Capítulo 48

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Salió a toda velocidad del estacionamiento del cine, rodeó el complejo del centro comercial y tomó la primera incorporación que vio a la autopista central, en dirección norte. Apretaba el acelerador pero no se atrevía a pisarlo a fondo por miedo a que la pararan por exceso de velocidad. Conducía con un ojo puesto en el espejo retrovisor, temerosa de que, en cualquier momento, apareciera en su campo de visión un coche patrulla que la persiguiera.

—¿Por qué no iba a querer Namjoon encontrar a Benedic? —preguntó Mina.

—Piénsalo. No es que haya puesto a Benedic en busca y captura precisamente, ¿no?

—Namjoon pensaba que lo habías matado y que lo único que descubrirían sería su cadáver. Le interesaba más encontrarte a ti.

—Para culparme de asesinato. Lo mejor que le podría pasar a Namjoon sería que Benedic ya hubiera salido del país y se dirigiera de vuelta a China, para no volver a salir de allí jamás. ¡Mierda! —exclamó en un susurro, a la vez que daba un puñetazo al volante—. ¿Crees que se quedó con la dirección? ¿Crees que la entendió?

—Eh...

—Porque si encuentra a Benedic antes de que yo lo encuentre, ese hombre nunca llegará al juicio, lo más probable es que ni siquiera llegue a la sala de interrogatorios.

—¿Crees que Namjoon lo ayudaría a escapar?

—Si Benedic tiene suerte, podría hacer eso. Pero lo que me da más miedo es que Namjoon quiera asegurarse de que nadie oiga la versión de Benedic sobre lo que pasó aquella noche. Nunca.

—Te refieres a que... ¿podría matarlo?

Chaeyoung se encogió de hombros.

—Chaeyoung, es un agente del cuerpo de policía...

—Sí, que ha dedicado todas sus energías a llevarme a prisión. Con ese propósito, no le importará prescindir de Benedic.

—Y ¿qué hacemos ahora? ¿Llamamos a uno de los superiores de Namjoon, les contamos tu versión?

Chaeyoung sacudió la cabeza.

—No sé cuáles de ellos son sus aliados. Contrató a dos para que me dieran una paliza. No sabría en quién confiar.

—Entonces, ¿qué?

—Tenemos que encontrar a Benedic antes que Namjoon.

—¿Cómo vamos a hacerlo?

Tras culebrear y ponerse delante de un camión para tomar una salida, Chaeyoung murmuró:

—Y yo qué carajo sé...

La crepería estaba abierta toda la noche. A cualquier hora estaba bien iluminada y llena de gente, igual que el estacionamiento. Un coche abandonado allí no llamaría la atención. Chaeyoung aparcó y se bajaron del vehículo.

—Bienvenida al glamuroso mundo de las fugitivas. Le dio la mano a Mina y la condujo a la parte posterior del edificio, donde estaban los malolientes contenedores de basura, abiertos y llenos hasta los topes.

—¿Adónde vamos?

—Está a menos de un kilómetro. ¿Te ves con fuerzas?

—Un kilómetro no es ni el calentamiento.

Chaeyoung le sonrió pero su expresión era taciturna.

—No he dicho que fuera un kilómetro fácil.

Cuando dejaron atrás la zona con establecimientos, se adentraron en un barrio residencial. A lo largo de los últimos días, con el método de prueba y error, Chaeyoung había aprendido cuál era la ruta más segura, aunque no la más sencilla. Tuvieron que atravesar metros de follaje y arbustos densos, y rodear árboles frondosos, pero por lo menos no había iluminación exterior, ni vallas, ni perros que ladraran.

Jugando Sucio |MiChaeng| [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora