JongIn era un chico normal a la vista de cualquiera que lo viese por la calle.
Para su madre y padre también seguía siendo un chico normal.
Era un chico alto y de piel ligeramente tigreña, iba a una escuela normal, y con sus diecinueve años encima cursaba la preparatoria como cualquier otro chico normal, era casi... pero casi tratado de manera normal por sus compañeros de escuela, y la palabra casi es necesaria en está historia, porque no todos trataban a JongIn como alguien normal.
JongIn padecía de una rara enfermedad detectada desde muy pequeño, según un especializado en enfermedades mentales, JongIn padecía de un ligero desorden en el metabolismo cerebral.
Ese raro síndrome que hace que la mentalidad de la persona con esta patología se quede como la de un niño, su cuerpo seguiría creciendo, sus facciones se tornarían de acuerdo a la edad que vaya cruzando, pero su cerebro, la mentalidad de su cerebro, sus pensamientos, su actitud y su manera de actuar seguiría siendo como la de un niño, un inocente y puro niño, torpe para algunas cosas, tal como era el caso de JongIn.
Dicha enfermedad, era motivo de burla y bromas pesadas por parte de algunos compañeros de su escuela. Claro, no todos lo trataban mal, había compañeros que en hora de receso comían su almuerzo junto a él, como era el caso de JongDae, el chico más bromista y de humor negro de toda la escuela preparatoria. Increíblemente JongIn no era el objeto de las burlas de JongDae, era todo lo contrario. Era el mismo JongDae quien defendía a JongIn de las constantes burlas de los demás. Realmente los hacía comer polvo de manera literal por meterse con él que JongDae consideraba amigo, por que si, JongIn era amigo de JongDae.
A pesar de su padecimiento, nada impedía a JongIn ser un buen estudiante. Sacaba buenas notas, era un buen alumno, y era un chico muy puntual cuando se trataba de llegar temprano a la escuela. Y eso no impedía que llevará consigo sus juguetes de acción, como el capitán América y Ironman, o incluso sus carritos Hotwells.
Cuando llegaba más temprano de lo normal a sus clases, -antes de que están empezarán-, muy contento y emocionado, se apresuraba a sacar sus juguetes de acción y comenzaba a jugar con ellos en su banca mientras llegaba su profesor y empezaba a impartir las clases correspondientes a ese día.
Si, JongIn era alguien muy especial y no solo para algunos maestros, como el profesor Byun o el profesor Yixing, sino también para el director de la institución, el director Kim JunMyeon, quien se había ganado algunos dulces que JongIn le regalaba solo por que le permitía llevar y jugar sus juguetes de acción. También había estudiantes que lo trataban muy bien, como lo que era, un niño encerrado en el cuerpo de un chico grande, como ChanYeol, el chico de orejas grandes y graciosas como JongIn se refería a él cada vez que platicaban juntos, o como su compañera de clases TaeYeon, la eterna enamorada del profesor Byun, según las palabras dichas por TaeYeon, ella estaba enamorada de su bonito profesor de música, el maestro Byun BaekHyun.
JongIn no sabía que era estar enamorado, y que era gustar de alguna persona, pero su mamá le había dicho que amar era besar a alguien por que lo quieres mucho, eso si había entendido JongIn.
Un día se puso analizar las palabras madre:
- "Las personas que se quieren mucho se dan besitos en los labios".
Era con exactitud lo que recordaba de su madre, y entendía que a el profesor Byun no le gustaba la bonita niña TaeYeon, cuando la pequeña pitufa, -como JongIn la conocía-, intento besar al profesor Byun, este la aparto cortésmente sin llegar a lastimarla, entonces JongIn en su mente de niño se dio cuanta que el profesor Byun no quería besitos de TaeYeon.
Se dio cuenta que el profesor Byun quería a otra persona cuando vio besarle en los labios a su amigo el elfo de orejas grandes en el salón de música. JongIn estaba muy contento en busca de ChanYeol para enseñarle su nuevo juguete de acción que su madre le había comprado por sacar una buena nota en matemáticas, y cuando busco en el viejo salón de música y abandonado, vio como el profesor Byun tomaba de forma algo brusca el rostro de su amigo y le besaba.
JongIn cubrió sus ojos y salió de ahí, ver esa situación, -como todo niño- los besos le daban asco. No le dio la más mínima importancia a lo que sus ojos habían visto y se dispuso a buscar a uno más de sus amigos; buscaría a Chen como el llamaba a JongDae y le mostraría, y tal vez le pediría jugar con su nuevo juguete.
La vida de JongIn era buena a pesar de su padecimiento.
Nada le impedía hacer lo que le gustaba, como por ejemplo, hacer deportes, era algo torpe, si, y la mayoría de sus compañeros no lo quieran en su equipo, pero era no por que padeciera esa enfermedad, sino mas bien por su torpeza que hacía perder a cualquier equipo en el que JongIn estuviera. Solo dos de sus compañeros aceptaban a JongIn sin alguna queja, solo LuHan y MinSeok, ellos eran los mejores del equipo de fútbol de la escuela, y JongIn pensaba que cuando fuera grande querría ser como ellos, no quería ser como su papá, pues en sus pensamientos su papá era aburrido, la pasaba encerrado en su oficina y trabajando mucho, eso no era divertido para JongIn.
La verdad sea dicha, JongIn a pesar de todo era feliz, así como tal, con sus pocos amigos y con sus montones de juguetes que su madre le compraba.
- JongIn, ¿te quedarás más tiempo en la escuela?
JongIn escucho la voz chillona de TaeYeon sacándole de sus pensamientos, se encontraba en la lucha del capitán América contra Iroman, no sabía quien ganaría, todo podía suceder.
Sacudió su cabeza de forma negativa, parándose de su asiento y guardando rápidamente sus jueguetes de acción dentro de su mochila.
- ¿Te acompaño a casa JongIn?- TaeYeon se ofreció amablemente.
- No muchas gracias, mamá vendrá por mi, prometió llevarme al supermercado, dice que hoy comeremos vegetales, y necesita mi ayuda para comprar las mejores verduras del mundo.
A decir verdad, JongIn estaba muy entusiasmado por la salida al super con su madre, para ser sinceros, su madre no necesitaba ayuda para poder comprar las verduras, y sinceramente JongIn no estaba emocionado por ayudar a su madre con esa labor, la razón de la emoción de JongIn, era que podría comprar esos dulces de gomitas en forma de ositos que tanto le gustaban, su madre no le dejaba consumir demasiados dulces, pero cuando ella le pedía compañía para ir de compras, eso para JongIn significaba que su madre compraría lo que el pidiera, y para el esa era la parte emocionante.
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Síndrome [KaiSoo]
RomanceUn amor diferente, pero verdadero. Advertencias: Kaisoo +18 La imagen de portada no es mía, todos los créditos a su respectivo autor. Esta historia es totalmente de mi autoría, no es ningún plagio, soy AlexLu89, queda completamente prohibido toma...