidiar con una responsabilidad impuesta en primera ocasión por sus amigos, y ahora impuesta por sus padres.

Llevaba unos minutos llorando sentado  en el suelo del baño, recargado en la puerta, con sus manos cubriendo su rostro y sus rodillas dobladas pegadas a su pecho. Sollozaba quedito, y suspiraba tratando de calmar su creciente llanto.

Síndrome [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora